Arte Colonial En Colombia
durante la época colonial; así, p. ej., en la construcción de las capillas abiertas, pues en 1566 se ordenó que se tuvieran en cuenta las experiencias realizadas en Nueva España; y a fines del s. XVIII la fantasía delirante que denuncian los retablos de la iglesia bogotana de la Orden tercera, extraños al devenir del arte colombiano, dan la impresión de ser importados, y aparecen, a primera vista, vinculados al ultrabarroco mexicano. Estudiadas por separado las principales ciudades (V. BOGOTÁ IV, CARTAGENA IV, POPAYÁN III, TUNDA 111 y CALI IV), se enumeran a continuación otros lugares del país dignos de consideración. En la parte central hay monumentos de interés en Honda, Guaduas, Fontibón, Chía y Zipaquirá. La región más rica es la de Boyacá con centros tan importantes como Villa de Leiva, Chiquinquirá, Tópaga y Monguí, estos dos últimos, además del interés de los conjuntos arquitectónicos, son notables por la riqueza de las obras reunidas. En la zona de la costa atlántica hay dos centros dieciochescos, Santa Marta y Mompos, este último gracias a su aislamiento conserva muestras de arte popular del mayor interés, que difieren un tanto del arte del resto del país. En la parte occidental quedan importantes monumentos en Medellín, La Ceja, Ríonegro y especialmente Santa Fe de Antioquia, cuyo conjunto urbanístico permanece casi intacto. En el Valle del Cauca, además de las haciendas, hay muestras interesantes en Cartago, Buga, Jamundi, El