Antecedentes del aborto
El problema del aborto provocado y de su eventual liberalización legal ha llegado a ser en casi todas partes del mundo tema de discusiones apasionadas, estos debates serían menos graves, si no se tratase de la vida humana, valor primordial que es necesario proteger y promover, aunque es cierto que muchas personas lo comprenden, la practica cada vez más frecuente de éste método, hace de éste un tema apasionado, ya que existen sentimientos encontrados en la mayoría de los involucrados. En efecto, no puede menos de causar extrañeza al ver cómo crece a la vez la protesta indiscriminada contra la pena de muerte, contra toda forma de guerra, sin embargo el Aborto es una realidad en todas las latitudes del mundo, y …ver más…
Si el feto se expulsa antes de tiempo pero es viable, se denomina parto prematuro. Se denomina aborto cuando el feto expulsado antes de término no es viable por falta de desarrollo, si la falta de viabilidad no se debe al desarrollo escaso, sino a lesiones patológicas, en un feto de peso viable, tampoco se trata de aborto, el aborto es un método simple que termina con el embarazo.
A través de la historia alrededor del mundo y en muchas religiones, las mujeres han utilizado el aborto como parte del cuidado de su salud, sin embargo no todas las mujeres creen que está bien abortar, pero toda mujer tiene el derecho de tomar su propia decisión.
Escritos Griegos y Romanos, describen con toda clase de detalles, instrumentos que servían para dilatar el cuello de la matriz o útero, así como infinidad de plantas utilizadas como brebajes y ungüentos abortivos, incluso el mismo Aristóteles defendía el aborto para limitar los nacimientos en las familias numerosas o humildes, Hipócrates, considerado el padre de la medicina moderna, demostraba conocer fórmulas abortivas, pero haciendo honra a su reputación científica, llamaba la atención sobre los riesgos para la salud que su uso implicaba, finalmente según Marco Tulio Cicerón la madre que practicaba un aborto no era castigada si mediaba el consentimiento del marido.
Con la llegada del Cristianismo no