Antecedentes Y Derechos De La Ciudadania
Grecia
Antes de que Aristóteles concibiese el término "politeia" (ciudadanía), los atenienses ya habían decidido que era necesario que todos los ciudadanos se implicasen en el gobierno de la ciudad. Ya fuese asistiendo y votando en la Asamblea, ya fuese tomando parte de un jurado popular o desarrollando alguno de los múltiples cargos políticos, la participación directa en los asuntos públicos constituía la esencia misma de la ciudadanía. De hecho, el que desatendía sus obligaciones cívicas para ocuparse sólo de sus asuntos privados no era considerado un polités (ciudadano), sino un idiotés, es decir, un incívico, alguien que más que un mal ciudadano debe ser considerado un no-ciudadano, un parásito que hay …ver más…
Ser ciudadano de Roma, pues, era un estatus legal que incluía derechos y deberes a partes iguales. Entre las obligaciones figuraban el servicio militar, pagar los impuestos y respetar las leyes. En cuanto a los derechos, algunos afectaban a la esfera privada (derecho a contraer matrimonio con una persona ciudadana, derecho a comerciar en igualdad) y otros relacionados con el ámbito público: derecho a votar en la Asamblea, derecho a ser escogido magistrado, etc.
Edad Media
La caída del Imperio Romano en el siglo V de nuestra era supuso la desaparición de un modelo sociopolítico y de un concepto de ciudadanía que había perdurado casi mil años. Durante el feudalismo, las relaciones sociales experimentan una profunda transformación, los vínculos que unen a los individuos ya no son horizontales, de reciprocidad entre iguales, sino verticales, de subordinación de inferior a superior. El ciudadano se convierte en súbdito o vasallo de un señor que le presta protección a cambio de trabajo y obediencia. En este contexto, la fuerza hace el derecho y el poder de los individuos viene determinado por su posición en la jerarquía social. Surgen así los ayuntamientos y las comunas, muchas de las cuales llegaron a gozar de un considerable grado de autogobierno y de participación ciudadana. En cierta forma, las ciudades medievales constituían un contrapoder a la autoridad del rey y de la nobleza. La lucha por conseguir un fuero (históricamente,