Angel De Ocongate
Cuando le pregunta si es el legendario Misael Calixto --“arriero, mercader, bailante, salteador, músico”, que fue apresado y muerto por los Morochucos, el forastero se limita a decir: “Si, en verdad. En verdad realmente.” La descripción del forastero como ‘tan esfumado y tan sin materia” y con un “aire tan absorto, y esa parsimonia, la lejanía” le imprimen un carácter sobrenatural, hecho que se refuerza cuando el ánima de Misael Calixto alude en su canto a la soledad, la ausencia, la muerte, mientras, enjuto y sin edad, se aleja en la oscuridad de la noche, soñoliento, desvariado. Todas estas alusiones son metáforas de la presencia fantasmal de la muerte cuya verosimilitud se cristaliza en virtud de una eficiencia de las figuras retóricas.
En “Puente de la Mejorada” la frontera entre la vigilia y el sueño del protagonista se diluye en una “extraño y voluptuoso alivio” que pone fin a la angustiosa inquietud del protagonista, desencadenada por una misteriosa visión onírica: la vaga imagen de un hombre, inclinado sobre el parapeto de un puente, que mira el rio, alrededor del cual se destaca una torre de piedra cuya cúpula remata en un ángel de bronce encuadrado en un lejano horizonte de casas y árboles. Estos elementos se presentan gradualmente en correlación con la tensión dramática, el suspenso de la trama y el desenlace climático del