Análisis Literario De El Otoño Del Patriarca
Todo lo que había en aquel lugar había sido dañado por las vacas. Las jaulas de los pájaros aún estaban tapadas con trapos de dormir de alguna noche de la semana anterior. Además encontraron el cadáver del dictador o patriarca, llevaba puesto el uniforme de lienzo sin insignias, las polainas (prenda que cubre la parte superior del pie y la pierna hasta la rodilla), la espuela de oro en el talón izquierdo. Estaba tirado boca abajo, en el suelo, con el brazo derecho doblado bajo la cabeza para que le sirviera de almohada, era así como dormía noche tras noche, durante su larguísima vida de déspota solitario (dicen que vivió entre 107 – 238 años), era una leyenda en dicho pueblo y en otros, ya que se creía que nunca había muerto, ya que era la segunda vez que lo encontraban en aquella oficina, solo y vestido y muerto al parecer de muerte natural durante el sueño, como estaba anunciado desde hacía muchos años en las aguas premonitorias de los lebrillos de las pitonisas. Aquí ya empieza el autor a relatar la primera vez que lo encontraron muerto. Él era un tirano y gobernaba como si fuera inmortal, creía que todo el mundo lo respetaba y lo quería, pero la verdad todos le tenían miedo porque hacía lo que sea para que siguieran sus órdenes. Su casa, la casa presidencial, era un caos, parecía más bien un mercado, había animales por todas partes y gente de todos lados, esperando el milagro de la caridad oficial. No se sabía quién era quien, ni de parte de quien iba.