Amaranta buendía
Amaranta se encarga de cada uno de los detalles de su funeral, lo único que le quedo fue acostarse en el ataúd y morir. Amaranta no llega a salir de su soledad parece que para ella la vida no es algo que a ella le gusta, por eso es que en vez de estar apegada a la vida ella está en busca de la muerte. Esto puede ser porque después de la muerte ya su dolor se va a desaparecer o solo porque no le gusta la vida y le parece más intrigante el mundo de los muertos.
La soledad es otro tema que se vincula con Amaranta en la obra. Como ya había dicho antes como toda Buendía estaba condenada a la soledad, y también como toda Buendía no hizo nada para cambiar ese amargo destino. Estas situaciones en que Amaranta se encuentra en soledad empiezan desde que Rebeca y Pietro Crespi son novios. Amaranta cae en un estado de amargura y se encierra en su cuarto a llorar y escribirle cartas a Pietro Crespi, cartas que están llenas de lágrimas de ella al escribirlas. Para remediar su soledad lo que Amaranta hace es meterse en su propio mundo y para ese tiempo cuida el hijo de su hermano llamado Aureliano José. Como Aureliano José era su compañero en la soledad, mas adelante cuando este es muchacho, ella tiene una confusión con él y cree que se pueden querer románticamente. Amaranta parece tener una afiliación a la soledad, es como si ella no quiere soltarla. Los dos casos evidentes de esa necesidad de estar solitaria son