Mobbing. La ley de la selva en la oficina o acoso moral laboral
Cuando hablamos de “serruchar el piso”, nos referimos a una práctica común en gran parte de instituciones públicas y privadas. Dos de cada diez trabajadores son, fueron o serán víctimas del acoso moral laboral. Ni los jefes están libres del problema. El fenómeno afecta al funcionario, a la empresa y hasta a la familia
Texto: Freddy Lacio | Fotos: Fuad Landívar, Rolando Villegas e Internet
Cuando Fabricio (nombre supuesto) fue contratado como administrador de un importante restaurante del medio, el joven profesional no cabía en sí de alegría. El nuevo puesto le significaba un buen sueldo, estabilidad laboral, prestaciones sociales ventajosas y la posibilidad de acompañar el …ver más…

Esto significa que cualquier trabajador, sea cual fuere su nivel laboral, apariencia, condición socioeconómica, religión u otros factores, es susceptible de ser víctima del fenómeno.

Ataque sostenido
El término mobbing se utiliza en el ámbito laboral para referirse “al continuo y deliberado maltrato verbal, psicológico y hasta físico que recibe un trabajador por parte de otro u otros, que se comportan con él de forma cruel con vistas a lograr su destrucción psicológica y a obtener, a través de diversos procedimientos, su salida de la organización”, según la definición del investigador español Iñaki Piñuel.
El término proviene de la etología animal (estudio del comportamiento) y, en principio, con él se describía el ataque de un grupo de miembros débiles de una especie contra un individuo más fuerte.
De maltrato verbal y psicológico puede dar fe Angelina M.S., quien hasta hace un año trabajaba como secretaria en una oficina de la administración pública. La joven madre, titulada en Secretariado Ejecutivo y Operación de Computadoras, y además estudiante de Derecho en la universidad estatal, recuerda cuando las relaciones con sus colegas y con su superior llegaron a convertirse en la máxima prueba de fuego para su estabilidad emocional.
Tras cuatro años de trabajo sin sobresaltos ni contratiempos, la oficina donde prestaba sus servicios