- La
"guerra negra" en Tasmania - Sabra
y Chatila - Genocidio de Putis (Ayacucho,
Perú) - La
Matanza de Accomarca (Ayacucho,
Perú) - El
genocidio político de los penales
(Perú) - El
genocidio político de Cayara (Ayacucho,
Perú) - El
genocidio étnico de Ruanda - Bibliografía
La "guerra negra"
en Tasmania
Esta expresión no alude a ninguna guerra, sino a
la agresión cometida en Tasmania a comienzos del siglo
XIX, por los invasores británicos, en agravio de la
población aborigen, para adueñarse de su
territorio. Este genocidio fue promovido y recompensado
económicamente, por el gobierno
británico.
Ya en 1,772, con el arribo de los primeros colonos
europeos, los tasmanos fueron convertidos en esclavos, tomados
como fuente de placer sexual, fueron torturados y mutilados por
los colonos invasores. Los colonos europeos les daban caza y las
vendían sus pieles, a cambio de una recompensa otorgada
por el gobierno. Los hombres eran asesinados; a las mujeres se
las dejaba marchar con las cabezas de sus esposos atadas
alrededor del cuello. Los hombres que no morían de esa
manera eran castrados, los niños morían golpeados y
apaleados.
El inicio de la colonización británica en
Tasmania, ocurrió en 1,803, cuando los colonos
británicos fundaron una colonia penal en la isla.
Más tarde, en Diciembre de 1,826, aparece en el diario
[[Colonial Times]], un artículo intitulado "[[Tasmanian
advertiser]]", en el cual su autor escribía a la
letra:
"Lo decimos inequivocadamente LA DEFENSA PROPIA ES LA
PRIMERA LEY DE LA NATURALEZA. EL GOBIERNO TIENE QUE RETIRAR A LOS
NATIVOS — SI NO, ¡SERÁN CAZADOS COMO ANIMALES
SALVAJES Y DESTRUIDOS!"
Posteriormente, en 1,828, el colono Gobernador de
Tasmania, George Arthur, lanzó una
proclamación por la cual expulsaba a los aborígenes
de todos los territorios ocupados por los invasores ingleses. Los
autorizaba tan sólo a atravesarlos una vez al año
para dirigirse a pescar a las costas, y siempre y cuando que
portaran un pasaporte expedido ex profeso por los
colonos.
En 1,828, el mismo George Arthur declaró la ley
marcial. El texto empezaba con la declaración
siguiente:
"Comoquiera que los negros o aborígenes nativos
de esta isla durante un tiempo considerable han realizado una
serie de ataques indiscriminados contra las personas y
propiedades diversas de los súbditos de Su Majestad: y
últimamente en especial han cometido los actos más
crueles y sanguinarios de violencia y pillaje; mostrando una
evidente y sistemática disposición para matar y
destruir a los habitantes blancos de forma indiscriminada siempre
que se les presenta la oportunidad(…)".
Consecuentemente, el Gobernador inglés dispuso
que se convocaran [["partidas de exploración"]], que
tendrían la función de patrullar los asentamientos
coloniales y capturar a los aborígenes que encontraran.
Asimismo, las autorizó a estas patrullas a abrir fuego
contra todo aborigen que se resistiera.
En febrero de 1830 el gobierno inglés
ofreció una recompensa de 5£ por cada adulto
aborigen y 2£ por cada niño capturados vivos. El 20
de agosto de 1830 el gobernador Arthur aclaró que la
recompensa sólo era por los aborígenes atrapados en
flagrante agresión de los asentamientos coloniales y que
los colonos y convictos que capturaran nativos inofensivos en las
partes más alejadas y descolonizadas del territorio, no
serían recompensados.
En 1,830, el gobernador Arthur convocó a todos
los "colonos" adultos y capaces, convictos o libres, para que
formaran una cadena humana,que posteriormente se le
conoció como la "[[línea negra]]" para batir
Tasmania. Al igual que en una partida de caza, los colonos
invasores registraron las zonas colonizadas, dirigiéndose
al sur y hacia el este durante varias semanas, intentando
acorralar a los aborígenes en la península de
[[Tasman]], cerrando [[Eaglehawk Neck]], el istmo que conectaba
la península de Tasman con el resto de la isla de
Tasmania. Arthur pretendía con esto, concentrar a los
aborígenes en la península para que mantuvieran su
cultura y lenguaje y permanecieran separados de los
colonos.
Con estas medidas, en 1,830, el número de
aborígenes tasmanos se había reducido de unos cinco
mil, a tan sólo 220 o 72. Pero los invasores produjeron
este genocidio no sólo por el uso de las armas, sino por
las enfermedades que transmitieron a los nativos. Los nativos
carecían de defensas biológicas para resistir a
estas enfermedades desconocidas, las cuales les provocaron
devastadoras epidemias.
Los sobrevivientes a este exterminio, fueron instalados
por los invasores ingleses, a viva fuerza, en las islas del
[[Estrecho de Basss]]:
fueron trasladados por los invasores, a la fuerza, a un
campamento de la isla [[Flinders]],
En el año 1847 los últimos 47
sobrevivientes de [[Wybalenna]] fueron trasladados a [[Oyster
Cove]], al sur de [[Hobart]], en el sur-ese de la isla de
Tasmania.
El último sobreviviente nativo de este exterminio
fue una mujer: se llamaba [[Truganini]] o [[Trugernanner]], y
murió en 1876. Entonces el genocidio, como señala
John N. Gray, se dio por concluido.
El gobierno inglés, jamás pidió
perdón por este genocidio. En cuanto a los invasores
ingleses: no solamente nunca fueron castigados por sus
crímenes, sino que se establecieron, hasta hoy, como
dueños absolutos del territorio usurpado a sus
víctimas. La Organización de las Naciones Unidas,
se muestra indiferente ante este bandidaje
histórico.
Sabra y
Chatila
El 15 de Setiembre de 1,982, los falangistas libaneses
(la milicia libanesa cristiana de Saad Haddad), creada por
[[Israel]] en 1,976) ingresaron a los campamentos de refugiados
palestinos de Sabra y Chatila, situados en las afueras de
[[Beirut]]. Los milicianos falangistas libaneses masacraron a los
palestinos refugiados, en una inmensa mayoría, ancianos,
mujeres y niños indefensos. La masacre consistió en
asesinatos, violaciones, torturas y mutilaciones, y se
prolongó por más de 30 horas. El saldo final fue,
más de 2,400 víctimas.
En [[Chatila]], de resultas de la masacre, habían
unos dos mil cadáveres de palestinos, tirados en el
suelo;se encontraban decenas de cadáveres de mujeres y
niños, muchos de ellos, bebés. Habían sido
asesinados, o con armas de fuego, o con navaja. Algunos
cadáveres de bebés aparecían como sepultados
bajo el cuerpo de su madre, o incrustados entre los pechos de su
madre: una señal evidente, de que las madres, antes de
morir, habían intentado salvar la vida de sus hijos. Los
cadáveres de mujeres, algunas, las más
jóvenes, estaban con las faldas levantadas , o desnudas de
la cintura para abajo, como señal de que habían
sido violadas previamente a su asesinato.
El gobierno israelita constituyó una
comisión para investigar este genocidio. Dicha
comisión abordó a la conclusión de que la
matanza fue efectuada por las milicias cristianas, pero que la
responsabilidad tocaba además, indirectamente, a [[Ariel
Sharon]]. Pese a ello, Sharon, en lugar de ser castigado, fue
nombrado Ministro de Exteriores en 1,996, y más tarde,en
el año 2,001,Primer Ministro. [[Elías Hobeika]],
quien era el Jefe de la Inteligencia de las Fuerzas Libanesas -la
principal milicia cristiana-, fue el principal responsable de la
masacre. Pese a ello, a Hobeika se le permitió continuar
desarrollando su carrera política, hasta el punto de ser
elegido ministro.
La mayoría de los victimarios, los directos y los
mediatos, hasta hoy, siguen libres.
Genocidio de
Putis (Ayacucho, Perú)
En Diciembre de 1,984, efectivos militares de la base
militar instalada en la comunidad de [[Putis]] (provincia de
[[Huanta]], [[Ayacucho]]), procedieron a un ardid: convocaron a
los pobladores que vivían dispersos en las zonas
más altas, para mudarse a residir en la comunidad de
[[Putis]], dizque para brindarles protección contra los
acosos de la guerrilla maoísta. Para esto, se acercaban
los militares de vivienda en vivienda, portando palas y otras
herramientas de labranza, en tono amigable, para no despertar
desconfianza.Los comuneros accedieron a mudarse a Putis.
Ignorando que los militares los convocaban con engaños con
la intención de asesinarlos, los comuneros cayeron en la
trampa.
Una vez en Putis, los militares los reunieron en el
local del centro educativo. Pasaban de cien personas,
incluídas mujeres y niños menores, inclusive
bebés. Los militares seleccionaron a las niñas de
quince años, las separaron, y las violaron
sexualmente.Después, instaron a los varones a que cavaran
una gran fosa, supuestamente para construir una piscigranja,en la
que criarían truchas para su sostenimiento. Mientras los
campesinos cavaban, los militares les apuntaban con sus armas.
Los campesinos ignoraban que estaban cavando su propia tumba. Una
vez que los campesinos terminaron de cavar la supuesta
piscigranja, los militares reunieron al centenar de pobladores en
torno a la poza, entre los que habían hombres adultos,
mujeres, niños y bebés de pecho. Los campesinos
estaban completamente desarmados, incapaces de defenderse a
merced de los militares. Entonces los militares, sin mayor
explicación, haciendo uso de sus armas de fuego,
procedieron a asesinar a los pobladores, de seis en seis. Nadie
podía escapar, debido a que unos efectivos militares
estaban apostados a una distancia de cuarenta metros
aproximadamente, con sus armas de guerra de largo alcance, en
previsión de alguna posible fuga.Los niños menores
morían acribillados llorando despavoridos, y abrazados de
sus madres. Las madres, exclamaban suplicantes e indefensas:
¡¡ a mi guagüita, no, papá, no la mates a
mi güagüita, papá!! La matanza tardó
media hora. Los cadáveres, hacían un total de
ciento veintitrés, incluidos mujeres, embarazadas,
niños, bebés de pecho, y hasta fetos.La
mayoría de los asesinados, fueron niños
menores.
Una vez concluída la matanza, los militares,
sepultaron los cadáveres en la fosa cavada por sus
víctimas, cubriendo los cadáveres con tierra y
piedras. Otros cadáveres fueron enterrados al interior de
una aula de la escuela.
El móvil de la matanza fue, lucrar con el
producto de la venta del ganado de los campesinos. En efecto, una
vez consumados los hechos, los militares victimarios
comercializaron el ganado de sus víctimas, en
[[Marccaraccay]]. Los campesinos sobrevivientes, ante el temor de
que regresaran los militares y los asesinaran también a
ellos, se vieron obligados a huir de Putis: hacia la selva de
[[Llochegua]]
Cuando sucedió este genocidio, el jefe
Político-militar de Ayacucho era el General
Ejército Peruano [[Wilfredo Mori Orzo]]. El Comandante de
la [[Base Contra-subversiva "Los Cabitos]]" de [[Huamanga]], era
el comandante Ejército Peruano [[Edmundo Obregón
Valverde]].
Hasta hoy, ni un solo autor mediato ni directo ha sido
sancionado, y ni siquiera inculpado, porque los altos mandos de
la Fuerza Armada de Perú, haciendo espíritu de
cuerpo, se niegan a revelar los nombres de los victimarios.
Inclusive, contradiciendo una cantidad abrumadora de testimonios
y de evidencias, niegan que en Diciembre de 1,984 hubiera
existido una Base Militar en Putis.
La Matanza de
Accomarca (Ayacucho, Perú)
El 14 de Agosto de 1,985,la patrulla "Lince 7",
al mando del sub-teniente ejército Peruano Telmo
Hurtado Hurtado, llegó a la quebrada de [[Huancayoc]]
y [[Lloqllapampa]](Ayacucho, Perú). Una vez que los
efectivos tomaron el control del lugar, procediron a buscar choza
por choza,a los pobladores, obligándolos a reunirse en una
pampa. Los efectivos militares ingresaban a las viviendas de los
pobladores, y sacándolos de sus viviendas, los
conducían por la fuerza. Ingresaron a la vivienda de
[[José Chuchón]] de 65 años, y lo asesinaron
a él y a su cónyuge [[María Baldeón]]
de 54 años. Otros efectivos de la patrulla, ingresaron a
la choza de [[Clemente Baldeón Tecce]], se llevaron a su
cónyuge Leandra Palacios y a su bebé de un mes de
nacido. Asimismo, efectivos de esta patrulla se llevaron a
[[Bacilisa Pariona]] en estado de gestación, y a sus tres
menores hijos. Al retirarse, los efectivos militares incendiaron
la vivienda.
Adviértase que todo esto lo hicieron los
efectivos de la patrulla Lince 7, contra civiles desarmados,
sacados de sus viviendas, y sin que hubiera enfrentamiento
alguno, y en agravio de civiles incapaces de defenderse.
Además, pese a la búsqueda exhaustiva, los
efectivos no hallaron material subversivo, ni armas, ni
explosivos, ni municiones, ni propaganda subversiva.
Seguidamente, los pobladores fueron reunidos por los
militares, por la fuerza,en la zona de [[Hatunpampa]].
Acá, los varones fueron golpeados por los militares con la
culata de los fusiles. Los militares arrastraron a las mujeres
hasta una chacra, donde las violaron sexualmente.
A las once de la mañana, los militares de la
patrulla condujeron por la fuerza a los pobladores reunidos en
[[Hatunpampa]], a la casa de [[César Gamboa]], en
[[Apuspata]]. En esta casa, los militares encerraron a un grupo
de mujeres y niños en la cocina. Los militares encerraron
en un ambiente más extenso de la casa, a un grupo mayor de
detenidos. Seguidamente, el sub-teniente [[Telmo Hurtado]]
ordenó a su personal de tropa, abrir fuego contra estas
gentes encerradas, orden que fue cumplida inmediatamente. Telmo
Hurtado a su vez, lanzó una granada al interior donde se
hallaban estas personas encerradas, incluidos ancianos, mujeres
gestantes y numerosos niños. La granada produjo
explosión e incendio en el recinto.
Una vez concluida la matanza,el sub-teniente [[Telmo
Hurtado]] ordenó a su personal recoger todos los elementos
y sustancias utilizadas,a fin de dejar la impresión de que
los hechos los había producido un ataque de la
guerrilla.
Luego de estos hechos, los militares integrantes de la
patrulla inspeccionaron nuevamente las chozas, y habiendo hallado
a alguien de avanzada edad, lo asesinaron. Hallaron
también a tres niñas hermanas, a las cuales les
dispararon, e incendiaron luego la casa donde se
encontraban.
Posteriormente, los militares se trasladaron a la casa
de [[Paulo Baldeón]] en [[Yanacocha]], donde festejaron
bebiendo, bailando, matando animales de los pobladores, y
vociferando jubilosos que "habían matado terroristas".
Cuando los militares se disponían a retirarse, asesinaron
a la anciana [[Juliana Baldeón]], a quien habían
sorprendido tratando de apagar el fuego de la vivienda incendiada
por los militares. También asesinaron al guía que
los condujo al lugar, [[Filomeno Chuchón]], a fin de
impedir que atestiguara los hechos.
En los días posteriores, el Jefe Político
Militar de la Zona De Ayacucho, [[Wilfredo Mori Orzo]], enterado
de los resultados de la intervención de la patrulla bajo
sus órdenes, ordenó al sub-teniente Telmo Hurtado,
asesinar a todos los testigos de lo sucedido, orden que fue
cumplida por la patrulla.
[[Wilfredo Mori Orzo]] no fue inculpado por estos
hechos, ni menos procesado. En cuanto al sub-teniente [[Telmo
Hurtado]], continuó en su cargo en el Ejército del
Perú, y naturalmente, percibiendo haberes. Se
acogió a la ley de amnistía promulgada por
[[Alberto Fujimori]] para favorecer a los militares y
policías autores de matanzas; e inclusive, Telmo Hurtado
de haber sido sub-teniente, después de la matanza,
ascendió hasta el grado de Mayor.
El genocidio
político de los penales (Perú)
Los días 18 y 19 de Junio de 1,986, se
habían amotinado en tres penales de Lima, los presos
políticos simpatizantes del Partido Comunista del
Perú. El Comandante Supremo de la Fuerza Armada, Alan
García Pérez, bajo el pretexto de desvelar el
amotinamiento, ordenó a las fuerzas del orden, el
exterminio de todos los presos políticos amotinados. Las
fuerzas del orden -la Marina, la Aviación, el
Ejército y la Guardia Republicana-, bajo sus
órdenes, asesinaron a cerca de trescientos presos
políticos amotinados. Los asesinaron sin que mediara
enfrentamiento, pues los presos estaban encerrados, desarmados, e
incapaces de defenderse. En el penal de Lurigancho, los efectivos
de la Guardia Republicana al mando del General Rolando
Cabezas, asesinaron a cien presos de un tiro en la nuca, en
el penal de El Frontón, los infantes de marina, bajo las
órdenes del oficial de mar Luis Giampietri, usando
cohetes anti-acorazados, demolieron el Pabellón Azul
aplastando a los presos encerrados. A los presos sobrevivientes,
los marinos no les perdonaron la vida, sino que los ejecutaron a
sangre fría.
Los peritajes antropológicos de las
víctimas de "El Frontón"
Se desprende de los peritajes médicos efectuados
por el Centro Andino de Investigaciones antropológicas,
que los marinos que atacaron a los internos encerrados en el
Pabellón Azul de "El Frontón" se ensañaron
con los presos rendidos, actuando con crueldad: varios internos
fueron ultimados con explosivos, heridas de bayoneta, y disparos
desde muy corta distancia, y probablemente cuando ya se
habían rendido. Vayan como ejemplo, sólo algunos
casos:
Los exámenes practicados en el cadáver del
interno [[Alfonso González Toribio]], ponen de manifiesto
que sufrió la fractura de sus dos piernas provocada por el
estallido de explosivos, de manera que le era imposible dar ni un
paso. En consecuencia, este interno, durante el desarrollo del
develamiento habría permanecido postrado. Y no obstante,
en esa situación, habría recibido varios impactos
de bala en el tórax, y una ráfaga de seis balazos
en la cabeza. Además, recibió un disparo en la nuca
como tiro de gracia.
En cuanto al cadáver del interno [[Edgar Sicha
Romaní]]: su hueso sacro fue partido en dos, de manera
longitudinal, por los marinos, al parecer, cuando aun contaba con
vida. Este corte fue efectuado con arma blanca, posiblemente una
bayoneta.
El recluso [[César Rojas Yupanqui]]: los
exámenes ponen de manifiesto, que sufrió los
efectos letales de una explosión en el lado izquierdo de
su cuerpo; y además, que terminó aplastado por
grandes moles de concreto. Presenta además, una herida
punzo-penetrante en la cabeza, producto de un bayonetazo,
según los peritos.
El caso del interno [[Alejandro Chancasanampa Castro]]:
este interno, según el peritaje, habría sido
masacrado a bayonetazos.Según se evidencia por los
exámenes,el cadáver presenta lesiones de arma
blanca en las costillas, en la columna vertebral, en la pelvis y
en el cráneo. Presenta una profunda herida punzo-cortante
delante del pabellón de la oreja izquierda: se dirige
hacia la zona interna de la cavidad craneana, y le
comprometió la cavidad ocular de ese lado izquierdo.
Además, el cuerpo muestra lesiones ocasionadas por
explosivos arrojados a distancia media, y ocasionadas
también por el aplastamiento producido por la caída
de bloques de cemento. Todas estas son señales de
ensañamiento y enorme crueldad.
Los exámenes de los cuerpos de los internos
[[Roberto Durand Sandoval]], [[Mariano Sulca Tanta]] y
[[Claudencio Mendoza Reyes]], muestran que fallecieron por el
estallido de explosivos lanzados desde una corta
distancia.
Los autores directos y los mediatos de esta genocidio,
tales como [[Alan García Pérez]], [[Rolando
Cabezas]], [[Luis Giampietri]], [[Agustín Mantilla
Campos]], no han sido inculpados, ni menos castigados:
están libres.
El genocidio
político de Cayara (Ayacucho,
Perú)
El 14 de Mayo de 1,988, efectivos del Ejército
del Perú efectuaron el operativo "Persecución". En
dicho operativo, a cargo del Mayor Ejército Peruano
Miguel Nájar Acosta, participaron seis patrullas de
la [[Compañía Lince]] y cuatro patrullas del
[[Área de Seguridad Nacional "G"]]: en total, eran
aproximadamente doscientos efectivos: eran de las bases militares
de [[Huancapi]], [[Huaya]] y "Linces". Transportados en
helicópteros, estos militares incursionaron en el
pacífico pueblo de [[Cayara]] a las 9 horas
aproximadamente. Inmediatamente, los militares cercaron el acceso
por carretera hacia ese pueblo. Obviamente, ninguna autoridad
civil podría acercarse para ofrecer garantías a los
pobladores.
A la entrada del pueblo encontraron al ciudadano Esteban
[[Asto Bautista]],a quien asesinaron a sangre fría. En
esos momentos, en el interior del templo se encontraban unos
feligreses celebrando las festividades de la Virgen de
Fátima y desarmando el trono de la Virgen, pues la
procesión había sido el día anterior. Los
militares ingresaron violentamente al templo,y detuvieron en el
acto a estos feligreses: [[Teodosio Noa Pariona]], [[Patricio
Ccayo Cahuaymi]], [[Emilio Berrocal Crisóstomo]],
[[Indalecio Palomino Tueros]], [[Santiago Tello
Crisóstomo]] y [[Hermenegildo Apari Tello]]: se quedaron
detenidos en el templo, y por la noche los asesinaron los
militares los asesinaron en el interior del templo, y sus
cadáveres los arrojaron en Quimsa Huayco. Luego que los
familiares, al haber hallado los cuerpos, les dieron sepultura,
los militares, los exhumaron y los desaparecieron, para borrar
las pruebas del delito.
Otros militares se dedicaban a incursionar al interior
de las viviendas rompiendo puertas, saqueando bodegas. Asimismo,
los efectivos incendiaron las viviendas de [[Gregorio Ipurre
Ramos]] y [[Dionisio Suárez Palomino.]]
El mismo día, entre las 14 y las 15 horas, entre
80 y 100 efectivos del ejército,descendieron con destino a
[[Ccechua]]. En el paraje llamado [[Cachuaypampa]],reunieron por
la fuerza a todos los comuneros que retornaban de realizar sus
cosechas. Separaron a hombres de mujeres: a las mujeres,las
obligaron a sentarse con sus niños a un lado; a los
varones, los obligaron a tirarse al suelo en posición
decúbito ventral. Seguidamente, los militares colocaron
sobre las espaldas de los varones, pencas de tuna, las cuales
tienen grandes espinas más penetrantes que los clavos.
Luego, los militares procedieron a caminar sobre los cuerpos,
pisando las pencas. Los militares obligaron a las mujeres a
retirarse corriendo del lugar, bajo la amenaza de correr la misma
suerte de los varones. Luego, los militares condujeron por la
fuerza a los pobladores varones hacia una zona abrupta, a una
distancia de treinta o cuarenta metros. Estos militares, armados
de hachas, segadoras, machetes y otras herramientas de
labranza,asesinaron a los varones de uno en uno, debajo de un
cercano árbol de molle. Los militares no les permitieron a
las mujeres retornar al lugar de los hechos hasta pasadas las 48
horas. Es así que recién el día 16 de Mayo,
los familiares, sin tener dónde quejarse, porque la ley no
lo permitía, empezaron a sepultar los cadáveres de
sus familiares asesinados por los militares. En este lugar, los
militares asesinaron a veinte personas. Es más: los
victimarios, para borrar las pruebas del delito, condujeron los
cadáveres hacia otro lugar, reuniéndolos en un solo
sitio.
Después de lo sucedido, el 18 de mayo
arribó a Cayara, el General José Valdivia
Dueñas, jefe del Comando Político Militar de
Ayacucho. En lugar de entregar los cadáveres a sus deudos,
dio lectura a una lista de veinte pobladores de Cayara,
según él, buscados por el Ejército. Dos de
las personas nominadas en la lista, fueron detenidas por el
Ejército al día siguiente, y la ejecutó
extra-judicialmente. El fiscal Escobar halló los
cadáveres el 10 de Agosto, junto con el cadáver de
Jovita García. Otros dos personajes de la lista, fueron
también detenidos por los efectivos del Ejército,
el 29 de Junio, y luego, ejecutados extra-judicialmente por el
Ejército. Figuraba en la lista también el alcalde
de Cayara, el cual fue asesinado por los miembros del
Ejército el 14 de Diciembre
El 18 de Mayo por la tarde, una patrulla del
ejército de Perú conformada por veinte efectivos
aproximadamente, incursionaron en [[Erusco]], y reunieron por la
fuerza a toda la población civil. Acto seguido, detuvieron
a [[Jovita García Suárez]], a [[Alejandro Echeccaya
Villagaray]]. Al día siguiente, detuvieron a [[Samuel
García Palomino]]. Los arrestaron sin mediar orden
judicial, y sin haber motivo alguno. A los tres los mantuvieron
detenidos en el local de la escuela de Erusco, hasta el 20 de
Mayo, fecha en la que los militares los condujeron por la fuerza
a los tres detenidos al cerro [[Pucutuccasa]]. En este lugar los
ejecutaron y sepultaron.
Es el General José Valdivia, uno de los
responsables de este genocidio; las pruebas:
Los militares que intervinieron en estos operativos en
Cayara, eran las fuerzas especiales del Ejército, que
tenían por nombre "Los Linces", acantonados en el Cuartel
"Los Cabitos", en la ciudad de Ayacucho. Pues bien, es imposible
que estas fuerzas hubieran entrado en acción, sin el
conocimiento del General José Valdivia. Aun más:
intervinieron en Cayara, participando en un operativo conjunto,
más de diez patrullas y varias bases militares. Esta
participación conjunta, hubiera sido imposible sin una
orden impartida por el Jefe del comando Político
Militar.
De resultas de esta intervención militar, los
efectivos del Ejército asesinaron a 74 civiles.
La participación de Alan García
Pérez:
Según el Coronel Rafael Córdova -el
segundo de Valdivia en el Cuartel Los Cabitos- , luego de lo
sucedido,[[Alan García Pérez]] -el de los penales-,
viajó con él a Cayara, e impartió
personalmente a los militares, la orden de retirar y desaparecer
los cadáveres y borrar las manchas de sangre, a fin de
desaparecer las pruebas. Cuando después de una semana,
García -por compromiso-, envió desde Lima los
médicos forenses para "efectuar los peritajes", ya no
hallaron pruebas del delito: todo lo planificó
García.
Los victimarios se las ingeniaron para desaparecer las
pruebas del genocidio:
Asesinaron a todos los testigos que habían
declarado ante el fiscal Escobar: los militares detuvieron a
cinco testigos de la matanza,
El Ejército mató a los testigos que
habían declarado en la investigación del fiscal
Escobar. El 29 de Junio, los militares detuvieron a cinco de
ellos, los condujeron a [[Huancapi]] y allí los
ejecutaron. El 14 de Diciembre, en un control de carretera, estos
militares mataron a balazos a tres testigos más de la
matanza. Hubo una testigo, que había acusado ante el
fiscal Escobar, directamente al General José Valdivia
Dueñas, como responsable de la matanza: fue [[Martha
Crisóstomo]]: los militares, para neutralizarla, la
asesinaron a tiros en su propia vivienda en Huamanga, el 8 de
Setiembre de 1,989.
Ante estos hechos, el Fiscal de la Nación,
Hugo Denegri, supuestamente el defensor de La sociedad y
de los derechos humanos, aprovechándose de su cargo, se
coludió en una sucia maniobra por la cual frustró
la investigación y logró exculpar a los
responsables de la matanza.
La participación de Vladimiro
Montesinos:
Montesinos utilizó el caso Cayara, para
reingresar a los cuarteles: propuso al Comando Conjunto, a
través del fiscal de la Nación Hugo Denegri,
la solución para el caso Cayara: sacarlo del caso al
Fiscal que tenía a cargo la investigación, Escobar,
asesinarlo, y asesinar además, a los testigos. Y
efectivamente, así se hizo: no solamente se asesinó
a los testigos, sino que a los cuatro días que el fiscal
Escobar elevara el informe responsabilizando al General
José Valdivia, la superioridad cerró su oficina por
"falta de recursos", lo cual era falso, ya que se le
ordenó al fiscal, continuar investigando en la localidad
de San Martín, y el gasto era el mismo que en la oficina
de Ayacucho.
El genocidio
étnico de Ruanda
En Abril de 1,994, las milicias hutus Interhamwes
asesinaron a más de 800,000 connacionales, todos ellos
pertenecientes a la etnia [[tutsi]], y también a los hutus
moderados. Casi la totalidad de las mujeres sobrevivientes,
fueron violadas. Gran cantidad de los cinco mil niños que
nacieron fruto de esas violaciones, fueron asesinados.
Resultó eliminada el 75 % de la población de los
tutsis. En Abril de 1,994, ingresaron los Interahamwe al templo
de la parroquia de [[Kiziguro]], y asesinaron a unos 1,000 tutsis
que se habían refugiado en el templo. Pocos días
después, llegaron los militares tutsi, y asesinaron a diez
mil hutus. Hasta hoy, no hay responsables del
genocidio.
Bibliografía
*Joan Frigole, Cultura y genocidio (Estudios de
antropología social y cultural),Departament D'antropologia
Cultural I Histori, 2,003 [[ISBN-10: 8447527611]]
Otras fuentes de información
*[http://www. Sabra y Chatila: 30
años de un
genocidio][http://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=40763]
*[http://www.La matanza de
Putis-Comisión de la Verdad y
Reconciliación][http://www.www.cverdad.org.pe/ifinal/pdf/TOMO%20VII/…/2.14%20putis.pdf]
Autor:
Juana
Ordóñez