Indice
1.
Enseñanza
2. Aprendizaje
3. La Concepción
Neurofisiológica
4. Conclusiones
5. Referencias
Bibliográficas
1.
EnseñanzaLa esencia de la enseñanza está en la
transmisión de información mediante la
comunicación directa o apoyada en la
utilización de medios
auxiliares, de mayor o menor grado de complejidad y costo. Tiene como
objetivo
lograr que en los individuos quede, como huella de tales acciones
combinadas, un reflejo de la realidad objetiva de su mundo
circundante que, en forma de conocimiento
del mismo, habilidades y capacidades, lo faculten y, por lo
tanto, le permitan enfrentar situaciones nuevas de manera
adaptativa, de apropiación y creadora de la
situación particular aparecida en su entorno.El proceso de
enseñanza consiste, fundamentalmente, en un conjunto de
transformaciones sistemáticas de los fenómenos en
general, sometidos éstos a una serie de cambios graduales
cuyas etapas se producen y suceden en orden ascendente, de
aquí que se la deba considerar como un proceso
progresivo y en constante movimiento,
con un desarrollo
dinámico en su transformación continua.como
consecuencia del proceso de enseñanza tiene lugar cambios
sucesivos e ininterrumpidos en la actividad cognoscitiva del
individuo (alumno) con la participación de la ayuda del
maestro o profesor en su labor conductora u orientadora hacia el
dominio de los
conocimientos, de las habilidades, los hábitos y conductas
acordes con su concepción científica del mundo, que
lo llevaran en su práctica existencia a un enfoque
consecuente de la realidad material y social, todo lo cual
implica necesariamente la transformación escalonada, paso
a paso, de los procesos y
características psicológicas que
identifican al individuo como personalidad.
En la enseñanza se sintetizan conocimientos. Se
va desde el no saber hasta el saber; desde el saber imperfecto,
inacabado e insuficiente hasta el saber perfeccionado, suficiente
y que sin llegar a ser del todo perfecto se acerca bastante a la
realidad objetiva de la representación que con la misma se
persigue
La enseñanza persigue agrupar a los hechos, clasificarlos,
comparándolos y descubriendo sus regularidades, sus
necesarias interdependencias tanto aquellas de carácter
general como las internas.Cuando se recorre el camino de la
enseñanza, al final, como una consecuencia obligada, el
neuroreflejo de la realidad habrá cambiado, tendrá
características cuanti-cualitativas diferentes, no se
limita al plano de lo abstracto solamente sino que
continúa elevándose más y más hacia
lo concreto
intelectual, o lo que es lo mismo, hacia niveles más altos
de concretización, donde sin dejar de incluirse lo
teórico se logra un mayor grado de entendimiento del
proceso real.4Todo proceso de enseñanza
científica será como un motor impulsor
del desarrollo
que, subsiguientemente, y en un mecanismo de retroalimentación positiva,
favorecerá su propio desarrollo futuro, en el instante en
que las exigencias aparecidas se encuentren en la llamada "zona
de desarrollo próximo" del individuo al cual se
enseñanza, es decir, todo proceso de enseñanza
científica deviene en una poderosa fuerza
desarrolladora, promotora de la apropiación del conocimiento
necesario para asegurar la transformación continua,
sostenible, del entorno del individuo en aras de su propio
beneficio como ente biológico y de la colectividad de la
cual es él un componente inseparable.La enseñanza
se la ha de considerar estrecha e inseparablemente vinculada a
la
educación y, por lo tanto, a la formación de
una concepción determinada del mundo y también de
la vida.No debe olvidarse que los contenidos de la propia
enseñanza determinan, en gran medida, su efecto educativo;
que la enseñanza está de manera necesaria, sujeta a
los cambios condicionados por el desarrollo
histórico-social, de las necesidades materiales y
espirituales de las colectividades; que su objetivo
supremo ha de ser siempre tratar de alcanzar el dominio de todos
los conocimientos acumulados por la experiencia cultural.La
enseñanza existe para el aprendizaje,
sin ella no se alcanza el segundo en la medida y cualidad
requeridas; mediante la misma el aprendizaje
estimula, lo que posibilita a su vez que estos dos aspectos
integrantes del proceso enseñanza-aprendizaje
conserven, cada uno por separado sus particularidades y
peculiaridades y al mismo tiempo conformen
una unidad entre el papel
orientador del maestro o profesor y la actividad del educando. La
enseñanza es siempre un complejo proceso dialéctico
y su movimiento
evolutivo está condicionado por las contradicciones
internas,, las cuales constituyen y devienen indetenibles fuerzas
motrices de su propio desarrollo, regido por leyes objetivas
además de las condiciones fundamentales que hacen posible
su concreción.El proceso de enseñanza, de todos sus
componentes asociados se debe considerar como un sistema
estrechamente vinculado con la actividad práctica del
hombre la
cual, en definitiva, condiciona sus posibilidades de conocer, de
comprender y transformar la realidad objetiva que lo circunda.
Este proceso se perfecciona constantemente como una consecuencia
obligada del quehacer cognoscitivo del hombre,
respecto al cual el mismo debe ser organizado y dirigido. En su
esencia, tal quehacer consiste en la actividad dirigida al
proceso de obtención de los conocimientos y a su
aplicación creadora en la práctica social.La
enseñanza tiene un punto de partida y una gran premisa
pedagógica general en los objetivos de
la misma. Estos desempeñan la importante función de
determinar los contenidos, los métodos y
las formas organizativas de su desarrollo, en consecuencia con
las transformaciones planificadas que se desean alcanzar en el
individuo al cual se enseña. Tales objetivos
sirven además para orientar el trabajo
tanto de los maestros como de los educandos en el proceso de
enseñanza, constituyendo, al mismo tiempo, un
indicador valorativo de primera clase de la eficacia de la
enseñanza, medida esta eficacia, a punto
de partida de la evaluación
de los resultados alcanzados con su desarrollo.
2. Aprendizaje
Al aprendizaje se le puede
considerar como un proceso de naturaleza
extremadamente compleja caracterizado por la adquisición
de un nuevo conocimiento, habilidad o capacidad,
debiéndose aclarar que para que tal proceso pueda ser
considerado realmente como aprendizaje, en lugar de una simple
huella o retención pasajera de la misma, debe ser
susceptible de manifestarse en un tiempo futuro y contribuir,
además, a la solución de situaciones concretas,
incluso diferentes en su esencia a las que motivaron inicialmente
el desarrollo del conocimiento, habilidad o
capacidad.8El aprendizaje, si bien es un proceso,
también resulta un producto por
cuanto son, precisamente, los productos los
que atestiguan, de manera concreta, los procesos.Aprender, para algunos, no es más
que concretar un proceso activo de construcción que lleva a cabo en su
interior el sujeto que aprende (teorías
constructivistas) No debe olvidarse que la mente del educando, su
sustrato material neuronal, no se comporta solo como un sistema de
fotocopiado humano que sólo reproduce en forma mecánica, más o menos exacta y de
forma instantánea, los aspectos de la realidad objetiva
que se introducen en el referido soporte receptor neuronal. El
individuo ante tal influjo del entorno, de la realidad objetiva,
no copia simplemente sino también transforma la realidad
de lo que refleja, o lo que es lo mismo, construye algo propio y
personal con
los datos que la
antes mencionada realidad objetiva le entrega, debiéndose
advertir sobre la posibilidad de que si la forma en que se
produce la transmisión de las esencialidades reales
resultan interferidas de manera adversa o debido al hecho de que
el propio educando no pone, por parte de sí, interés o
voluntad, que equivale a decir la atención y concentración necesarias,
sólo se alcanzaran aprendizajes frágiles y de corta
duración.Asimismo, en el aprendizaje de algo influye, de
manera importante, el significado que lo que se aprende tiene
para el individuo en cuestión, pudiéndose hacer una
distinción entre el llamado significado lógico y el
significado psicológico de los aprendizajes; por muy
relevante que sea en sí mismo un contenido de aprendizaje,
es necesario que la persona lo
trabaje, lo construya y, al mismo tiempo, le asigne un
determinado grado de significación subjetiva para que se
plasme o concrete, un aprendizaje
significativo que equivale a decir, se produzca una real
asimilación, adquisición y retención del
conocimiento ofrecido.El aprendizaje se puede considerar
igualmente como el producto o
fruto de una interacción social y desde este punto de
vista es, intrínsicamente, un proceso social, tanto por
sus contenidos como por las formas en que se genera. El sujeto
aprende de los otros y con los otros; en esa interacción
desarrolla su inteligencia
práctica y la de tipo reflexivo, construyendo e
internalizando nuevos conocimientos o representaciones mentales a
lo largo de toda su vida, de manera tal que los primeros
favorecen la adquisición de otros y así
sucesivamente, de aquí que el aprendizaje pueda ser
considerado como un producto y resultado de la educación y no un
simple prerrequisito para que ella pueda generar aprendizajes:
la
educación devendrá, entonces, el hilo
conductor, el comando del desarrollo.El aprendizaje, por su
esencia y naturaleza, no
puede ser reducido y mucho menos explicarse en base de lo
planteado por las llamadas corrientes conductistas o
asociacionistas y las cognitivas. No puede ser concebido como un
proceso de simple asociación mecánica entre los estímulos
aplicados y las respuestas provocadas por estos, determinadas tan
solo por las condiciones externas imperantes, ignorándose
todas aquellas intervenciones, realmente mediadoras y
moduladoras, de las numerosas variables
inherentes a la estructura
interna, principalmente del subsistema nervioso central del
sujeto cognoscente, que aprende. No es simplemente la
conexión entre el estímulo y la respuesta, la
respuesta condicionada, el hábito es, además de
esto, lo que resulta de la interacción del propio
individuo que se apropia del conocimiento de determinado aspecto
de la realidad objetiva, con su entorno físico,
químico, biológico y, de manera particularmente
importante del componente social de éste. No es
sólo el comportamiento
y el aprendizaje una mera consecuencia de los estímulos
ambientales incidentes sino también el fruto del reflejo
de los mismos por una estructura
material neuronal que resulta preparada o preacondicionada por
factores tales como el estado
emocional y los intereses o motivaciones particulares. Se
insiste, una vez más, que el aprendizaje emerge o resulta
una consecuencia de la interacción, en un tiempo y en un
espacio concretos, de todos los factores que muy bien
pudiéramos llamar causales o determinantes del mismo, de
manera dialéctica y necesaria.La cognición es una
condición y consecuencia del aprendizaje: no se conoce la
realidad objetiva ni se puede influir sobre ella sin antes
haberla aprendido, sobre todo, las leyes y principios que
mueven su transformación evolutiva espacio-temporal. Es
importante recalcar o insistir en el hecho de que las
características y particularidades perceptivas del
problema enfrentado devienen condiciones necesarias para su
aprendizaje, recreación
y solución; que en la adquisición de cualquier
conocimiento, la
organización de la estructura del sistema informativo
que conlleven a él, resulta igualmente de particular
trascendencia para alcanzar tal propósito u objetivo, a
sabiendas de que todo aprendizaje que esta unido o relacionado
con una consciente y consecuente comprensión sobre aquello
que se aprende es más duradero, máxime si en el
proceso cognitivo también aparece, con su función
reguladora y facilitadora, una retroalimentación correcta que, en
definitiva, va ha influir en la determinación de un
aprendizaje también correcto en un tiempo menor, sobre
todo si se articula debidamente con los propósitos,
objetivos y motivaciones propuestos por el individuo que
aprende.En el aprendizaje humano, en su favorecimiento
cuanti-cualitativo, la interpretación holística y
sistémica de los factores conductuales y la justa
consideración valorativa de las variables
internas del sujeto como portadoras o contenedoras de
significación, resultan incuestionablemente importantes
tratándose de la regulación didáctica del mismo, de aquí la
necesidad de tomar en consideración estos aspectos a la
hora de desarrollar procedimientos o
modalidades de enseñanza dirigidos a sujetos que no
necesariamente se van a encontrar en una posición tal que
permita una interacción cara a cara con la persona
responsabilizada con la transmisión de la información y el desarrollo de las
habilidades y capacidades correspondientes. En la misma medida en
que se sea consecuente en la practica con las consideraciones
referidas se podrá llegar a influir sobre la eficiencia y
eficacia del proceso de aprendizaje según el modelo de la
ruta crítica: la vía mas corta, recorrida en el
menor tiempo, con los resultados más ricos en cantidad,
calidad y
duración. Hay quienes consideran que cuando registramos
nuestros pensamientos en base de determinadas sensaciones, en el
primer momento, no nos detenemos en el análisis de los detalles pero que
más tarde los mismos resultan ubicados en determinadas
locaciones de la mente que, equivale a decir, en diferentes
fondos neuronales del subsistema nervioso central
interrelacionados funcionalmente, para formar o construir partes
de entidades o patrones organizados con determinada
significación para el individuo que aprende. Luego este
construye en su mente, fruto de su actividad nerviosa superior,
sus propias estructuras y
patrones cognitivos de la realidad objetiva, del conocimiento que
en definitiva va adquiriendo de distintos aspectos de la misma;
así cuando pretende resolver un problema concreto,
gracias a la capacidad que tiene para elaborar un pensamiento
analizador y especulador, compara entre si posibles patrones
diferentes, formas en última instancia, comparación
que va a permitirle llegar a la solución de la
situación problémica de que se
trate.2,14,15 De igual manera, otros consideran que es
en el pensamiento
donde asienta el aprendizaje, que este no es más que la
consecuencia de un conjunto de mecanismo que el organismo pone en
movimiento para adaptarse al entorno donde existe y se mueve
evolutivamente. El individuo primero asimila y luego acomoda lo
asimilado. Es como si el organismo explorara el ambiente,
tomara algunas de sus partes, las transformara y terminara luego
incorporándolas a sí mismo en base de la existencia
de esquemas mentales de asimilación o de acciones
previamente realizadas, conceptos aprendidos con anterioridad que
configuran, todos ellos, esquemas mentales que posibilitan
subsiguientemente incorporar nuevos conceptos y desarrollar
nuevos esquemas. A su vez, mediante la acomodación, el
organismo cambia su propia estructura, sobre todo a nivel del
subsistema nervioso central, para adaptarse debidamente a la
naturaleza de los nuevos aspectos de la realidad objetiva que
serán aprendidos; que la mente, en última
instancia, acepta como imposiciones de la referida realidad
objetiva. Es valido identificar que es la concepción de
aprendizaje de la psicología genética
de Jean Piaget
3. La Concepción
Neurofisiológica
Las concepciones
neurofisiológicas relacionadas con el aprendizaje, la
participación de los hemisferios cerebrales en tal
proceso, se han desarrollado de una forma espectacular en los
últimos años, a tal grado de que se ha llegado a
plantear que el comportamiento
cerebral del individuo esta indisolublemente ligado al estilo de
aprendizaje de éste; que según la forma del
funcionamiento o estado
fisiológico del cerebro, del
subsistema nervioso central en un sentido más general,
serán las características, particularidades y
peculiaridades del proceso de aprendizaje del individuo. La
unidad estructural y funcional del subsistema nervioso central es
la neurona. El
principal representante del mismo es el cerebro, con un
peso aproximado de unos 1500 gramos en un individuo adulto y
constituido por aproximadamente 10 000 millones de neuronas,
altamente especializadas y, a la vez, interrelacionadas entre si,
conformando una red compleja y con
posibilidades de recibir información, procesarla,
analizarla y elaborar respuestas. En el proceso de aprendizaje
que lleva al conocimiento de aspectos concretos de la realidad
objetiva, el influjo o entrada de información tiene lugar
a través de estructuras
especiales conocidas con el nombre genérico de receptores
o analizadores sensoriales, como son el visual, el auditivo, el
táctil, el gustativo y el olfatorio. En estos
analizadores, debidamente estimulados, se originan señales
electromagnéticas (llamadas potenciales de acción)
que son derivadas hacia
el subsistema nervioso central por vías centrípetas
especificas; precisamente las referidas señales
electromagnéticas son las portadoras de la
información que del cambio
ocurrido en el entorno del individuo llega finalmente a
diferentes áreas o fondos neuronales del subsistema
nervioso central donde dejan una huella, reflejo del cambio
ocurrido que, de producirse en base o como consecuencia de
determinada cantidad y calidad de
información recibida, quedará retenida en forma de
memoria
neuronal o nerviosa y que se va a expresar
fenoménicamente, en el contexto del proceso
enseñanza-aprendizaje, como conocimiento, fruto de lo que
se ha aprendido a punto de partida de una estimulación
adecuada, en cantidad y calidad, de los ya mencionados
analizadores sensoriales, por separado o en grupo.El
cerebro es, con certeza, un órgano totalmente original en
el universo y
un universo en
sí mismo. Constituye, en su conjunto, el sustrato material
de la neuropedagogía centrada en la interacción
entre el referido órgano como tal y el comportamiento de
los llamados sistemas de
aprendizaje, en los cuales las neuronas se relacionan
funcionalmente a través de las llamadas estructuras
sinápticas para establecer cadenas, más o menos
largas según el número de integrantes, y constituir
así los llamados engramas sensoriales o de influjo
informacional y los de tipo motor (que tienen
como sustrato material a vías centrífugas que
partiendo del subsistema nervioso central llegan a los
efectores), en correspondencia con las respuestas emitidas a
punto de partida de situaciones informacionales
específicas o de otras parecidas. La concepción
neurofisiológica del aprendizaje no entra en
contradicción antagónica con ninguna otra
concepción al respecto, todo lo contrario, deviene
complemento de todas, por separado y en su conjunto, por cuanto
desde la más simple sensación hasta el más
complejo pensamiento, juicios, ideas, emociones e
intereses, no se desarrollarían y surgirían como
tales sin la existencia de un sustrato material neuronal que,
debidamente interrelacionado en sus unidades constitutivas e
influenciado por los múltiples factores físicos,
químicos, biológicos y sociales del entorno del
individuo, constituye la fuente originaria de todos
ellos.
4. Conclusiones
El proceso
enseñanza-aprendizaje constituye un verdadero par
dialéctico en el cual y, respecto al primer componente, el
mismo se debe organizar y desarrollar de manera tal que resulte
como lo que debe ser: un elemento facilitador de la
apropiación del conocimiento de la realidad objetiva que,
en su interacción con un sustrato material neuronal,
asentado en el subsistema nervioso central del individuo,
hará posible en el menor tiempo y con el mayor grado de
eficiencia y
eficacia alcanzable, el establecimiento de los necesarios
engramas sensoriales, aspectos intelectivos y motores para que
el referido reflejo se materialice y concrete, todo lo cual
constituyen en definitiva premisas y requisitos para que la
modalidad de Educación a
Distancia logre los objetivos propuestos.
5. Referencias
Bibliográficas
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Alfonso Sánchez Ileana
González Pérez Troadio.