- Algunas definiciones
previas - Algo sobre el
Oriente - Sobre la
danza - Mis contactos con
la danza del vientre - En torno a la
danza del vientre
EL ARTE, LA DANZA Y
LA MUJER EN EL
ISLAM.
(Una ponencia sobre el movimiento y
un concepto de lo
sensual maravilloso)
Algunas definiciones previas.
Islam, sometimiento total a Dios.
Sensual, relativo a la magnificación de
los
sentidos.
Verbo, parte de la oración que indica
movimiento (acción)
en el tiempo.
EL paraíso es un lugar en el que la gente goza
de paz, de dignidad, de
respeto…y
el infierno es la ausencia de todo eso, ni más ni
menos.
Naguib Mahfuz. Miramar.
Si estamos en el caos, hay que retornar a la
danza.
Idea nacida de la lectura de
Zorba el griego, novela de
Nikos Kazantzakis.
Sólo las mujeres se han interesado en la danza
del vientre, quizás porque son las que transmiten la
cultura.
Escuchado en alguna parte.
Algo
sobre el Oriente
Entre los pueblos de oriente, lo más importante
es la vida. Vivir implica no sólo cumplir con estar vivo
sino hacer de la vida lo mejor posible. De aquí el
concepto del placer como espacio para sentirse más vivo y
con un lugar en el mundo. Pero no hablo de un placer corto y
frustrante (siempre en el umbral de la culpa o haciendo parte de
ella), como el que se practica en occidente, sino del placer que
activa los sentidos y permite que el ser humano entre en contacto
con la belleza, con los órdenes estéticos y con lo
delicado. Diría que en Oriente, como bien lo explica Ohram
Pamuk en su libro Me llamo
Rojo, el placer es un tejido en el que participan diversos
orfebres, cada uno especializado en un hecho placentero. Este
placer, que nada tiene que ver con el terrible concepto de pecado
occidental, es una motivación
a que los sentidos logren de sí su mayor potencia y
acción: placer a los ojos, al tacto, al olfato, al gusto y
al oído. Y
placer a la imaginación.
De oriente nos llegó la seda, la
perfumería, las golosinas, la escala musical,
la danza, la poesía
y la palabra que relata cuentos.
Inmensas caravanas cruzaron los desiertos con sus cargas de
imaginación, con las ideas de los dioses vivos y con
conceptos para entender lo invisible, que está compuestos
por lo que no se puede decir (faltan palabras para ello, es
inefable) pero está ahí.
En esas caravanas llegaron las especias, los perfumes,
las telas delicadas, las orfebrerías, los más
diversos animales
domésticos (entre ellos el gato, que es un símil de
tigre domesticado), las historias desconocidas y unas
concepciones del movimiento que se identificaban con el viento,
con las formas de las dunas, con el trasegar de las estrellas,
las maneras del agua y las
múltiples elipses de las palmeras. Bien sabemos que el
mundo copia el paisaje en la medida en que lo entiende. Y lo
trasciende con formas de arte. Por esta razón no hay
paisaje pobre sino paisajes sin poetas, siendo los poetas los
iniciadores de la danza y por ello seres peligrosos para los
hombres tristes y los muertos sin memoria.
En las ciudades orientales, lo más importante es
la terraza y el jardín. Desde la terraza se mira el cielo,
la infinitud, y en el jardín se está en contacto
con la frescura, el perfume y el color. Y en ese
mismo jardín o cerca de él, está el pozo de
agua, la vida, el espejo, la quietud, el movimiento, la kinesis
griega, el Rúaj hebreo, esto que hace posible la
existencia. ¿Y dónde comienza el oriente (lugar por
el que sale el sol)? Creo que
el oriente nace donde algo se mueve y de inmediato revela la
belleza.
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