La provención está relacionada
fundamentalmente con educar, desarrollando capacidades,
habilidades y estrategias
necesarias para abordar los conflictos,
cuando son sólo contradicciones e inicios de
antagonismos.
Lo cual queda avalado por la
definición propuesta por Bulton (1998) que designa como
provención del conflicto, la manera de evitar la
aparición de estos, sin gestionar su represión sino
mediante la solución de las causas que los generan como
son la injusticia social, la provisión de las necesidades
básicas de las personas, el ejercicio de la democracia
real, etc.
Enmarcado en este mismo contexto el diccionario
especializado de conflictología (2000) lo define como el
desarrollo de
habilidades y actitudes para
resolver los conflictos en sus primeros estadios.
El reto que plantea lo expuesto se enmarca
en la necesidad de aprender a analizar los conflictos y a
descubrir su complejidad, es decir encontrar las causas que lo
originan, lo cual implicaría que tanto docentes como
el alumnado deben poseer herramientas y
utilizar estrategias que les ayuden a conocer, pudiendo
así enfrentar y resolver los conflictos en los cuales se
ven inmersos cotidianamente.
Cascon (2000), distingue como forma de abordar un
conflicto la provención, indicando que los conflictos no
se pueden ni es bueno prevenirlos, señalando que prevenir
tiene el sentido de evitar; en cambio,
provenir requiere desarrollar capacidades, habilidades y
estrategias para abordar los conflictos en sus
inicios.
Para ello es muy importante que el docente trabaje con
los alumnos desde la diversidad, respetándose y
descubriendo los valores
que tiene cada cual como individuo y
como miembro de un grupo, con
contextos a veces diferentes, así se estarían
eliminando las bases de muchos conflictos que se producen en el
marco educativo.
Para la consecución de esto es necesario y
conveniente construir la relación, donde se considere
más al otro, partiendo de la necesidad básica de
todo ser humano de ser aceptado, integrado, respetado, en cuanto
a sus valores,
identidad y
diversidad.
Es importante recalcar la imposibilidad de
cualquier iniciativa educativa para eliminar los conflictos, lo
cuales por naturaleza,
forman parte de todo proceso donde
interaccione el ser humano. Pero las escuelas pueden ayudar a los
jóvenes a aprender a elegir entre diferentes maneras de
reaccionar ante un conflicto;
Desarrollando en ellos habilidades de resolución
de problemas, los
cuales les permitan considerar el conflicto no como una crisis sino
como una ocasión de cambio creativo.
Ante todo, pueden aprender a utilizar esas habilidades
con los conflictos que forman parte de sus vidas cotidianas en la
escuela.
Entonces se puede reflexionar acerca de cómo esta
aproximación a la resolución de problemas
podría aplicarse a los conflictos que se generan a nivel
de la sociedad y que
los jóvenes, cómo constructores del futuro
deberán afrontar.
Hacer estos cambios y aceptar el reto no es tarea
fácil, si se parte del hecho de la existencia de muchos
adolescentes
educados en situaciones de conflicto violento real o probable, en
el marco de sus familias y comunidades.
Han vivido con ansiedad, temor, sensación de
desesperanza ante el futuro y sentimiento de impotencia, ante
unas fuerzas más allá de su control; para
estos adolescentes, aprender a resolver conflictos, de manera
asertiva y creativa, puede formar parte de un proceso de
crecimiento personal, aunado
a un sentimiento de capacidad y seguridad.
El cambio para los docentes tampoco es tarea
fácil, enmarcados y formados profesionalmente dentro de un
conductismo
que castra la iniciativa, creatividad y
libertad.
Es tiempo de
trasformaciones y la escuela venezolana, con todos los cambios
que se están generando en su sistema
educativo ha comenzado a dar los pasos para su
transformación definitiva.
Lo expuesto permite afirmar que la educación como
factor constructor de una sociedad más justa, menos
violenta, más participativa, con mejores posibilidades de
crecimiento, debe dirigir el proceso en y para la
provención del conflicto, lo cual supone aprender a
analizarlos y resolverlos, siendo necesario descubrir,
además de las causas que lo originan, las bases del
poder tanto
propio como ajeno.
En función de
esto los docentes deben asumir el reto de formar y trabajar con
los alumnos para la generación de cambios en sus esquemas
mentales y los modelos en los
cuales han sido formados, creando así la posibilidad de
dar respuestas constructivas a las situaciones emanadas del
contexto.
Dentro de estas consideraciones, Silva y Ávila (
1998), señalan "Los estudiantes… construyen
interpretaciones personales del mundo basado en las experiencias
e interacciones individuales. En consecuencia, las
representaciones internas están constantemente abiertas al
cambio."(p.31)
Esta permanentemente reconstrucción del conocimiento,
permite afirmar que el alumno puede rehacer los parámetros
que lo relacionan socialmente, elementos estos reguladores de las
interrelaciones establecidas en todo grupo, consecuencialmente se
habrá avanzado de manera holística tanto en la
manera de relacionarse con su contexto, como en la manera de dar
respuesta a los conflictos.
Lo expuesto permite afirmar que la
provención del conflicto esta enmarcada en la
formación y educación, que
requiere comprender qué es el conflicto y conocer sus
componentes, así como desarrollar actitudes y estrategias
para resolverlo.
Entendiéndose por resolver los conflictos, a
diferencia de manejarlos o gestionarlos, el proceso que lleva a
su abordaje, hasta llegar a descubrir y resolver las causas
profundas que lo originaron, es decir provenir.
En este sentido, la provención a nivel educativo
va a significar intervenir
en el conflicto cuando está en su inicio, sin
esperar a que llegue a la fase de crisis.
Se trata de favorecer y proveer de una serie de
habilidades y estrategias que nos permitan enfrentar mejor los
conflictos.
Se trata en definitiva de poner en marcha un proceso que
cree las bases para enfrentar cualquier disputa o divergencia en
el momento en que se produzca, mejorando las relaciones entre los
sujetos del proceso educativo, partiendo de la necesidad de
conocerse con detenimiento, tanto docentes como alumnos;
dándole significado a las experiencias personales, estando
conscientes de las limitaciones y potencialidades.
El compromiso para la formación de un individuo
capaz de tomar las riendas de su propio desarrollo; dispuesto a
analizar su entorno y propiciar las transformaciones necesarias,
exige un docente involucrado en el cumplimiento de los fines
antes mencionados, que posea claridad en los propósitos,
conciencia del
quehacer y reflexión sobre su actuación.
Lo cual requiere de una alteración en los roles a
cumplir por parte del docente y del estudiante, entre ambos ya no
debe existe una separación abismal, toda vez que el
propósito de reconstruir nuevos significados, los sumerge
en una praxis
interactiva en pro de su consecución.
La naturaleza reconstructiva del aprendizaje,
sugiere la presencia de un docente comprometido con la tarea de
formar seres creativos e independientes, siendo así, la
acción
docente se orienta a la mediación en el proceso de
reconstrucción racional del conocimiento, despertando
interés
en los estudiantes y convirtiéndolos en protagonistas y
responsables de su actividad autoestructurante, en torno a este
aspecto Ascanio, (1997) expresa:
…por eso el docente debe dejar que la realidad
sea interpretada por el estudiante según su
conveniencia, postura filosófica y visión del
mundo; para ello el docente se debe desempeñar como un
mediador entre el objeto de conocimiento y el estudiante, donde
conociendo los esquemas conceptuales avanzados por los
estudiantes, introduzca nueva información a través de
discusiones abiertas e intercambio de ideas en las cuales surja
la necesidad de reconstruir nuevas estructuras
de significados adaptadas a las carencias descubiertas por el
desequilibrio provocado por tal efecto.(p.7)
Desde esta perspectiva, y en la
búsqueda de las transformaciones que esta
concepción generaría, el docente debe ser capaz de
crear un clima de
intercambio y confrontación de ideas entre los estudiantes
en el marco histórico –político y social
donde se desenvuelvan.
Este aprendizaje sugiere que el aula de clases revista un
matiz de escenario abierto para el dialogo, para
el trabajo en
grupo, para la discusión en función de obtener
conocimientos generadores de cambio en la manera de actuar y
pensar de los individuos, que permita la interacción entre los estudiantes, y entre
estos y el contexto sociocultural .
Esto puede ser apoyado mediante la programación de experiencias de aprendizaje
que fomenten la adquisición y desarrollo de habilidades y
estrategias como: la discusión en grupos, debates,
dramatizaciones, foros, discusión de casos…,
igualmente la colaboración y solidaridad entre
pares, dirigidas hacia el fomento y formación en
habilidades para la resolución
de conflictos donde se de el ganar – ganar.
REFERENCIAS
BIBLIOGRAFÍCAS
Ascanio (1997) . La Negociación y la Mediación en la
formacion del docente.
(Consultado Mayo 22)
Burton, J. (1998) Conflict: Resolution and
Provention, Virginia, Center for Conflict Analysis and
Resolution, George Mason University, The Macmillan
Press.
Cascón, P (2000) Educar en y para el Conflicto
Disponible en http://www.unesco.org/youth/Spanish/edconflicto.pdf
(consulta 2003. Julio 11)
Cascón P. (2000) Herramientas de Comunicación. Disponible: http://www.edualter.org/material/denip2004/herramientas.htm
Cascón, F. (2002) Resolución de Conflictos
a Partir de la Educación Para la Paz y los Derechos Humanos
Disponible en:
http://www.cedhj.org.mx/-articulos%20gaceta/resolucion%20de%20conflictos%20a%20partir%20de%20la%20educacion.html
Diccionario Conflictología. Disponible en:
http://www.dicciobibliografia.com/
Diccionario/Search.asp
Silva, E y Ávila F. (1998) Constructivismo
Aplicaciones en Educación. Venezuela.
Fondo Editorial Tiot Tio
Autor:
Dra Norka Arellano