- Sexo por
amor - Evolución humana y
vínculo de pareja - Monogamia y
poligamia - Homosexualidad
- Naturaleza de la
educación sexual - Secuencia del
apareamiento - Masturbación
- Fases sexuales de la
vida - Transexualismo
- Exhibicionismo y
voyeurismo - Pedofilia e
incesto - Sexualidad y
violencia - Conclusiones
- Bibliografía
La conducta sexual
podríamos decir que es el estudio de los comportamientos
amorosos o sexuales. Y podemos ver que la conducta sexual humana
ha estado
presente en toda la historia del ser humano, por
que las mujeres hace miles de años se apareaban con los
que creían que eran los más fuertes y los mas
jóvenes y eso en algunas culturas; otras culturas se
apareaban con los viejos por que son los que ya tenían la
experiencia; y asi sé hacian muchas otras reglas para
aparearse.
Después ya como en el año 1500 d. C. los
hombres elegían a la mujer con la
que sé querían aparear o satisfacer sus
necesidades, bueno eso ocurrió aquí en América. Después se dieron las
clases
sociales lo que origino que a las mujeres pobres se les usara
y solo llegaban a tener el amor de los
de su misma clase, pero a
las mujeres con buen nivel social se les casaba primero y no con
cualquiera sino con él más rico que se
pudiera.
Para el 1800 d. C. las cosas fueron cambiando, no mucho
pero si cambiaron un poco, pero en donde yo creo que si se dio un
cambio fue del
1900 en adelante, como que las mujeres y hombres se casaban por
que se amaban y no por clases sociales y además para esta
era la homosexualidad
fue apareciendo mas tanto en hombres como en mujeres, ya para
finales del siglo XX las personas se abrieron mas y dieron a
conocer sus preferencias sexuales, a principios de
esto, pocas personas aceptaban sus preferencias sexuales, pero
hasta hoy en día ya es lo suficientemente aceptada por
todos.
Podemos decir que ha llegado a ser de lo más
normal, llegando al grado de que los hombres y mujeres se cambien
de sexo es decir
que se vuelvan transexuales; pero no por que ya sea mas conocido
deja de ser algo inmoral. El exhibicionismo y voyeurismo es otra
cosa inmoral por que las personas permiten que otras personas
vean como tienen relaciones
sexuales, vean sus partes intimas; y las personas que ven
esto caen dentro del voyeurismo. La pedofilia es la
atracción sexual que siente un adulto por los niños,
el incesto es la practica de relaciones sexuales entre parientes;
este tipo de relaciones sexuales, cuando tienen como consecuencia
el embarazo, el
producto suele
salir con problemas
físicos, mentales, etc.
Aquellas personas que se casan a veces se casan por que
se aman genuinamente o por que creen que aman, cuando sucede esto
ultimo se suelen dar muchos divorcios lo que da a notar un poco
de inmadurez mental.
Actualmente algunos adolescentes y
jóvenes creen que ya saben todo respecto al sexo y que si
tiene sexo no va a pasar nada, pero la realidad es que no saben
nada entonces contraen enfermedades, o las chavas
simplemente se embarazan.
La masturbación también es algo
común en los adolescentes y jóvenes, que desde un
punto de vista psicológico no tiene nada de malo por que
los jóvenes o adolescentes están experimentando con
su cuerpo y eso les permite conocer un poco mas de si mismos; en
la actualidad este tema ya es conocido por varias personas y no
provoca de indignación.
El sexo por amor, como
bien claro se expresa es el sexo que se tiene con aquella
persona que se
ama y que se tiene con responsabilidad; y esto se debe de hacer de una
manera correcta de acuerdo con la ley, es decir, el
vinculo de pareja, la unión entre dos personas y esto
quedaría dentro de la monogamia que es la unión
entre un hombre y una
mujer; a
diferencia de esto la poligamia es la unión de una persona
con varias personas mas y se divide en poliandria (matrimonio con
varios hombres) y poliginia (matrimonio con varias
mujeres).
Al final la sexualidad es
un fenómeno emocional y de conducta relacionado con el
sexo que comprende tanto el impulso sexual, dirigido al goce
inmediato y a la reproducción, como a los diferentes
aspectos de la relación psicológica con el propio
cuerpo (sentirse hombre, mujer o ambos a la vez) y de las
expectativas de rol social. A veces a causa del sexo hay violencia en
la pareja o en la familia, ya
sea por que la mujer no quiera tener relaciones sexuales o por
que el hombre
abusa de los hijos sexualmente.
La relación sexual; el enamoramiento y el
amor.
Para que un nuevo ser humano se origine, es necesario
que un hombre y una mujer tengan una relación sexual, sin
embargo, la relación sexual para los seres humanos no solo
se lleva con el fin de la reproducción sino que existen
finalidades que van mas haya de esto.
El deseo de establecer contacto de este tipo con otra
persona ocurre debido a que durante dicho contacto se produce
placer sexual esto es, se experimenta una sensación intima
de mucho agrado a tal grado que el placer no solo tiene fines
reproductivos, sino que es un medio por el cual podemos expresar
nuestro afecto, y establecer así relaciones de pareja
más estables y amorosas.
Además de placer los humanos experimentamos otras
emociones
tales como el enamoramiento y el amor; el primero es un estado en
el que nos sentimos atraídos física y
emocionalmente por otra persona. Nos gusta su pelo, su cara, su
cuerpo, etcétera. ¿Por que nos enamoramos? Los
biólogos y los psicólogos han explicado que es un
mecanismo común que sirve para relacionarnos en pareja,
muy parecido a la que ocurre en el resto de los animales.
En cambio el amor no es parecido al enamoramiento ya que
el amor consiste en sentir afecto por una persona y demostrarlo
con hechos es un sentimiento que nace debido al conocimiento
que va teniendo de la forma de ser y de sentir de la persona
amada y el cual crece con el paso de los años, para una
persona joven o un adolescentes es fácil confundir el
deseo sexual con el enamoramiento y el amor. Esto es normal ya
que se encuentran en una etapa en la que comienzan a conocerse y
a conocer a las personas, así como las relaciones que
establecerán con ellas. Sin embargo, el deseo sexual, el
enamoramiento y el amor son cosas distintas, pero pueden
complementarse entre sí. Sin embargo, es muy común
que la mayoría de las personas crean que la
relación sexual consiste únicamente en el coito,
pero esto es totalmente falso. Ya que durante una relación
sexual lo más importante es establecer un contacto intimo,
calido, respetuoso amable y de confianza entre las personas. Esto
se consigue cuando existe una buena comunicación entre los integrantes de la
pareja, y cuando hay caricias y besos que demuestran afecto esto
se conoce como una relación sexual por amor y
cariño.
EVOLUCION HUMANA Y
VINCULO DE PAREJA
EVOLUCION HUMANA
1. Vida social
La mayoría de las especies de primates, incluidos
los simios africanos, viven en grupos
sociales de diferente tamaño y complejidad. Dentro de
los grupos, los
individuos a menudo tienen papeles multifacéticos de
acuerdo con su edad, sexo, estatus, habilidades sociales y
personalidad.
El descubrimiento en 1975 en Hadar, Etiopía, de un
grupo de
varios individuos Australopithecus afarensis que habían
fallecido juntos hace 3,2 millones de años parece
confirmar que los homínidos primitivos vivían ya en
grupos sociales. Los científicos han denominado a esta
colección de fósiles La primera familia.
Uno de los primeros cambios físicos en la
evolución de simios a humanos —la
reducción del tamaño de los caninos en el macho
—indica asimismo un cambio en las relaciones sociales. Los
simios machos a veces utilizan sus grandes caninos para amenazar
(o a veces luchar con) otros machos de su especie, normalmente
para acercarse a las hembras o luchar por territorios o alimentos. La
evolución de los caninos pequeños en los
australopitecinos implica que los machos o bien habían
desarrollado otros métodos de
amedrantamiento o se habían hecho más cooperativos.
Además, tanto las hembras como los machos tenían
caninos pequeños, lo que indicaba una reducción del
dimorfismo sexual con respecto a los simios. Sin embargo, aunque
en los australopitecinos disminuyó el dimorfismo sexual en
cuanto a tamaño de los caninos, los machos todavía
eran mucho más grandes que las hembras. Así, los
australopitecinos machos puede que compitieran de forma agresiva
entre sí basándose puramente en su tamaño o
fuerza. Hasta
mucho tiempo
después puede que la vida social humana no comenzara a
diferenciarse mucho de la de los simios.
Los científicos piensan que algunos de los
cambios más significativos que posibilitaron el paso de la
vida social simiesca a la típicamente humana tuvieron
lugar en especies del género
Homo, cuyos miembros muestran un dimorfismo sexual todavía
menor. Estos cambios, que debieron tener lugar en diferentes
momentos, incluyen un prolongado tiempo de maduración de
los recién nacidos que comprende un periodo posterior
durante el cual éstos requieren un intenso cuidado por
parte de los progenitores, vínculos especiales que llevan
a un macho y una hembra a compartir actividades y aparearse, lo
que recibe el nombre de emparejamiento y la focalización
de la actividad social en un campamento o refugio seguro situado en
un lugar especial conocido por miembros del grupo o de la
familia.
1.1 Cuidados paternales
El ser humano, aunque tiene un cerebro grande,
requiere, sin embargo, un periodo prolongado de desarrollo
posterior al nacimiento y durante su primera infancia ya
que su cerebro tarda bastante tiempo en madurar. Dado que el
cerebro del australopitecino no era mucho mayor que el de un
chimpancé, algunos científicos piensan que los
homínidos primitivos tenían una velocidad de
crecimiento más parecida a la de los simios y mucho
más rápida que la del hombre moderno. Esta hipótesis está apoyada por estudios
de fósiles de australopitecino en los que se ha analizado
el desarrollo de la dentición —buen indicador del
desarrollo general del cuerpo.
Además, el cerebro humano va aumentando a medida
que el feto se va
desarrollando, de forma que la mujer debe dar a luz en una fase
temprana del desarrollo del bebé para que su cabeza pueda
pasar por su conducto pélvico. Así, los
bebés humanos requieren un largo periodo de cuidados hasta
alcanzar una fase de desarrollo a partir de la cual ya reducen la
dependencia de sus padres. Al contrario de lo que ocurre con la
mujer moderna, la australopitecina podía dar a luz a un
bebé en una fase avanzada de desarrollo porque su
cráneo podía pasar perfectamente por su conducto
pélvico. La necesidad de dar a luz en una fase temprana
del desarrollo del feto —lo que requiere un periodo
posterior prolongado de cuidados al recién nacido—
puede haberse iniciado hacia la época del Homo medio con
la especie Homo ergaster que tenía un cerebro claramente
mayor que el de los australopitecinos y un conducto
pélvico estrecho.
1.2 Emparejamiento
El emparejamiento, normalmente de duración
bastante breve, tiene lugar en diferentes especies de primates.
Algunos científicos piensan que en el ser humano se
desarrollaron vínculos más prolongados al comenzar
a compartir cada vez más los alimentos. Entre los
primates, los humanos presentan un comportamiento
diferente a la hora de compartir alimentos. El hombre retrasa la
ingestión de los mismos hasta no haber vuelto al punto de
reunión de los demás miembros de su grupo social.
Esta forma de repartición puede haber surgido al mismo
tiempo que la necesidad de atender durante un tiempo prolongado a
los recién nacidos, probablemente hacia la época
del Homo ergaster. El macho, al dedicarse a una única
hembra y compartir alimentos con ella, podía aumentar las
posibilidades de supervivencia de su prole.
Comenzaremos por establecer una fórmula tajante y
un tanto dramática, pero no por ello menos cierta, que nos
señale un punto de partida para los desarrollos que
aquí intentamos presentar. Consideramos así que,
en materia de
relaciones amorosas, no existen parejas disparejas,
por lo menos en el terreno de lo inconsciente (y como se
verá enseguida, también normalmente en el social).
Nuestra fórmula es ciertamente conclusiva y general, pero
intenta dar cuenta del hecho clínicamente observable de
que la gran mayoría de las parejas que de común
podemos analizar se encuentran determinadas y signadas por una
intrincada red invisible de elementos
culturales e intrapsíquicos que condicionan y
limitan las posibilidades de su unión e interacción. Tal vez sean precisamente las
parejas que no cumplen esta fórmula las que eventualmente
llegan a una ruptura; pero incluso en estos casos, en los que la
unión aparentemente se ha disuelto, podemos observar a
veces una dinámica relacional que no deja lugar a
dudas: permanecen intrapsíquicamente unidos, vincularmente
relacionados, en un equilibrio de
fuerzas, ganancias y conflictos que
llevan a pensar que el rompimiento o la distancia es parte
necesaria en la continuidad de la unión, que esto es
justamente la precondición de su emparejamiento.
Volveremos más adelante sobre este tema.
Estos dos niveles componentes de toda relación
-el cultural y el intrapsíquico-, han sido
señalados por Lemaire (1971, 1979) como niveles
institucional e instintual de la pareja. El primero
hace referencia a los elementos socioeconómicos, y el
segundo, a los de tipo biopsicológico.
En el nivel institucional aparece la
búsqueda de homogamia, un mecanismo social
tendiente a la unión por identidad,
semejanza o mantenimiento
del statu quo entre los compañeros
amorosos.
"En su nivel más conservador y primario da lugar
a la simple alianza de linajes (en casos extremos aun sin la
participación decisoria de los cónyuges) que busca
mantener o incrementar el status social y la fortuna
económica. Por ende se suele elegir semejanza en
características tales como origen de clase, raza y credo
religioso, status social, nivel económico, nivel escolar y
cultural, belleza física, etc. Los factores
ideológicos tienen aquí un ámbito
privilegiado de acción,
dada su capacidad encubridora de las motivaciones reales de
ciertas acciones
individuales, familiares y sociales"
El nivel instintual hace referencia
principalmente a los factores inconscientes que determinan en
forma importante la elección y mantenimiento de una
pareja. Estos factores están muy influidos por la matriz
familiar de origen, por la evolución psicosexual de cada
cónyuge y, consecuentemente, por el grado de
resolución de los pasajes preedípico y
edípico.
Dentro de este nivel es importante mencionar el papel
desempeñado en la elección de objeto por la
organización defensiva, especialmente por el conjunto
de los mecanismos de defensa organizados contra las pulsiones
peor integradas en el conjunto pulsional. Las
características personales del compañero se eligen
en vistas a reforzar los mecanismos de defensa destinados a
cerrarle el paso a las pulsiones parciales, y principalmente a
las que son extrañas al conjunto pulsional. Tal como lo
describe Lemaire.
"…en la elección de pareja, el elemento
más importante corresponde a la defensa contra la
pulsión aislada, como si inconscientemente el sujeto
percibiese un peligro más vivo en este plano. Él
asocia su elección de amor principal con esta defensa
contra una eventual claudicación, al elegir en su
pareja aquellas características que no despertarán
la pulsión y aun las que contribuirán a
reprimirla mejor. Esta es sin duda la característica
más destacable que en el plano de los procesos
inconscientes establece una distinción entre la
elección de objeto en la relación de tipo conyugal
y en las otras formas de vida amorosa: la aventura pasajera, el
coqueteo, el inicio de las primeras relaciones o los primeros
sueños de amor de la adolescencia,
y en cierta medida algunos tipos de relación poco
duradera. (…) En estos casos, el aspecto hedonista y la
búsqueda de satisfacciones pulsionales directas es
exclusiva o ampliamente prioritaria: lo que se le pide entonces
al objeto es fundamentalmente que sea el medio de una
satisfacción, y si el objeto no responde a ello, la
relación cesa inmediatamente. (…) En la relación
presumiblemente duradera, por el contrario, aunque el aspecto
hedonista y la búsqueda de satisfacción siguen
siendo importantes, no son sin embargo los únicos que
motivan la elección de pareja; y su carácterística más notable es
que el compañero sigue siendo el elegido aun cuando,
pasajeramente o de modo duradero, no brinde satisfacciones en
estos planos elementales. Por el contrario, el elegido debe
poder
contribuir a mantener en el sujeto una cierta seguridad
interior, para contribuir así a su organización defensiva".
La existencia de una función defensiva de la
pareja significa que durante el periodo de búsqueda,
consolidación o ruptura de la pareja, la relación
va a ocurrir alrededor de dos ejes: 1) la lucha de cada uno de
los participantes por conseguir a través de la
relación con el otro el mayor grado de expresión de
las necesidades, deseos y fantasías inconscientes propias
y, b) el intento de hacer esto con el mínimo grado posible
de confrontación con los propios miedos, temores y
ansiedades.
En resumen, estos niveles intitucionales,
instintual establecen, así, varias funciones:
"1) Logro de un lugar, un status y una apoyatura en la
red social amplia (nivel institucional)
2) Apoyo e incremento de fuerza al unirse a un
compañero, incluyendo lo económico (nivel
institucional)
3) "Colmamiento" narcisista en el enamoramiento y
formación de un sistema de
confirmación e identidad externos en la pareja
4) Establecimiento de un sistema defensivo interpersonal
(complementario al intrapsíquico y muy ligado a
éste) mediante la elección de la pareja
Monogamia, regla predominante en la sociedad, es
el sistema social que hace del matrimonio la unión de un
solo hombre con una sola mujer. Sólo mediante el divorcio es
posible una nueva unión. Se opone a la poliandria
(matrimonio de una mujer con varios hombres) y a la poliginia
(matrimonio de un hombre con varias mujeres), formas de
matrimonio poligámicas.
Poligamia, forma de matrimonio en la que una persona
tiene más de un compañero. La práctica de la
poligamia incluye la poliandria (matrimonio con varios hombres) y
la poliginia (matrimonio con varias mujeres).
La monogamia entre dos personas no infectadas que se
guarden fidelidad absoluta sólo en el contexto del
matrimonio es, junto con la abstinencia sexual, la opción
teóricamente más segura. En otras palabras, la
monogamia dentro del contexto del matrimonio sólo confiere
una seguridad absoluta si se cumplen tres condiciones:
- que en el momento de iniciarse la relación
ninguno de los dos miembros de la pareja se encuentre
infectado - que la fidelidad, a partir del matrimonio, sea
absoluta - que ninguno de los dos miembros de la pareja comparta
material de inyección con otra persona.
La palabra homosexual proviene del griego HOMO que
significa mismo, es decir, una persona que gusta de personas de
su mismo sexo. Se puede decir que la homosexualidad es una fuerte
atracción preferencial hacia personas del mismo sexo, se
les llama homosexuales a las personas que gustan de compartir sus
cuerpos en lo sexual y tal vez en lo sentimental con personas de
su mismo sexo.
Los estudios recientes han encontrado un rango entre el
1 y el 4 %, a continuación tenemos una muestra de esos
estudios más recientes:
- En un estudio de 5,514 estudiantes universitarios
canadienses de edades de 25 años para abajo se
encontró que el 1% era homosexual y un 1% era bisexual
(King et al., 1988). - En un estudio de 8,337 hombres británicos se
encontró que el 6.1% había tenido "alguna
experiencia homosexual" y un 3.6% había tenido "1
ó más parejas homosexuales." (Johnson et al.,
1992). - En un estudio francés de 20,055 se
encontró que el 4.1% de los hombres y el 2.6% de las
mujeres tuvieron al menos un acontecimiento de índole
sexual con persona de su mismo sexo durante su vida. (ANRS,
1992). - En un estudio aleatorio Danés se
encontró que un 2.7% de los 1,373 hombres que
respondieron a sus cuestionarios tuvieron una experiencia
homosexual (Melbye, 1992). - El National Health Interview Survey hace entrevistas en los hogares de la población civil no institucionalizada.
Los resultados de tres investigaciones, hechas durante 1990-1991 y
basándose en más de 9,000 respuestas cada vez,
encontraron que entre el 2 al 3% de la gente respondiente
dijo Sí a un paquete de declaraciones que
incluían "Eres un hombre que ha tenido sexo con otro
hombre en algún tiempo desde 1977, aunque sea una vez
" (Dawson, Hardy, 1990-1992). - En un estudio aleatorio de 6,300 Noruegos, el 3.5%
de los hombres y el 3% de las mujeres reportaron que
habían tenido una experiencia homosexual alguna vez en
su vida (Sundet et al., 1988).
Desde luego que aún los mejores estudios
diseñados no proveen un porcentaje preciso y exacto. Los
resultados de los estudios arriba mencionados, que consisten en
estudios aleatorios de la población en general,
están influidos por varios factores, como son la
aceptación social de decir Sí y la
fraseología de las preguntas. ¿Cuántas
personas escondieron el hecho que eran homosexuales?
¿Cuánta gente dijo "Sí" a una pregunta
fraseada ampliamente acerca del contacto homosexual, cuando en su
caso sucedió en el contexto de abuso sexual
cuando era un niño o adolescente? ¿Cuántos
hombres dijeron Sí a haber tenido un contacto homosexual,
cuando esto ocurrió en la prisión únicamente
por la ausencia del sexo opuesto? ¿Y Cuántos
hombres y mujeres que sienten atracción únicamente
al mismo sexo dijeron "No" a la conducta homosexual porque ellos
no han estado sexualmente activos, o porque
no usan la etiqueta de "homosexual"?
Entre las causas más comunes para la
homosexualidad, hay diferentes ideas acerca de por qué
algunas personas experimentan atracción hacia su mismo
sexo:
- Muchas personas que son atraídas hacia su
mismo sexo tienen un sentido de ser diferentes desde muy
temprana edad y consecuentemente creen que nacieron
homosexuales. - Otras personas creen que algunas personas son
homosexuales porque así lo escogieron. Para la
mayoría de las personas homosexuales esto no es
verdad. - Muchas personas creen que algunas personas son
homosexuales por lo que les sucedió durante su vida.
Pueden haber sido lastimados emocionalmente y esto puede
afectar la manera de cómo se siente con ellos mismos.
Pueden que hallan sufrido un abuso sexual o hayan tenido una
mala relación con los padres. En este punto cabe
destacar los siguientes aspectos: los factores con los cuales
se nació (temperamento, predisposición genética, etc.), experiencias negativas
en la infancia, la situación familiar de la persona
(buena o mala), la cantidad y el tipo de apoyo que estuvo
disponible para ayudar al hijo al joven a enfrentar lo que
estaba sucediendo, el tipo de entrenamiento
moral que se
le dio al niño, las decisiones que se tomaron en
respuesta a los sentimientos y atracciones, cuán claros
o confusos son los roles sexuales en una cultura,
etc.
EL PROBLEMA DE LA
BISEXUALIDAD.
Bisexualidad es el potencial de estar erótica o
románticamente atraído por personas de cualquier
sexo. Así mismo, un bisexual es aquella persona que siente
una atracción erótica por individuos de ambos
sexos.
Sin embargo, definir la identidad sexual de cada
individuo no
es tarea fácil. Definirla es algo muy personal: muchos
individuos que mantienen relaciones sexuales con miembros de
ambos sexos pueden no considerarse o llamarse a sí mismos
bisexuales. Quizás se consideren más como
heterosexuales, o más como homosexuales. Para entender
esto podemos ejemplificarlo de la siguiente manera: el hecho de
que un hombre tenga contacto sexual con una mujer, no significa
necesariamente que ella en particular le atraiga sexualmente.
Puede ser que él únicamente quiera guardar
apariencias o demostrarse a sí mismo algo. Ahora bien, en
el caso de la bisexualidad, se aplica lo mismo: una persona que
se sienta ya sea homosexual o heterosexual y tenga relaciones con
ambos sexos no es necesariamente bisexual. Esta persona
tendrá la identidad que internamente mejor le venga, con
la que se sienta más a gusto.
Sucede algo similar en el caso contrario. Puede ser que
una persona se considere a sí misma bisexual debido a sus
sentimientos por ambos géneros, pero que mantenga
relaciones con persona(s) de un mismo género. Aquí
se aplica nuevamente lo de la identidad: esta persona se siente
bisexual, y aunque tiene una predilección o interés
por involucrarse con un solo sexo, su sentir es para con ambos
sexos a fin de cuentas.
Aquí podría entrar el caso de un bisexual
monógamo, lo cual es perfectamente válido, siempre
y cuando así lo quiera y decida la persona.
Ahora bien, un bisexual no se siente forzosamente
atraído por hombres y por mujeres de igual manera. Una
persona bisexual (hombre o mujer) puede preferir las relaciones
con mujeres por encima de las relaciones con hombres, o preferir
las relaciones con hombres por sobre las relaciones con mujeres,
o bien, tener la misma preferencia por ambos sexos, concibiendo
el amor erótico en este último caso, como un estado
donde no importa el sexo de la pareja, sino su
carácter.
LA VIDA SOCIAL DE UN
HOMOSEXUAL.
En un principio los lugares homosexuales (baños
públicos, saunas, bares, etc.), fueron una variaciones de
los que se conoce como burdel; espacios donde se podía
comer, beber, consumir drogas,
mantener encuentros ilícitos, presenciar actos
eróticos, obtener material pornográfico, etc. Al
igual que en los burdeles el contacto sexual no implicaba
compromisos morales ni sentimentales, en realidad se trataban de
burdeles gratuitos.
Hoy en día se ha comercializado con la
homosexualidad al crear lugares de encuentro "gay", donde no
necesariamente se va a tener o buscar un encuentro sexual,
más bien se va en busca de un espacio donde se pueda
interactuar con personas del ambiente y
poder moverse abiertamente como si fueran heterosexuales.
Independientemente siguen existiendo los "burdeles gratuitos",
donde se va en busca de sexo gratuito y sin
compromisos.
NATURALEZA
DE LA ORIENTACION SEXUAL
La orientación sexual es un componente de la
identidad de la persona, que consiste de muchos otros componentes
como la cultura, la etnicidad, el genero y rasgos
de personalidad. La orientación sexual consiste de una
fuerte atracción emocional, romántica, sexual y
afectiva que una persona siente hacia otra. La orientación
sexual es un continuo. En otras palabras, una persona no tiene
que ser exclusivamente homosexual o heterosexual, sino que puede
sentir grados variados de atracción hacia ambos
géneros. La orientación sexual se desarrolla a lo
largo de toda la vida de la persona – diferentes personas se dan
cuenta en diferentes momentos en sus vidas que son
heterosexuales, gays, lesbianas o
bisexuales.
La conducta sexual no es igual a la orientación
sexual. Muchos adolescentes – como muchas personas adultas –
pueden identificarse a si mismos como homosexuales o bisexuales
sin haber tenido ninguna experiencia sexual. Otra gente joven ha
tenido experiencias sexuales con personas de su mismo genero pero
no se consideran gays, lesbianas o bisexuales. Esto es relevante
particularmente durante la adolescencia porque es un periodo de
experimentación – característica de esta etapa del
desarrollo.
La adolescencia en personas gays, lesbianas o bisexuales
sigue un patrón de desarrollo que es similar y a la vez
diferente de sus contrapartes heterosexuales. Todos los
adolescentes enfrentan algunos retos de desarrollo como pensar
sobre su selección
de carrera, el desarrollo de destrezas sociales y ajustarse al
grupo de pares. La juventud gay,
lesbiana y bisexual debe además hacer frente al prejuicio, la
discriminación, y la conducta y mensajes
violentos en sus familias, escuelas, y su comunidad. Estas
conductas y mensajes afectan negativamente la salud física y
mental, y la educación de la
gente joven gay, lesbiana y bisexual. Estos estudiantes suelen
reportar que faltan a la escuela debido al
miedo a ser hostigados por otros estudiantes y recibir daño a
su propiedad en
la escuela, con mas frecuencia que los estudiantes
heterosexuales. Los anuncios de la "terapia reparativa" y los
"ministerios de
transformación" tienden a exacerbar el riesgo de
hostigamiento, daño y temor.
Por estas razones, muchas veces la experiencia de la
juventud gay, lesbiana y bisexual es de soledad, miedo al
ostracismo, y falta de apoyo familiar y de los pares. La juventud
gay, lesbiana y bisexual tiene pocas oportunidades para observar
modelos
adultos positivos debido al prejuicio cultural general que hace
casi invisibles a las personas gay, lesbianas y bisexuales. Es
este aislamiento y falta de apoyo lo que explica en parte la alta
tasa de dificultades emocionales http://www.apa.org/pi/lgbc/publications/
– b
intentos de suicidio,
conducta sexual arriesgada y consumo de
drogas que reportan estudiantes gay, lesbianas y bisexuales en
comparación con estudiantes heterosexuales.
La juventud gay, lesbiana y bisexual tiende a no pedir
ayuda debido a su legitimo miedo de ser hostigados o heridos. Por
eso es importante que su ambiente sea tan abierto y de la mayor
aceptación como sea posible para que sientan comodidad
compartiendo sus ideas y preocupaciones. El personal de las
escuelas necesita entender la naturaleza del
desarrollo de la orientación sexual para proveer un
ambiente de aceptación y apoyar el desarrollo saludable
para estos jóvenes.
"Salir del armario" se refiere al proceso de
reconocer la atracción y la identidad gay, lesbiana o
bisexual de uno mismo y revelarla a otras personas. Este proceso
es diferente para cada joven; sin embargo la mayoría le
revela su orientación a otras personas en el orden
siguiente: a otra persona par gay, lesbiana o bisexual, a pares
Íntimos heterosexuales, a miembros cercanos de la familia
y finalmente, a padres y madres.
Mucha gente se pregunta por que la juventud y los
adultos gay, lesbianas y bisexuales sienten la necesidad de
"salir", o sea, revelar su orientación sexual a otras
personas. Esto es la expresión de una tendencia normal de
querer compartir información personal de uno con otras
personas que nos son importantes, y debe ser considerada como tal
por las personas alrededor de jóvenes gay, lesbianas y
bisexuales. Es saludable para la juventud el compartir con
amistades y sus familias su más reciente "enamoramiento" o
que hicieron durante el fin de semana. Este proceso sin embargo,
es muchas veces difícil para la juventud gay, lesbiana y
bisexual porque hay un fuerte (y muchas veces bien fundado) temor
al rechazo.
La relación
sexual.
Anatómicamente, el hombre con su pene y la mujer
con su vagina son complementarios y todo confluye para favorecer
la aproximación sexual.
Esta relación corresponde a dos funciones que,
antaño consideradas como una sola, la reproducción,
es decir la continuidad de la especie; por otra parte procura el
placer y permite (algo muy importante) el placer del
otro.
Consta de cuatro fases, fase de excitación,
más o menos prolongada, fase activa o de meseta, que
empieza con el acoplamiento, fase orgásmica, que puede
faltar en la mujer y fase de relajación o de
resolución.
Fase de excitación
Esta dominado por el deseo, mediante caricias, los
cuerpos se buscan y aprenden a reconocerse, se establece
así la intimidad amorosa de la pareja.
Las necesidades sexuales difieren mucho de un individuo
a otro, el deseo, sus motivos y objetos varían
según el caso.
Bajo la influencia del deseo el hombre reacciona
mediante la erección del pene; la mujer, mediante la
lubricación de las vías genitales. La
erección se manifiesta a través de un
fenómeno bien visible, se sabe que estado de flacidez la
longitud y el diámetro del pene es variable, de un
individuo a otro, o en el mismo, por ejemplo varían por
condiciones como la temperatura,
el pene en erección es sensible igual a todos los
hombres.
Este dato dejara de intranquilizar a muchos
jóvenes por la pequeñez de sus de sus
órganos genitales, ya que la Virilidad no esta ligada al
tamaño ni a la longitud del pene. De la misma manera en la
mujer se producen modificaciones en las vías genitales, la
vagina elabora un líquido que al lubricar las paredes
facilitara el acto sexual, resultado de una fluencia
sanguínea en las paredes vaginales, que se tornaran
más obscuras y congestivas, el mismo mecanismo produce la
erección del pene, la vagina ya esta dispuesta a
recibirle.
Fase de meseta
Esta fase empieza con la introducción del pene en la vagina y
finaliza con el orgasmo, en el hombre los testículos
aumentan de volumen es un 50%
y a causa de un acortamiento del cordón espermático
se eleva el escroto.
Es ambos miembros de la pareja se producen
fenómenos generales, respiración rápida,
aceleración del pulso, aumento de la presión
arterial. el rubor sexual se acentúa más o menos y
pueden producirse contracciones en los músculos,
voluntarios e involuntarios, que confieren expresiones faciales
inesperadas.
En la mujer se advierte una elevación y
retracción del clítoris que se encuentra cubierto
por su capuchón, ello explica el hecho de que el
clítoris se haga menos evidente, el tercio inferior de la
vagina se estrecha: la abertura del conducto, a ese nivel, se
reduce a la mitad, con lo que abraza literalmente al pene;
mientras la parte superior de la misma se infla.
El orgasmo
Se define como el punto álgido del placer sexual,
su culminación.
En el hombre se caracteriza por una serie de
contracciones rítmicas precediendo la eyaculación;
primero surge el liquido de los testículos, y
posteriormente el de las demás glándulas. El
femenino se caracteriza por contracciones rítmicas del
tercio inferior de la vagina no es constante y puede faltar en
los primeros coitos; en numerosos casos sólo ocurre
después de cierta iniciación y adaptación
progresiva a la vida sexual
La mujer es más sensible que el hombre a la
atmósfera
del lugar, a determino clima, el hombre
deberá ser cuidadoso en esos pequeños preludios y
ser muy delicado ya que tienen mucho valor para
ella, y poder encontrar juntos la satisfacción de sus
deseos.
Fase de
resolución
Esta fase inicia con la relajación de las
tensiones musculares.
En el hombre empieza con la reducción del pene a
su tamaño habitual, esto en dos tiempos el primero
rápido y el segundo más lento, aquí existe
un periodo refractario, durante el cual el hombre es insensible a
las excitaciones sexuales y su pene no adopta la posición
erecta, esto es variable y tiende a prolongarse con la
edad.
En la mujer, se observa el regreso a la normalidad de la
respiración del pulso y de la presión arterial, la
desaparición del rubor sexual, los órganos
genitales vuelven a su posición inicial, primero el
clítoris y después la vagina y el útero;
finalmente el cuello baja y tiende a dilatarse.
Cuando un varón
llega a la adolescencia empieza a atravesar importantes cambios
en sus emociones. La conciencia sexual
se acentúa e intenta liberar la tensión
erótica mediante la masturbación, esto se acentua
cuando no tiene pareja. Muchos hombres continúan
masturbándose durante toda su vida, incluso cuando
mantienen relaciones con otra persona. Según diversos
estudios, un 94% de hombres se han masturbado alguna vez hasta
llegar al orgasmo. Mediante la experiencia personal se aprenden
las técnicas y
ritmos que dan mejor resultado. De esta forma el hombre conoce
sus respuestas y se puede anticipar al orgasmo. El uso de
lubricantes reduce la fricción y puede hacer que aumente
el placer.
El método
clásico
En general, el hombre se masturba sujetando con una mano
el cuerpo de la verga e imprimiendo un movimiento
rítmico de vaivén, al mismo tiempo que acaricia el
tallo de arriba a abajo. La mayoría estimula
también el glande y el frenillo (bajo el glande, en la
parte inferior). Algunos consiguen llegar al orgasmo frotando el
glande cada vez más rápido. Para otros, con una
sensibilidad extrema, esta maniobra puede ser dolorosa. El nivel
de presión, la rapidez y la amplitud del movimiento varian
de un individuo a otro.
Lo más importante es el ritmo: la regularidad
crea la tensión sexual. También puede acariciar,
masajear o sujetar los testículos al mismo tiempo, o
frotar el periné (zona situada entre los testículos
y el ano). Presionar la base del tallo aumenta la sensibilidad y
facilita la erección. Para cambiar, acaricie suavemente
con los dedos el pene y los testículos hasta tener una
erección, luego utilice 2 o 3 dedos y el pulgar, en lugar
de utilizar toda la mano, para efectuar el movimiento de
vaivén.
Un poco más difícil: intente mantener un
dedo en el frenillo, deslizando los otros dedos y el pulgar por
encima del pene, en un movimiento corto. Para estimular zonas
diferentes, basta con efectuar el movimiento girando la
muñeca y la palma del otro lado del pene.
El orgasmo.
Se suele tardar entre 2 y 5 minutos en alcanzarlo.
Aunque depende del estrés, el
cansancio y la excitación. La mayoría acarician el
pene (o frotan el glande) cada vez más rápido
cuando sienten que va a llegar el orgasmo. Otros sujetan sus
testículos o la base del tallo mientras están
eyaculando. Si desea retardar la eyaculación, debe ir
más despacio o detener el movimiento, y luego volver a
empezar. La sensación de placer durará más y
el orgasmo será, sin duda, más intenso (aunque, al
contrario, puede resultar menos fuerte si lo ha retardado durante
demasiado tiempo). Cuando el hombre llega al orgasmo, ralentiza o
detiene la estimulación. En ese momento, el pene y, sobre
todo, el glade son extremadamente sensibles.
Para aumentar la excitación y el
placer.
Puede masturbarse en la cama, en el sofá, etc.,
pero también de pie o delante de un espejo: eso no quiere
decir que sea narcisista y, en cambio, puede contribuir a
aumentar la excitación. Los "auxiliares", revistas y
películas porno, no son precisamente muy
"eróticas". Las fantasías sexuales son un
estimulante mucho más eficaz. Algunos hombres se sientan
incluso sobre sus manos antes de masturbarse. Así, las
manos estarán medio dormidas y resulta más
fácil imaginar que es otra persona quien le está
acariciando.
Utilización de un gel
lubrificante.
Muchos utilizan la saliva para lubrificar el sexo; de
esta forma las sensaciones de la masturbación se parecen
más a las de una penetración. Sin embargo, a veces
la saliva no es suficiente. La mejor solución es utilizar
una leche
hidratante, o mejor, un lubrificante a base de agua.
Además de ser (casi) interminables, proporcionan una
sensación diferente, ya que permiten un frotamiento
más intenso con toda la palma de la mano directamente
sobre el glande (parte muy sensible). El lubrificante a base de
agua evita que los penes sensibles se irriten.
Con una almohada para más realismo.
De pie o de rodillas con una almohada doblada delante de
usted, de tal forma que simula la cavidad vaginal y le permite
fantasear con el coito. También puede colocar la almohada
a la altura de la ingle, frotando el pene de adelante hacia
atrás y hacia arriba. Esta técnica permite aumentar
la excitación. Justo antes del orgasmo, puede pasar, si lo
desea, al método clásico o a una
estimulación más directa. Si no, acelere el
movimiento como durante el coito. Gracias a esta técnica
podrá dar un toque realista a sus
fantasías.
3.1 – EL PERIODO DE LA ADOLESCENCIA
Comprende de los 12 a los 19 años, es una
época de rápidos cambios y difíciles
empresas. El
desarrollo físico es sólo una parte de este
proceso, porque los adolescentes afrontan una amplia gama de
requerimientos psicosociales: independización de los
padres, consolidación de las cualidades necesarias para
relacionarse con los compañeros de la misma edad,
incorporación de una serie de principios éticos
aplicables a la realidad práctica, fomento de las
capacidades intelectuales
y adquisición de una responsabilidad
social e individual básica, por nombrar sólo
algunos. Pero a la vez que el adolescente se encara con tan
compleja sucesión de dificultades concernientes a su
evolución conjunta como ser humano, debe dirimir su
sexualidad aprendiendo el modo de adaptarse a los cambiantes
sentimientos sexuales, escogiendo cómo participar en las
diversas clases de actividad sexual, descubriendo la manera de
identificar el amor y asimilando los necesarios conocimientos
para impedir que se produzca un embarazo no deseado. No es
extraño que en ocasiones el adolescente sea víctima
de conflictos, sufrimiento y desconcierto.
Por otro lado, la adolescencia también es una
etapa de hallazgo y eclosión; una época en que la
maduración intelectual y emocional corre paralela con el
desarrollo físico y genera una libertad y un
creciente apasionamiento vital. La adolescencia no es
únicamente un periodo de turbulencia y agitación,
como quieren las concepciones tradicionales, sino que, a la vez,
suele ser una fase de goce y felicidad que marca el
tránsito agitado y tumultuoso al estado adulto (Offer y
Offer, 1975). La naturaleza paradójica de la adolescencia
se patentiza sobre todo en la esfera de la sexualidad.
Aspectos psicosexuales de la
adolescencia
Fantasías sexuales
Los sueños y las fantasías sexuales se
tornan más frecuentes y explícitos en la
adolescencia, muchas veces como elemento auxiliar de la
masturbación. Parece ser que la fantasía, en el
marco de la adolescencia, cumple varios cometidos: realza por lo
general el placer de la actividad sexual; puede sustituir a una
experiencia real (pero inasequible); origina excitación o
provoca el orgasmo; constituye una especie de plataforma de
ensayo mental
de cara a ulteriores situaciones sexuales (aumentando la
tranquilidad y anticipándose a posibles problemas, igual
que ocurre con el ensayo de
cualquier otra actividad) y, en fin, supone un medio de
experimentación sexual sin riesgos,
controlable y nada conmocionante. La experiencia del adolescente,
en cuanto a la exploración del alcance y aplicabilidad de
las fantasías, repercute decididamente en su actividad
sexual y en la propia seguridad a la hora de desempeñarse
sexualmente en fases posteriores.
Independencia
A medida que el adolescente pugna por consolidar un
sentido de identidad e independencia
personal con respecto a sus padres y a otras figuras
autoritarias, adquieren gran importancia las relaciones
recíprocas con los compañeros y compañeras
de la misma o parecida edad. Así, por ejemplo, la
necesidad de libertad que experimenta el adolescente se
acompaña normalmente del imperativo de ser como sus
amigos, por más que en ocasiones ambas exigencias sean
contrapuestas o antagónicas.
Las presiones del grupo de edad a que pertenece el
adolescente varían según las colectividades
sociales.
En su ansia por liberarse de la supervisión de los padres y de los adultos,
algunos adolescentes ven en el sexo un medio de demostrar su
aptitud para tomar decisiones propias y de presentar cara a la
escala de
valores de la
otra generación. Pero la conquista de esa libertad no es
tarea fácil, ya que los adolescentes adquieren de un modo
y otro un considerable legado sexual de sus mayores y de la
generación correspondiente en el que se incluyen pautas
discriminatorias hacia el sexo femenino y un intenso sentimiento
de culpabilidad
sexual. Han cambiado antes las actitudes que
la conducta, puesto que hoy está muy extendida la idea de
igualdad entre
ambos sexos No obstante, perdura en ciertos aspectos el criterio
de la superioridad del varón. Aún se espera que sea
éste el que tome la iniciativa sexual, y si es la mujer la
que lo hace, lo más probable es que se la tache de
"atrevida" o "calentorra". Los adolescentes no se han
desembarazado de todo vestigio de problemas sexuales, mala
información y desconcierto en materia de sexualidad;
más bien parece que hayan sustituido determinados
problemas por otro contingente de dificultades.
3.2 – LA PRIMERA ETAPA DE LA EDAD ADULTA (18-30
años)
El primer ciclo de la edad adulta, que comprende
aproximadamente desde los 20 a los 40 años, es un periodo
en que los individuos toman importantes decisiones en su vida
(matrimonio, trabajo,
modelo de
vida) y pasan de las ambiciones relativamente no verificadas de
la adolescencia a una madurez personal decantada por la realidad
del mundo en que viven. Para la mayoría de las personas es
un época de creciente responsabilidad sobre las relaciones
interpersonales y la vida de familia.
En los últimos años, se observa en general
una clara propensión a contraer matrimonio a una edad
más tardía que en décadas anteriores. Como
resultado de este fenómeno muchos jóvenes, varones
y mujeres, mantienen la soltería durante un lapso de
tiempo considerable, lo que sin la menor duda ha alterado las
pautas de comportamiento sexual que regían en tiempos de
Kinsey. Hoy, buen número de personas entre los 20 y los 30
años consideran que la adquisición de experiencia
sexual es un paso inicial que facilita la acertada
elección de pareja, en contra de la idea antes vigente de
preservar la virginidad. Erikson (1968) observa que el desarrollo
de la capacidad para una convivencia íntima es uno de los
principales objetivos del
joven adulto.
Por lo general, el adulto joven no se halla tan sujeto a
la "presión de los compañeros de su edad en materia
sexual" como lo está el adolescente, sino que predomina en
él la fuerte necesidad interna de "foguearse "
sexualmente. La libertad de movimientos respecto de los padres y
los límites
que imponen al adolescente va acompañada de un acceso
más fácil a un entorno más íntimo, a
un lugar en el que poder estar solo, sea un apartamento, la
habitación de un motel o un centro de vacaciones, lo que
conlleva de paso mayores oportunidades en el terreno sexual.
Dentro de ese estado de soltería se observan varias formas
comunes de comportamiento sexual:
El experimentador parece evaluar los lances sexuales
atendiendo a la frecuencia, diversidad y eficacia en el
desempeño amoroso; él o ella dan la
impresión de considerar la vida como un copioso super
orgasmo sexual y su actitud es,
normalmente, ésta: "Ahora es tiempo de pasarlo en grande,
porque luego voy a sentar la cabeza".
El buscador pugna por hallar la unión ideal (y la
compañera perfecta con la que casarse) a base de continuas
experiencias sexuales, confiando en dar así con lo que
anda buscando. La vida en común puede convertirse en un
campo de pruebas cuando
se entablan relaciones sobre esta base.
El tradicionalista participa de buena gana y
placenteramente en la actividad sexual, pero conserva el coito
para las "relaciones serias". Es posible que antes de contraer
matrimonio el tradicionalista tenga varias parejas sexuales, pero
siempre de una en una durante un periodo de tiempo dado. Es
indudable que podrían reseñarse otros modelos o
formas de comportamiento sexual, pero los tres enumerados parecen
ser los más corrientes.
Los primeros años del estado adulto son una
época de incertidumbre sexual para unos y de
satisfacción plena para otros. A veces la sexualidad se
tuerce debido a sentimientos de culpa o de inmoralidad que el
individuo, hombre o mujer, arrastra de antiguo. La
preocupación que tenía el adolescente acerca de su
idoneidad sexual no ha desaparecido del todo, y el joven adulto
continúa preocupándose también de su
prestancia física, dotes sexuales y destreza personal en
el amor. Es posible que aún no se hayan resuelto los
conflictos en torno a la
identidad sexual, e incluso para los que han logrado aceptar y
asumir su condición de homosexuales o bisexuales, las
presiones y prejuicios sociales pueden suponer obstáculos
y dificultades.
Pese a la existencia de tales problemas, los
jóvenes adultos son hoy más activos en el plano
sexual que sus homólogos de otras épocas. Un factor
determinante que contribuye a este cambio es el relativo abandono
de los viejos postulados discriminatorios, según los
cuales las aventuras amorosas prematrimoniales estaban prohibidas
a las mujeres, pero no a los hombres. Por todo ello no sorprende
que las diferencias en la banda de actividad sexual entre varones
y mujeres se hayan reducido en gran medida con respecto a las que
regían en otros tiempos.
En la actualidad los adultos jóvenes se enfrentan
con algunos conflictos sexuales suplementarios que vienen a ser
una especie de reacción antagónica del lema
"cualquier cosa vale" de las décadas de 1960 y1970. Por
ejemplo, si bien en los últimos treinta años se ha
producido un cambio de actitud espectacular en lo que
atañe a las relaciones sexuales prematrimoniales, la
promiscuidad sexual sigue siendo objeto de reprobación
más o menos larvada. Además, si bien la
mayoría de los solteros, hombres y mujeres, estiman que no
es necesario querer a la pareja de turno para tener relaciones
sexuales placenteras, se empieza a observar un desencanto
creciente en lo que concierne al sexo fortuito o accidental y a
los amores de una noche.
Parece que esta tendencia se debe, al menos en parte, a
la cada vez más consciente aprensión al contagio
venéreo. Por otra parte, entre los jóvenes adultos
homosexuales que, como grupo, tienen normalmente muchos
más contactos sexuales fortuitos o accidentales que sus
homólogos heterosexuales, el miedo al SIDA ha hecho que
últimamente redujeran el número de sus parejas
sexuales y se observara un interés más palpable por
entablar relaciones "monógamas".
No obstante, el miedo no es el único factor que
interviene en el ámbito del sexo ocasional. Muchos de los
jóvenes adultos que hemos tenido ocasión de
entrevistar se muestran disconformes con otra secuela del sexo
accidental, y es su naturaleza relativamente impersonal. Si bien
la disminución de restricciones en la conducta sexual crea
un ambiente propicio para la libertad de
expresión sexual y de elección de la pareja,
esta libertad no es siempre inequívocamente positiva. La
libertad sexual puede ser motivo de desengaño,
opresión y conflictos de la misma manera que puede
producir satisfacción, en el sentido de que "en la medida
que diversifica y amplía la experiencia, también
diversifica y multiplica el dolor inherente a ella, los errores
que podemos cometer y el daño que recíprocamente
podemos causarnos.
Claro está que muchas veces las situaciones de
carácter sexual en la primera etapa de la edad adulta son
cordiales, apasionadas, compensatorias y sin perturbaciones.
Incluso el sexo accidental cumple una serie de funciones, tanto
orgánicas como psicológicas, y, desde luego, no hay
razón para poner reparos a las evasiones placenteras. Sin
embargo, hoy empieza a dominar claramente la tendencia a mantener
relaciones sexuales en un contexto de afecto mutuo, como se
aprecia muy en especial en la propensión cada vez
más evidente de las parejas jóvenes a "cohabitar",
es decir, a la vida en común.
En contraste con la vida de soltero, el matrimonio se
rige por otros módulos de expresión sexual. Para
bien o para mal, lo cierto es que la mayoría de los
jóvenes adultos terminan contrayendo matrimonio. Al tiempo
que la novedad de la felicidad conyugal de primera hora se diluye
en el proceso de aprender a convivir, respetando los
hábitos y peculiaridades mutuos – de la misma forma que
los afanes primerizos por conquistar el mundo dan paso a una
focalización más práctica en los pormenores
de la vida cotidiana-, la relación sexual tiende a ser
menos incitante y, a veces, menos gratificante para uno o para
los dos miembros de la pareja.
La paternidad menoscaba la intimidad, añade
exigencias nuevas y llega incluso a producir agotamiento. Es
difícil pensar en el sexo cuando se ha pasado la jornada
vigilando los pasos de un niñito de dos años, de la
misma manera que la excitación sexual se aminora o
desaparece después de haber estado 14 horas seguidas
trabajando.
Aunque no se pierda ni se sacrifique el goce sexual,
éste debe soportar el contrapeso de otras necesidades y
responsabilidades, lo cual constituye un hito experimental de
primer orden en esta fase de ciclo vital. Los que no consiguen
culminar con éxito
este proceso de integración es probable que se sientan
menos satisfechos en el plano sexual, lo que puede inducirles a
buscar aventuras con otras mujeres, o recurrir al divorcio. En la
actualidad estas salidas son harto comunes y bien conocidas de
los investigadores.
Hay parejas que dan cima al "sueño" de hallar la
dicha conyugal, lo que consiguen mediante una convivencia
armoniosa, educando a sus hijos, guardándose fidelidad
mutua y profesándose un cariño sin fisuras. Otros
matrimonios se atienen a una versión corregida de esta
pauta: desaparece el amor, pero subsisten los elementos
restantes. Y, en fin, los hay que experimentan con nuevas
varientes del modelo ideal, bien sea renunciando a tener hijos,
no observando la fidelidad mutua o relegando la dicha matrimonial
a un segundo plano. La impresión que externamente causa
una pareja casada y la realidad interna que preside su
unión no siempre guarda una coherencia lógica.
Un indicio concreto de
que muchos matrimonios no son felices lo tenemos en las tasas de
divorcio que se dan en nuestra sociedad.
Es difícil discernir en qué medida la
insatisfacción sexual es una causa primaria de divorcio,
pero los consejeros matrimoniales saben bien que los problemas
sexuales suelen ser un elemento común en los matrimonios
que se tambalean.
Por otra parte, hay personas que deciden casarse aun a
sabiendas de que existe una disfunción sexual.
Quizá confían en que la dificultad
desaparecerá con el paso del tiempo-cosa que normalmente
no ocurre- o bien adoptan una actitud de "despreocupación"
que resta importancia, con toda intención, al papel del
sexo antes incluso de que se consume el enlace.
A partir de los 40 años, el individuo entra en un
periodo de transición de la juventud adulta al estadio de
la madurez.
Sexo, género y
sexualidad:
Por sexo entendernos todos aquellos caracteres
físicos y biológicos, incluidos nuestras
gónadas y nuestros genitales, y por el que pasamos a ser
hombres o mujeres según sean estos unos u otros (sexo de
asignación). Hay varios tipos de sexo, el
cromosómico, gonadal, genital, psíquico y social.
Normalmente todos ellos coinciden, y entonces se adopta el rol
sexual esperado. Si el psíquico no concuerda con los
restantes, hablamos de una discordancia con el rol
presumiblemente esperado y se adopta una identidad de
género distinta
En principio, el sexo y el género no conllevan a
un determinado tipo de sexualidad (en su globalidad) ni a
una determinada orientación sexual. Así, la
orientación sexual es la atracción
física hacia una persona por razón de su sexo (que
puede ser heterosexual o homosexual, básicamente),
mientras que la identidad sexual es el rol que adopta
socialmente uno mismo, sea éste el esperado o no por
razón de su sexo asignado. Por tanto, no hay que confundir
la transexualidad con la homosexualidad ni con el travestismo,
pues en ellos intervienen diferentes factores de los que resultan
comportamientos diferentes, y en ningún caso no
patológicos en sí mismos.
La homosexualidad implica relaciones afectivas
y/o sexuales entre personas del mismo sexo, es decir, entre dos
hombres (gays) o entre dos mujeres (lesbianas). El homosexual se
siente a gusto con su propio sexo (biológico) y con todos
sus caracteres primarios y secundarios, es decir, no experimenta
ningún rechazo hacia su morfología
sexual (genitales,…). Por tanto, solo se diferencia del
heterosexual por su orientación sexual.
El Travesti es aquella persona que se viste con
ropas del otro sexo para satisfacer un deseo
erótico-fetichista, pero de ninguna manera desea un cambio
real de sexo, ya que se siente plenamente identificado con el
sexo de nacimiento. Dado que la identidad sexual y la
orientación sexual son dos conceptos distintos, no
excluyentes entre sí, los transexuales pueden ser
homosexuales, heterosexuales, bisexuales o asexuales (al igual
que el resto de la población). Así, hay
transhomosexuales o transheterosexuales, siendo un
transhomosexual aquél o aquella que tras un cambio de
sexo, mantiene una relación con una persona del mismo sexo
social al cual o ella pertenece ya en la
actualidad.
Definición:
El término transexualidad fue citado por primera
vez por Hary Benjamin en 1953, quién matizó la
definición, ya ofrecida antes por Cauldwell. La
transexualidad es el deseo irreversible de pertenecer al
sexo contrario al genéticamente establecido (o sea, al de
nacimiento, ratificado por sus genitales) y asumir el
correspondiente rol (el contrario del esperado), y de recurrir si
es necesario a un tratamiento hormonal y quirúrgico
encaminado a corregir esta discordancia entre la mente y el
cuerpo.
La transexualidad no es una elección. Por tanto,
se nace transexual. Aunque no se conoce el origen de este
trastorno, existen básicamente dos teorías
al respecto, aunque es probable que sea el resultado de
múltiples factores. La teoría
psicológica sostiene que en algún momento de la
vida del transexual (especialmente en los primeros años de
vida), se produce un trauma y, por tanto, cree que la
afloración de este trauma a la superficie debería
curar al transexual. Actualmente y tras intentos fallidos de
curaciones de transexuales está siendo relegada por la
teoría biológica, que por el contrario, se basa en
la existencia de diferencias biológicas entre los
transexuales respecto de los demás individuos.
Últimamente, presta mucha atención a los baños de hormonas
durante el desarrollo prenatal y su posterior influencia en el
desarrollo de la identidad del individuo, y considera que el
tratamiento más viable es la terapia hormonal y la
intervención quirúrgica.
Voyeurismo o escopofilia
El voyeurismo o escopofilia es una perversión que
satisface una tendencia parcial infantil y consiste en presenciar
el acto sexual o de la desnudez ajena, en todos los casos, su
practicante concentra la atención sobre el acontecimiento
y no sobre la
personalidad de los individuos observados.
El exhibicionismo
(es el reverso de la escopofilia)
La persona efectada por esta perversión siente la
necesidad irreprimible de exponer sus órganos genitales a
la mira de desconocidos, especialmente de muchachitos o
muchachitas. Satisface así la tendencia infantil al placer
de ser visto, pero también intenta que los espectadores
sean testigos de su virilidad que siente desfallecer.
Pedofilia
Búsqueda del placer sexual, por medio de las
relaciones sexuales con niños. Expertos mundiales indican
que para la calificación de pedofilia como trastorno
sexual es necesario que la conducta se prolongue durante un
periodo de al menos seis meses, incluyendo fantasías,
impulsos o comportamientos sexuales con niños
pre-púberes o un poco más mayores, por lo general
de doce años o menos.
Puede darse de diferentes formas: con relación a la
orientación, puede ser de tipo heterosexual, homosexual o
ambas; con relación a objeto, éste puede ser
exclusivamente pedofílicos o no.
Las conductas de la pedofilia van del simple exhibicionismo hasta
la penetración. El adulto suele ganarse la confianza y el
cariño del niño y, por lo general, es alguien
conocido o familiar Se distinguen dos variantes en la pedofilia:
la sentimental homo erótica y la agresiva heterosexual.
Los sentimentales homo eróticos tienen poco o
ningún interés por las mujeres, toda su capacidad
sexual se concentra en los niños, concretándose
bajo la forma de caricias que le provocan el orgasmo. Los
agresivos heterosexuales intentan satisfacer sus impulsos con
niñas, con métodos que van desde la
seducción a la violencia, terminando (muy pocas veces) en
homicidio
sádico-criminal.
¿Como se da el abuso sexual a menores?
La
mayoría de los abusos sexuales ocurren en el propio hogar
de las/os menores, y el agresor es generalmente el padre, el
padrastro, el hermano o cualquier pariente cercano que tiene
fácil acceso a la víctima. En estas circunstancias
el abuso sexual se le llama incesto.
EL MENOR COMO SUJETO
El menor es suficientemente apto desde el nacimiento,
para dar un sentido a su vida. El acto de mamar, jugar, dar los
primeros pasos, etc., son maneras del niño de afirmarse
como sujeto autónomo de deseos, frente a los
adultos.
La prueba de esta autonomía está en el
hecho de que las palabras y gestos de los padres sólo
tienen sentido para el niño cuando son percibidos e
interpretados por él, a su manera. El bebé
sólo aprehende lo que puede asumir, personalmente,
dándole un significado propio. En la edad escolar, el
menor se distancia más de los adultos al adquirir una
cierta manera de saber, de sentir y de ver las cosas. Su
filosofía del mundo y de la vida se convierte en
"escuela
propia" diferente de la de los adultos. En la
adolescencia la
autonomía toma mayor dimensión con la capacidad de
estar solo, de crear un
proyecto de vida y de sentir su propio mundo
interior.
El hilo conductor de este
proceso interior hacia la
autonomía es la sexualidad con la crotización del
cuerpo, las nuevas posibilidades de relacionarse, la curiosidad
persistente y la
fuerza del deseo.
Cuando la sexualidad se altera, es toda
la personalidad la que
entra en
crisis, con pérdida
del gusto por vivir. Por eso, cualquier interferencia sexual por
parte de los adultos, a nivel del cuerpo o de los deseos del
menor, como acontece en la pedofilia, compromete gravemente su
felicidad.
El adulto que respeta la
dinámica propia de
la autonomía infantil está atento a sus
manifestaciones sexuales y, lejos de interferir, procura vivir
con el menor, aprendiendo con él.
EL MENOR COMO OBJETO
El menor es un objeto para el adulto, cuando
éste, incapaz de contener sus impulsos, los proyecta
inconscientemente en la persona del menor, volviéndose
ésta una ocasión de placer, una compensación
afectiva, una oportunidad para tenderse a sí mismo en el
futuro un subterfugio ante el miedo a
la muerte. Esta
actitud perversa del
adulto puede comprometer seriamente la relación del menor
consigo mismo, con el mundo y con los demás. El hecho de
que el menor no se mueva no significa que no tenga un espacio
propio de proporciones ilimitadas. El hecho de no hablar no
significa que no tenga deseos de comunicarse. El hecho de ser
biológicamente inmaduro no significa que no tenga una vida
sexual propia que respetar.
¿Cuál es la incidencia?
Los
abusos sexuales no son sucesos aislados. Generalmente ocurren a
lo largo de mucho tiempo, meses o años. Además, al
contrario de lo que puede suponer, se producen en todas las
clases sociales y son muchas las niñas y niños
afectados. Entre el 20 % y el 30% de las mujeres han sido
abusadas sexualmente en su infancia o adolescencia. Alrededor del
15 % de niños también lo han sufrido. Sin embargo,
el silencio y el secreto que rodea a estas experiencias, y que
permite que se sigan repitiendo, nos hace pensar que son casos
raros. Por eso es tan importante que hablemos de la existencia de
los abusos sexuales y los reconozcamos como un problema social
que hay que abordar.
¿Cuáles son los comportamientos o formas de
presentación?
Los comportamientos abusivos van desde acciones que no suponen un
contacto sexual como las proposiciones verbales o la
exhibición de los órganos genitales, hasta la
penetración anal o vaginal.
Algunos de estos comportamientos son:
" Exhibirse
desnudo delante de la menor con el fin de excitarse
sexualmente.
" Observar a la niña vestirse o desvestirse o cuando
está en el baño, orina, etc (con el mismo fin).
" Tocarle, besarle, agarrarle.
" Forzarle a ver imágenes o
películas, escuchar conversaciones sexuales, posar para
fotografías, ver o presenciar actividades sexuales.
" Sexo oral o vaginal.
" Ser sometida a tratamientos médicos innecesarios.
Es importante, sobre todo, considerar que una conducta es abusiva
cuando es vivida y sentida de este modo por la niña,
niño o adolescente, cuando es mirada o tocada de un modo
que la hace sentirse intimidada.
¿Cómo saberlo?
La mayoría de las
niñas y niños que están siendo
víctimas no se lo cuentan a nadie porque creen que la
gente va a pensar que no es verdad. A veces desconocen incluso el
vocabulario necesario para hablar sobre el tema y por lo tanto no
pueden adecuadamente. Aunque generalmente no lo expresan
verbalmente, sí lo hacen mediante algunos cambios en su
comportamiento.
INCESTO
"Incesto: Relaciones sexuales entre
personas consanguíneas o afines, a quienes la ley
prohíbe contraer entre sí matrimonio
valido"
"El termino incesto deriva del latín
"vinculum", de
"vincere"… atar, significa atar o unión de
una persona o cosa con otra".
Causas de Incesto
"Una de las causas del incesto es la
violación, son figuras que van de la mano, las cuales se
inician con toques no sexuales como son friccionar la espalda,
forcejeos inapropiados, terminando en caricias sexuales. Puede
terminar o no en penetración".
A menudo las personas que sufren de incesto, se vuelven
más tímidas y retraídos, tienen problemas
psicológicos y viven temiendo que algún día
su familia los descubra y les vuelva la espalda aun sin tener
culpa alguna. Otra de las causas de incesto es la violencia
familiar, la cual trae como consecuencias daños
físicos, morales y psicológicos. Otra de estas
causas es la falta de cariño y atención debida a
cada uno de los miembros de la familia; lo que puede ocasionar la
obsesión afectiva por algún otro miembro de la
familia. La falta de pareja por parte de una persona puede ser
causa de incesto debido a que algunas veces esta tiene baja
autoestima y
se refugia en un pariente con el cual puede involucrarse
sentimentalmente.
"El descuido de los padres hacia sus hijos es una causa
de incesto, en donde el perpetrador, generalmente es un adulto
que esta al cuidado de la victima, el mártir es
especialmente un infante, un pequeño que no se da cuenta
de los progresos sexuales de su protector, esencialmente si el
consumador solo desea mostrarle carió y afecto. La victima
del incesto usualmente guarda el silencio, sin buscar ayuda, por
el abuso y las persistentes amenazas".
En caso de que el pequeño haya sido acosado por
una persona ajena a el puede acudir a sus padres o familiares. Se
piensa que esencialmente las victimas son mujeres, sin embargo
los varones también son mártires de incesto. El
asalto sexual consumado por un extraño ocurre solo una
vez, en caso de incesto la victima sufre de continuo abuso. El
sentimiento de culpabilidad y miedo producido por el abuso sexual
de un extraño, puede ser aliviado por los familiares y
cuando una persona es victima de incesto, la familia no
interviene a su favor. El incesto ocurre en todo tipo de familia
e inicia antes que el menor entienda el aberrante hecho. El
perpetrador se vale de su autoridad y
confianza para convencer a su victima diciendo que es para su
propio desarrollo
personal.
Causas de la fobia al incesto:
- Los humanos aprecian una natural antipatía al
incesto, una especie de repulsión instintiva al mismo,
por tratarse de enlaces consanguíneos. - Las ligas incestuosas entre los humanos, producen
descendientes degenerados. - Las relaciones incestuosas causan repudio por la
sociedad, ya que este acto aberrante va en contra de la
religión
y es un castigo divino.
Existen una sexualidad masculina y una femenina. En
todas las sociedades se
han asignado ciertos papeles que las personas deben
desempeñar según sean mujeres u hombres. Hasta hoy
en amplios sectores de nuestra sociedad, se espera que las
mujeres cumplan con el arquetipo de ser delicadas,
románticas, que sepan cocinar y cuiden de sus hijos y de
su casa; y que los hombres sean fuertes física y
emocionalmente, trabajen fuera de su casa y mantengan a su esposa
e hijos estas características también son conocidas
como roles sexuales, los cuales en ocasiones llegan a tomarse de
una manera equivocada puesto que desde pequeños se nos
inculcan una serie de esteriotipo que depende de la sociedad y el
lugar donde nos encontremos tal vez esta forma de pensar, el
entorno donde se relacionan las personas, la forma de vivir o la
diversas vivencias de cada una de las personas son las que marcan
en un futuro sus relaciones ya sean afectivas, laborales o
sexuales, puesto que la conducta de mujeres y hombres esta
determinada por sus caracteristicas biológicas,
psicológicas y por la sociedad donde viven en ocasiones
pueden causar la violencia en la familia y, por consiguiente la
Violencia en la sexualidad.
Una forma de mostrar esto es en algunas regiones de la
republica mexicana aun se sigue dando el machismo; El machismo
puede definirse como el conjunto de ideas y conductas que asumen
las personas que creen en una supuesta superioridad de los
hombres sobre las mujeres. En general un hombre machista siempre
quiere imponer su forma de pensar sobre las mujeres y para ello
se vale de la agresión emocional, física y sexual.
La realidad es que los hombres machistas son inseguros por que no
han sido capaces de valorarse y desarrollarse de manera integral.
Son incapaces de demostrar sus emociones, puesto que pretenden
ser "muy fuertes".
La violencia sexual se da por desgracia muy seguido; por
las violaciones que ocurren en todo el mundo por parte de las
personas que no se sienten lo suficientemente completos para amar
a alguien y demostrar su necesidad de amor y cariño lo que
hay que saber es que nunca se debe tener un acto sexual de manera
forzada; es decir nadie debe obligarte o presionarte para
efectuarlo. Obligar a alguien a tener relaciones sexuales es un
delito. Tu cuerpo
es tuyo; si alguien trata de tocarlo sin tu consentimiento, la
acción a seguir es denunciarlo a las
autoridades.
La sexualidad en nuestros días ya es algo normal,
que no nos es indiferente y que algunos le damos la importancia
suficiente para que no nos pacen cosas indeseables.
Para que nosotros como jóvenes tengamos un poco
de responsabilidad sobre nuestra sexualidad creo que es
importante que nuestros padres nos orienten y nos den valores.
Otra cosa que tambien a veces influye es el ambiente en el que
nos desarrollamos y la cultura de nuestra familia.
La sexualidad a llegado a ser de lo más normal,
llegando al grado de que los hombres y mujeres se cambien de sexo
es decir que se vuelvan transexuales; pero no por que ya sea mas
conocido deja de ser algo inmoral. El exhibicionismo y voyeurismo
es otra cosa inmoral por que las personas permiten que otras
personas vean como tienen relaciones sexuales, vean sus partes
intimas; y las personas que ven esto caen dentro del voyeurismo.
La pedofilia es la atracción sexual que siente un adulto
por los niños, el incesto es la practica de relaciones
sexuales entre parientes; este tipo de relaciones sexuales,
cuando tienen como consecuencia el embarazo, el producto suele
salir con problemas físicos, mentales, etc.
Aquellas personas que se casan a veces se casan por que
se aman genuinamente o por que creen que aman, cuando sucede esto
ultimo se suelen dar muchos divorcios lo que da a notar un poco
de inmadurez mental.
Actualmente algunos adolescentes y jóvenes creen
que ya saben todo respecto al sexo y que si tiene sexo no va a
pasar nada, pero la realidad es que no saben nada entonces
contraen enfermedades, o las chavas simplemente se
embarazan.
La masturbación también es algo
común en los adolescentes y jóvenes, que desde un
punto de vista psicológico no tiene nada de malo por que
los jóvenes o adolescentes están experimentando con
su cuerpo y eso les permite conocer un poco mas de si mismos; en
la actualidad este tema ya es conocido por varias personas y no
provoca de indignación.
El sexo por amor, como bien claro se expresa es el sexo
que se tiene con aquella persona que se ama y que se tiene con
responsabilidad; y esto se debe de hacer de una manera correcta
de acuerdo con la ley, es decir, el vinculo de pareja, la
unión entre dos personas y esto quedaría dentro de
la monogamia que es la unión entre un hombre y una mujer;
a diferencia de esto la poligamia es la unión de una
persona con varias personas mas y se divide en poliandria
(matrimonio con varios hombres) y poliginia (matrimonio con
varias mujeres).
Al final la sexualidad es un fenómeno emocional y
de conducta relacionado con el sexo que comprende tanto el
impulso sexual, dirigido al goce inmediato y a la
reproducción, como a los diferentes aspectos de la
relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse
hombre, mujer o ambos a la vez) y de las expectativas de rol
social. A veces a causa del sexo hay violencia en la pareja o en
la familia, ya sea por que la mujer no quiera tener relaciones
sexuales o por que el hombre abusa de los hijos
sexualmente.
- Diccionario Enciclopédico, LAROUSSE
Ilustrado - www.terra.es/persona/aroamex/educ
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Encarta 2003 - Enciclopedia de consulta Microsoft Encarta 2005 via
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www.imjuventud.gob.mx/temas.asp?page=tesexualidad_contenido.asp- www.laplazavirtual.com/sexual
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PERETE SALAS RAYMUNDO
ESTUDIANTE (ADMINISTRACION)
INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL
CENTRO DE ESTUDIOS CIENTIFICOS Y TECNOLOGICOS No.
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RICARDO FLORES MAGÓN