La investigación grafológica
- La cientificidad de la
grafología - La investigación
grafológica - Conclusiones
- Citas y Referencias
bibliográficas
1. La
cientificidad de la grafología
El objetivo de
esta nota no es discutir si hoy en día la
grafología tiene o no cientificidad, sino establecer
algunos lineamientos generales del procedimiento
para validarla según y conforme el método
científico, procedimiento que forma parte de la llamada
investigación grafológica, y que supone que sobre
la escritura
influyen factores personales y situacionales, y factores estables
y transitorios.
En su sentido habitual, el término
‘grafología’ designa: a) Una
teoría acerca de la relación entre la
escritura y el psiquismo, y b) una técnica para
analizar la escritura, basada en la teoría,
con el fin de diagnosticar aspectos mentales.
Aquí nos interesará la grafología
como teoría, y una cuestión que puede suscitarse al
respecto es si se trata de una teoría científica o
no.
Muchas de las definiciones del término
‘grafología’ que podemos encontrar en los
textos especializados en este tema hacen hincapié en que
se trata de una disciplina
científica. Así por ejemplo:
- La grafología "es la ciencia
que tiene por objeto el estudio del carácter, del temperamento y de la
personalidad, mediante el análisis e interpretación de los aspectos de
movimiento,
espacio y forma en la escritura manucrita" (Vels,
1991:39). - La grafología "es el estudio científico
de la expresión del carácter a través de
la escritura, y comienza con la psicología de la
personalidad. Esta se manifiesta en todas y cada
una de las expresiones del comportamiento
humano, especialmente en los movimientos infinitamente
delicados de la mano que guía la pluma sobre el papel"
(Marcuse, 1974:53).
Hay quienes opinan, sin embargo, que la teoría
grafológica no es científica porque se apoya
en la intuición, en la experiencia, o en la
apelación a la autoridad.
Así por ejemplo, la afirmación según la cual
"la presencia del trazo horizontal en la letra ‘t’
es indicadora de fuerza de
voluntad" podría ‘fundamentarse’ de tres
maneras:
- La intuición sostiene la verosimilitud de esta
afirmación argumentando que para escribir el trazo
horizontal de la letra debe levantarse el lápiz y ello
requiere esfuerzo de voluntad. Una objeción a este
argumento: se trata de una simple impresión subjetiva y,
como tal, puede fallar. - La experiencia cotidiana sostiene la
afirmación argumentando que "en todas las personas en
quienes advertí la ausencia del trazo horizontal, pude
verificar escasa fuerza de voluntad". Una objeción a
este argumento: la cantidad de personas observadas puede ser
insuficiente y por tanto no cabe generalizar. - La apelación a la autoridad sostiene la
afirmación diciendo que pertenece a una
‘reconocida’ autoridad en el tema. Una
objeción a este argumento: esa autoridad bien
podría haberse fundado, para enunciarla, en la
intuición o la experiencia.
Según la ortodoxia del método
científico, entonces, si las teorías
grafológicas están avaladas por simples
certidumbres subjetivas o por la experiencia diaria, entonces son
dudosas o inciertas y no cabe considerarlas
científicas.
No es el objetivo de esta nota discutir si en
el estado
actual las teorías grafológicas tienen o no
cientificidad, sino establecer algunos lineamientos generales del
procedimiento para validarlas según y conforme el canon
científico.
2. La
investigación
grafológica
Toda investigación científica implica dos
actividades diferentes: inventar teorías, y
probarlas. En el caso de la investigación
grafológica, las hipótesis o teorías que surgen de la
intuición o la experiencia no deben descartarse. De hecho,
"los primitivos grafólogos franceses conseguían
hacer buenas diagnósticos psicológicos, lo cual se
debía probablemente a su imaginación innata y
conocimiento
intuitivo de la naturaleza
humana y no a los medios
empleados" (Marcuse, 1974:12). Pero si bien estas intuiciones no
deben descartarse, deberían probarse
científicamente, lo que les otorgaría mayor
certeza.
Por ejemplo, una prueba estadística puede avalar la
afirmación del vínculo entre el trazo horizontal de
la letra ‘t’ y la fuerza de voluntad, sobre la base
de una muestra
representativa de la población y sobre la base de haber
constatado mediante coeficientes de correlación que hay
una asociación significativa entre escribir el trazo
horizontal y la fuerza de voluntad.
La importancia de la investigación grafológica
no reside solamente en que pueden probarse científicamente
diversas impresiones subjetivas y creencias basadas en
experiencias personales, sino también en que la
investigación contribuye a que el grafólogo pueda
lograr un reconocimiento científico de su actividad,
más allá del reconocimiento social y del
reconocimiento legal. Parte de este reconocimiento
científico se logra, por ejemplo, difundiendo las investigaciones
realizadas en Congresos y en revistas especializadas donde
comisiones evaluadoras garantizan la cientificidad de los
trabajos presentados, evitándose la publicación de
investigaciones ‘inventadas’, ‘copiadas’
o ‘modificadas tendenciosamente’.
a. Escritura, persona y
situación
Uno de los primeros pasos para iniciar una
investigación grafológica es establecer
cuáles son las variables fundamentales que
considera la grafología. Estas variables son
al menos tres:
Esquema 1 – Variables principales en grafología
(1)
La escritura es una variable dependiente porque se
supone que ‘depende’ de ciertos factores como la
persona y la situación, que entonces se
designan como variables independientes. Así, por ejemplo,
el hecho de que un sujeto escriba con determinados rasgos se debe
no sólo a su modo de ser (una personalidad
histérica, por ejemplo) sino también a la
situación en el momento de escribir (la birome escribe
mal). La división entre persona y situación, hay
que reconocerlo, es un tanto artificial. Por ejemplo, la educación recibida
es desde cierto punto de vista un factor personal, y desde
otro un factor situacional.
Incidentalmente, en el campo de la grafoterapia estas
variables pueden cumplir funciones
diferentes. Esta aplicación, introducida en el siglo XX,
permite "corregir las dificultades caracterológicas por
medio de la escritura" (Echevarría, 1992:35), y supone que
la forma de escribir puede incidir sobre la persona generando
cambios en ella. Desde esta perspectiva, la variable escritura
será considerada variable independiente porque se
considera que influye sobre las variables personales, que pasan a
ser, entonces, dependientes.
En el campo grafodiagnóstico, se supone que las
variables independientes son causas, y la variable dependiente el
efecto. Ya desde su nacimiento, la grafología ha advertido
la importancia de estas variables. Klages, por ejemplo, a fines
del siglo XIX, formula una teoría general de la escritura
como medio de expresión de vivencias psicológicas
sosteniendo, por ejemplo, que la escritura está
determinada por factores del momento, por el desarrollo del
carácter y por factores inconcientes (como el del hijo que
escribe a imagen y
semejanza de su progenitor) (Marcuse, 1974:15). Los factores del
momento corresponden a la variable situación, y los dos
factores restantes a la variable persona.
De acuerdo a cierta nomenclatura de
la metodología de la investigación
(Cazau, 1991), las tres variables mencionadas son variables
complejas, es decir, presentan varias facetas o aspectos.
La variable persona, en un sentido muy amplio, puede
incluír capacidades, actitudes,
comportamientos y hasta la edad, el sexo y la
salud física y mental. La
variable situación se refiere a factores sociales,
escolares, familiares, circunstanciales, etc, y, del mismo modo,
la variable escritura presenta como aspectos la distribución, la disposición, la
proporción o la altura. Cada uno de los aspectos de las
variables recibe el nombre de dimensión o
factor. Por ejemplo, los factores personales indicados
para la variable persona.
A continuación, describiremos más detalladamente
estas tres variables.
1) Persona.- Más allá de las diferentes
definiciones que ofrece cada teoría psicológica
sobre este término, esta primera variable abarca todo lo
que habitualmente se llaman factores personales, es decir,
aquellos factores que están presentes en el sujeto, que le
pertenecen per se.
Sea cual fuere la definición que se asigne a cada uno,
ejemplos de estos factores personales son la personalidad, el
carácter, el temperamento, las actitudes, la herencia, el
sistema
nervioso, el sexo, la edad, etc.
Por ejemplo personas con diferentes temperamentos
escribirán de manera diferente (Echevarría,
1992:16). Asimismo, la edad es otra característica
intrínseca a la persona, por cuanto el mismo sujeto no
escribe igual de niño que de adulto, e incluso no escribe
igual en sus diferentes periodos evolutivos infantiles.
Así, por ejemplo, ciertos autores consideran que la
escritura infantil está relacionada con las diferentes
etapas evolutivas del niño (Echevarría,
1992:14).
Conociendo la escritura de un sujeto, pueden inferirse estos
factores personales. Por ejemplo, "aunque el análisis de
la escritura infantil exige la desviación de algunas de
las normas impuestas
para el análisis en los adultos, es posible aplicarlas en
líneas generales, con excepción de la regularidad y
firmeza de los trazos, ausentes en los niños"
(Marcuse, 1974:99).
2) Situación.- Los factores situacionales son
aquellos originados en el ambiente de la
persona. Puede suponerse que la escritura depende de factores
sociales, escolares, familiares y estados transitorios
situacionales.
Los factores sociales inciden sobre la forma de escribir
según cada cultura o
época. Por ejemplo, una de las primeras expresiones
gráficas del niño es el garabato, y
sólo después, alrededor de los cinco años,
el niño comienza a escribir. Importa aquí destacar
que mientras el garabato es una actividad espontánea, la
escritura es una actividad aprendida y por lo tanto tendrá
en mayor medida la impronta de la cultura.
La influencia de la escuela reside en
como la persona es educada para escribir en la educación formal. No
escribe igual una persona que estudió caligrafía
que otra que no lo hizo. De igual manera, la influencia familiar
puede apreciarse, por ejemplo, en el modelo de
escritura tomado de los padres o los hermanos.
Respecto de los estados transitorios situacionales,
finalmente, algunos autores los llaman factores circunstanciales
y son todos aquellos que tienen que ver con las condiciones
físicas de la escritura: "si omitimos los cambios en la
escritura producidos por factores circunstanciales, como pueden
serlo una pluma gastada, tinta demasiado espesa o fluida, papel
grueso o una superficie de apoyo rugosa, la causa principal de
las variaciones en la escritura son psicológicas"
(Marcuse, 1974:19). Cabe incluír en este factor
también a otros estados transitorios como las condiciones
climáticas del momento, la sonoridad ambiental, etc, todos
ellos atributos físicos del entorno, e incluso
también al clima
psicológico al instante de producir la escritura.
3) Escritura.- La escritura, como variable compleja,
está conformada por varios aspectos o dimensiones, como
por ejemplo (Vels, 1991:51) la distribución (ordenada,
desordenada, etc), la disposición (regular, irregular,
etc), la proporción (proporcionada, desproporcionada,
etc), la altura (grande, pequeña, etc), la amplitud (ancha
o estrecha, etc), la tensión (firme, floja, etc), la
ejecución (redonda, angulosa, etc), la cohesión
(ligada, desligada, etc), y otras.
Cada dimensión o aspecto de la escritura presenta a su
vez posibles valores,
llamados categorías, y que en el párrafo
anterior aparecían entre paréntesis.
Esquemáticamente:
Esquema 2 – Algunas dimensiones y categorías de
la variable escritura
Dimensiones | Categorías |
Distribución | Ordenada, desordenada, etc |
Disposición | Regular, irregular, etc |
Proporción | Proporcionada, desproporcionada, etc |
Altura | Grande, pequeña, etc |
Amplitud | Ancha o estrecha, etc |
Tensión | Firme, floja, etc |
Ejecución | Redonda, angulosa, etc |
Cohesión | Ligada, desligada, etc |
Etc | Etc |
Sólo las categorías o una
combinación de ellas son susceptibles de
interpretación. Por ejemplo: 1) la escritura ancha
corresponde a "sujetos con tendencia muy marcada a la
expansión, a la convivencia con otros " (Vels, 1991:65);
2) la escritura angulosa, ordenada y regular indica "conciencia
profesional, integridad moral,
disciplina, perseverancia" (Vels, 1991:65).
Finalmente, cabe consignar que las diversas dimensiones
de las variables persona y situación también son
suceptibles de categorización. Por ejemplo, la
dimensión temperamento de la variable persona puede
incluir las categorías sanguíneo, flemático,
nervioso y colérico (Echevarría, 1992:16), mientras
que la dimensión escolaridad de la variable
situación puede incluir los niveles primario, secundario o
la universidad.
b. Estabilidad e inestabilidad
En el parágrafo anterior habíamos
clasificado los factores que influyen en la escritura en factores
personales y factores situacionales subsumiéndolos,
respectivamente, bajo las denominaciones ‘persona’ y
‘situación’.
Sin embargo, también es posible clasificar los
mismos factores en factores estables y factores inestables, un
criterio muy utilizado, por lo demás, en grafología
en la medida en que el grafólogo es conciente que sobre la
escritura están actuando, además de factores
estables, ciertos factores transitorios o accidentales (factores
inestables), como el tipo de papel sobre el cual se escribe, el
estado de
ánimo predominante al momento de escribir o cierto dolor
de cabeza que afectó al sujeto en ese momento.
Como lo ilustra el siguiente esquema, entre ambas
clasificaciones no hay una correspondencia unívoca, y por
lo tanto no debe pensarse que los factores personales son los
factores estables o que los factores situacionales son los
factores inestables. En realidad, los factores personales pueden
ser tanto estables como inestables, y otro tanto cabe decir de
los factores situacionales.
Esquema 3 – Factores estables e inestables de la
escritura
VARIABLES | DIMENSIONES O FACTORES | CONDICIÓN |
Persona (factores personales) | Personalidad Temperamento Carácter Edad Sexo Salud | Factores estables |
Estados personales transitorios | Factores inestables | |
Situación (factores situacionales) | Estados situacionales transitorios | |
Cultura Escolaridad Familia | Factores estables |
Llamaremos factores estables a aquellos que
tienen cierta permanencia en el tiempo,
mientras que los factores inestables son más
cambiantes o fluctuantes, incluso de una hora a otra, de un
día para otro, y hasta de un mes a otro en el caso de
situaciones de duelo. Los primeros serían los responsables
del grafismo habitual, mientras que los segundos
incidirían en los cambios o alteraciones
momentáneas de la escritura.
Como se aprecia en el esquema, los factores inestables
puede ser estados personales transitorios (un dolor de cabeza, un
estado de excitación momentáneo) o estados
situacionales transitorios (una birome que funciona mal, la
percepción de una discusión violenta
en el entorno).
Los grafólogos son bien concientes de la
incidencia de los factores inestables: "si no conocemos las
circunstancias en que se produjo la muestra no nos es posible dar
a la escritura la interpretación adecuada a los factores
extraños a la personalidad del individuo que
pueden haber afectado la fluencia de la escritura" (Marcuse,
1974:64).
Del mismo modo, Klages sostenía que una
situación de alegría pone al individuo en un estado
de exaltación que lo lleva a escribir en ese momento con
letras más grandes y a mayor velocidad, del
mismo modo que un estado melancólico produce un efecto
inverso, denominando a este factor ‘motivación
personal’, también cambiante, porque cambia no
sólo con el desarrollo del carácter sino por
influencia de impresiones externas (Marcuse, 1974:14).
Es también conocida la diferencia entre los
factores estables e inestables de la persona. Así, ciertos
tests psicológicos distinguen lo ‘permanente’
del sujeto, de lo que varía según cada momento o
circunstancia (el ‘como es’ y el ‘como
está’), como por ejemplo los tests que miden,
respectivamente, la ansiedad-rasgo y la
ansiedad-estado.
Si unificamos ambas clasificaciones de los factores que
inciden en la escritura, en suma, obtendremos los siguientes
tipos: factores personales estables, factores personales
transitorios, factores situacionales estables, y factores
situacionales transitorios.
Diferentes enfoques dentro de la grafología dan
prioridad a cierto tipo de factores y descartan otro cierto tipo
de factores.
Por ejemplo:
- Prioridad de los factores personales estables: "una
mala pluma, una mala tinta, un apoyo insuficiente del brazo o
una mesa que se mueve, una postura incómoda, un
estado anormal de fatiga, depresión o excitación, por
ejemplo, pueden causar una deformación importante del
grafismo habitual. Por tanto, conviene asegurarse de que se
analiza el grafismo corriente en el sujeto, es decir, sin
influencias externas o internas perturbadoras" (Vels,
1991:47). - Prioridad de algunos factores personales estables y
descarte de otros del mismo tipo: algunos autores (Marcuse,
1974:39) incluyen a la lateralidad manual
(condición de zurdo o diestro) entre los factores cuya
influencia debe ser descartada cuando se analiza la escritura.
En otro ejemplo, algunos autores priorizan el análisis
de la personalidad, otros del temperamento y otros de la salud,
sean cuales fueren las definiciones que asignan a estos
términos.
En general, la tendencia dominante es la de analizar la
escritura en términos de factores personales estables,
descartándose los factores personales inestables y los
factores situacionales.
El lector puede ir entonces comprendiendo que los
factores que se descartan deben ser controlados o neutralizados
en cuanto a su influencia sobre la escritura, importando
solamente los factores priorizados.
En la nomenclatura de la metodología de la
investigación, los factores priorizados se designan como
variables independientes (propiamente dichas), y los factores que
deben ser descartados y neutralizados se designan como variables
externas.
La denominación ‘variable
externa’ puede encontrarse en Campbell y Stanley
(1995:17) aunque otros autores las han llamado variables
extrañas (Cortada, 1994:360; Tamayo, 1999:213) y variables
de control. Esta
última denominación enfatiza la necesidad de
‘controlar’ estos factores extraños al
analizar la escritura, en el sentido de neutralizar su
influencia, para lo cual pueden emplearse las diversas técnicas
de control descriptas en los manuales de
procedimiento científico tales como la anulación,
la sustracción, el emparejamiento o la
aleatorización.
Por ejemplo, la anulación del factor situacional
inestable "papel rugoso" consiste simplemente en anular este tipo
de papel. A veces, no es posible anular un factor situacional
inestable, en cuyo caso se consigna su incidencia en la escritura
para luego separarlo de los efectos de los factores estables
(sustracción).
c. La relación entre factores personales estables
y la escritura
Puesto que por lo general el análisis
grafológico intenta vincular la escritura con los factores
personales estables, en lo que sigue nos concentraremos en este
caso.
"Los primeros intentos sistematizados de relacionar los
rasgos caligráficos del individuo con las
características de su personalidad fueron emprendidos en
Italia en el
siglo 17 por Camilo Baldi" (Marcuse, 1974:11).
Desde entonces hasta la actualidad, los
grafólogos han considerado no solamente las relaciones
entre un rasgo de escritura y un rasgo de la persona, por ejemplo
un rasgo de personalidad, sino también, subsidiariamente,
las relaciones de los rasgos de escritura entre sí y las
relaciones de los rasgos de personalidad entre sí. En el
siguiente esquema ilustramos estas tres posible
relaciones:
Esquema 4 – Relaciones importantes en
grafología
Relación 1.- La escuela de Michon del
siglo 19 planteaba que si por ejemplo, "analizando la
caligrafía de veinte personas valerosas hallaban un trazo
determinado común, como una ‘a’ abierta u otro
rasgo especial, decidían calificar ese trazo como
representación del valor
personal" (Marcuse, 1974:12). Los textos de grafología
ilustran profusamente este tipo de correspondencias.
Relación 2.- Entre los diferentes aspectos
de la escritura de una persona puede haber ciertas
correspondencias. Puede haber un paralelismo entre el punto de la
letra ‘i’ y la barra de la letra ‘t’. Si
ambos elementos están altos, significa idealismo y
optimismo. También puede no haber un paralelismo, en cuyo
caso hay represión y artificialidad concientes (Marcuse,
1974:87).
Relación 3.- Los estudios factorialistas
de la inteligencia y
ciertos enfoques en psicología
social, por dar dos ejemplos, han puesto de manifiesto que
diferentes aspectos de la persona pueden estar asociados
más allá de lo esperable por azar. Así, por
ejemplo, la característica ‘ser racista’ suele
estar asociada con la característica ‘ser
autoritario’, o la característica ‘ser
hábil para sumar’ suele estar asociada con
‘ser hábil para multiplicar’.
Allport y Vernon han destacado estos tres tipos de
relación cuando en 1931 dirigieron experimentos
sobre grafología basando sus investigaciones en tres
supuestos: que la personalidad es consistente, que los
movimientos físicos expresivos (por ejemplo la escritura,
la expresión facial, la forma de caminar, etc) son
expresiones de la personalidad, y que los movimientos son
consistentes con determinada personalidad y entre sí
(Marcuse, 1974:16).
El análisis de la escritura puede aplicarse a su
conjunto, a una determinada palabra, a una determinada letra, a
la firma, etc. En los casos en que se analiza la escritura en su
conjunto (por ejemplo una carta
manuscrita), que son los casos más habituales, puede
optarse por un marco
teórico elementalista o por uno
totalista.
Ya en los comienzos de la grafología francesa es
posible identificar estas dos tendencias opuestas. Michon y su
escuela representa la orientación elementalista,
según la cual "el carácter era un mosaico de
cualidades y propiedades personales, cada una de ellas
relacionada directamente con determinado rasgo
caligráfico, que podía ser sumado a otros para
completar cierta apreciación del carácter"
(Marcuse, 1974:12).
Crepieux-Jamin, discípulo de Michon, se opuso a
esta orientación planteando un totalismo cuando
expresó "la necesidad de considerar cada uno de los rasgos
como parte del sistema general,
manteniendo que cada uno de ellos contribuía en diferentes
grados a la interpretación del conjunto" (Marcuse,
1974:13).
En esta misma línea se desarrolló la
grafología alemana de fines del siglo XIX. Por ejemplo
Meyer consideraba que los signo grafológicos no
tenían un significado especial, "sino que se los
interpretaba como resultantes de una funcion única,
fundamental, capaz de expresarse de diversas maneras" (Marcuse,
1974:14). Lavater escribía, en el siglo XVIII, que "si
toda la escritura en su conjunto es de aspecto armónico,
resulta sencillo especular sobre la naturaleza
armoniosa del escritor" (Marcuse, 1974:11).
d. Estandarizaciones
Para que la investigación grafológica sea
posible, se requieren al menos dos tipos de
estandarización previas: la estandarización del
procedimiento de recolección
de datos, y la estandarización del procedimiento de
análisis de los datos. La primera
asegura de todos los investigadores recogerán la información de la misma manera, mientras
que la segunda garantiza que todos los investigadores
utilizarán los mismos criterios para analizarla. Estas
uniformidades permiten, entre otras cosas, que las
investigaciones de diferentes grafólogos puedan compararse
entre sí.
Estadarización del procedimiento de
recolección de datos.- El procedimiento básico
para recoger información en grafología es pedirle
al sujeto una muestra de su escritura. En este sentido, todos los
grafólogos a nivel mundial deberían acordar un
mismo patrón, como por ejemplo, que la persona escriba en
un ambiente tranquilo, que no esté cansada, que lo haga
con un determinado tipo de lapicera o birome, que lo haga en un
papel de tamaño estándar (A4, carta, oficio, etc)
de determinado color, de
determinado gramaje, desprovisto de líneas,
etc.
Esta modalidad de estandarización tiene como
finalidad minimizar la influencia de los factores inestables o
transitorios que condicionan la escritura. De hecho, se aplica en
los tests proyectivos como el Bender o el HTP y, como la
escritura tiene las características de una prueba
proyectiva, no hay razón para excluirla de los procedimientos de
estandarización mencionados.
Estandarización del procedimiento de
análisis de los datos.- Cuando se analiza la escritura
es corriente hacer apreciaciones del tipo ‘escritura
grande’ o ‘distancia entre líneas
pequeña’, etc. La pregunta que surge aquí es
qué se considera grande y qué se considera
pequeño. Como estos adjetivos pueden ser interpretados de
diferente manera según cada grafólogo, ha sido
necesario establecer patrones que sirvan como marco de
referencia. Autores como Vels se refieren a ellos
calificándolos como ‘módulos
patrón’ (Vels, 1991:45). Ejemplos de
módulos-patrón son: "escritura normal se considera
la que está entre 2,5 mm y 3 mm", "la distancia entre
líneas normal es tres o cuatro veces la altura de las
letras m, n y u del tipo de letra que se utilice", etc. Desde ya,
es importante que haya consenso respecto de estas normas entre
todos los grafólogos, de manera tal que, cuando uno de
ellos lee el trabajo de
otro, pueda estar seguro que
compartirá el mismo significado para ‘grande’
o ‘pequeño’.
En el presente trabajo hemos
esbozado algunas de las condiciones mínimas
indispensables para poder iniciar
una investigación en el campo de la grafología: 1)
en primer lugar el grafólogo ha de considerar el espectro
de posibles factores personales y situacionales, estables e
inestables, para poder elegir cuál o cuales de ellos
someterá a estudio; 2) en segundo lugar debe considerar
las tres posibles relaciones entre rasgos personales y rasgos
grafológicos para elegir cuál o cuales de ellas
investigará; y 3) en tercer lugar debe tomar las
precauciones necesarias para estandarizar los procedimientos de
recolección y análisis de los datos.
Puede ser importante aclarar, finalmente, que las pautas de
investigación aquí presentadas se aplican
especialmente a la investigación científica
propiamente dicha, más allá que también
puedan aplicarse a la investigación profesional.
Llamamos investigación profesional a la que emprende un
grafólogo con fines diagnósticos con una
determinada persona que contrata sus servicios. En
cambio, la
investigación científica propiamente dicha tiene
como fin aumentar y profundizar el saber grafológico. Para
ello también aquí se necesita contar con personas,
pero, en este caso, tal vez no sea tan fácil conseguir que
se presten gratuita o voluntariamente a una investigación,
salvo que se ofrezca como contraprestación un
análisis grafológico con fines diagnósticos
u otro tipo de beneficio.
Un grafólogo que se dedica a su profesión, a lo
largo del tiempo puede reunir material importante como para ser
utilizado en protocolos de
investigación científica, realizando él
mismo la investigación o suministrando sus datos a otros
investigadores.
Setiembre 2004
(1) Este esquema no es más que una
derivación de cierta hipótesis general
en psicología según la cual la conducta C es
función
de la persona P y el ambiente A, y donde además se
especifica que entre P y A hay una interrelación. Autores
como Kurt Lewin han dado forma matemática
a esta idea mediante la expresión C = F (P
ó A).
Véase Lewin K, La teoría del campo en la
ciencia
social. Buenos Aires:
Paidós, capítulo 1.
Referencias bibliográficas
Campbell D y Stanley J (1995) Diseños
experimentales y cuasiexperimentales en la investigación
social. Buenos Aires: Amorrortu.
Cazau P (1991) Introducción a la
investigación en ciencias
sociales. Buenos Aires: Rundinuskín
editores.
Cortada N (1994) Diseño estadístico
para investigadores en ciencias
sociales y de la conducta. Buenos Aires:
Eudeba.
Echevarría María Elina (1992)
Grafología infantil. Comprendiendo a los niños a
través de su escritura y dibujos. Madrid:
EDAF.
Marcuse Irene (1974) Grafología. Estudio y
guía de la personalidad a través de la
escritura. Buenos Aires: Glem. 2° edición.
Tamayo M (1999) Diccionario de la
investigación científica. México:
Limusa.
Vels Augusto (1991) Diccionario de grafología
y términos psicológicos afines. Barcelona:
Herder. 4° edición.
Pablo Cazau
Licenciado en Psicología (Universidad de Buenos
Aires)
Profesor de Enseñanza Superior en Psicología
(Universidad de Buenos Aires)
Profesor de Metodología de la
investigación científica (Fundación
Favaloro)
Jefe del Departamento de Investigaciones de la Sociedad
Panamericana de Grafología