- Aspectos generales de la
corriente historiográfica - Problemática
metodológica de la Microhistoria - Bibliografía
El presente trabajo es
resultado del análisis de diferente material
bibliográfico, otorgado por la cátedra o resultado
de nuestra propia búsqueda, en el marco de la
realización de un informe sobre la
corriente historiográfica de la micro historia. El objetivo del
presente trabajo es el estudio de una de las corrientes
historiográficas alternativas surgida en el siglo XX,
luego de la crisis de los
grandes paradigmas;
específicamente la Microhistoria.
No es nuestra intención profundizar el
análisis de los orígenes y trayectoria de esta
corriente de pensamiento,
puesto que nos interesa tratar la problemática asociada a
ella y, en tal sentido, nos centraremos en el tratamiento de
aquellos aspectos que se relacionen directamente con dicha
problemática.
Dice Arostegui que "bajo
el influjo de una nueva, amplia y difusa actitud
intelectual y artística, de una sensibilidad cultural
conocida como ’postmodernismo’, las tradicionales
concepciones historiográficas se ven modificadas por otras
tendencias, que tienen que ve con una orientación
hacia… la creación literaria, el análisis
semiótico, la exploración micro
antropológica y hacia un relativismo general que rechaza
las anteriores pretensiones de encontrar
‘explicaciones’ mas o menos apoyadas en la teoría…".
Esta situación parece haber generado, por un
lado, cierto grado de abandono de los fundamentos teóricos
y metodológicos historiográficos tradicionales y,
por otro lado, una búsqueda de caminos alternativos que
han originado senderos e incluso nuevos espacios de estudio
externos a la ciencia,
según la critica de algunos historiadores que consideran
inapropiada, o por lo menos riesgosa, la influencia de la
lingüística o la antropología, por ejemplo, sobre la
historiografía. Pero también hay que tener en
cuenta la crisis producida en el interior mismo de la ciencia en
este siglo, a causa de un "agotamiento de los grandes
modelos", según Arostegui, y que condujo a la
búsqueda de nuevas propuestas. Y a nosotros nos interesa,
justamente, el conjunto de posibilidades surgidas como producto de la
reflexión historiográfica misma, que ha aceptado y
asimilado la mayoría de las críticas y generado una
reacción bajo la forma de nuevos enfoques temáticos
y metodológicos. Es en este ámbito que se
insertará la microhistoria.
Puede caracterizarse a esta corriente como una practica
historiográfica con fuerte influencia antropológica
y posmodernista, específicamente de Geertz. La micro
historia se ha propuesto estudiar fenómenos socio
antropológicos a una menor escala de
observación del sistema como
forma de poder analizar
ciertos procesos
más generales y caracterizarlos.
Nos resulta interesante constatar que la microhistoria
surge y se afianza con el objetivo de constituirse una
alternativa para el trabajo del
historiador y no pretende devenir en un nuevo paradigma.
Efectivamente, la mayoría de los autores considerados
representativos de esta línea historiográfica
piensan a la micro historia como una practica, según Levi,
su método
esta relacionado primeo y sobre todo con los minuciosos procedimientos
que constituyen el trabajo del historiador. Para Guinzburg se
trata de un conjunto de procedimientos que brindan al historiador
la capacidad de moverse en un terreno muy específico,
enfocando la atención en un tema particular pero sin
perder de vista en el detalle los problemas
más grandes. Para el autor, hasta los problemas de gran
alcance pueden verse beneficiados cuando se enfrentan desde un
terreno muy específico. Similar será la
opinión de Revel, para quien la microhistoria no
constituye un cuerpo de proposiciones unificadas, ni una escuela, menos
aun una disciplina
autónoma, como se ha sugerido algunas veces.
Surgida como una postura reaccionaria contra una
situación crítica
de la historiografía, la microhistoria se ha convertido en
un importante espacio de debate y
análisis sobre el estado
actual de la ciencia historiográfica y se considera
significativo su aporte a la historia social y local, y se cree
que su difusión a otros ámbitos académicos
generara interpretaciones diferentes: para Fazio se trata de
"un termine dalle numerose
precedente utilizzazione lessicale, che dieviene etichetta del
lavoro teórico e metodologico, nonché della prassi
di recerca di un gruppo di storici attivi…".
Interpretaciones que tendrán que ver también
con el ámbito académico en el que desarrolle su
uso. Así por ejemplo, Revel nos explicará las
diferentes formas en que Estados Unidos y
Francia
adoptaron esta corriente. Ida Fazio también nos hablara de
una especie de ‘versión’ americana centrada en
el "paradigma del indicio" propuesto por Guinzburg y en un
"… maggiore interesse per la
discussione dei paradigmi della conoscenza",
mientras que los que podríamos (probablemente de
forma inapropiada) denominar ‘versión’
francesa se basa en la microhistoria como un instrumento de
interrogación sobre la historia social y su objeto de
estudio: "… vi é
stato…maggiore interesse…per le connessioni con la
storia sociale europea…".
En definitiva, la microhistoria aporta al historiador
una serie de elementos que le permitirán captar, a
través del análisis de los detalles, las relaciones
y las conflictividades que componen el devenir histórico
de las sociedades
pero desde el punto de vista del sujeto individual de lo
histórico.
Según Revel, el carácter eminentemente empírico de
la microhistoria es la causa de que no exista un conjunto de
postulados teóricos en esta corriente. Y es justamente
esta la primer problemática asociada a la micro historia:
la falta de desarrollo
teórico.
Algunos autores además concuerdan en que la
carencia de un bagaje teórico sistematizado hace de esta
línea de pensamiento un conjunto de técnicas
de trabajo y no una teoría propiamente dicha que permita
la retroalimentación del trabajo experimental.
Se asimila esta falencia al hecho de que desde sus
orígenes, la microhistoria buscaba acercarse a las
experiencias mas individuales, intentando complejizar
gradualmente la experiencia social para lograr una historia
social que involucre al individuo.
Debido a que a la microhistoria le interesa detectar lo que no se
ve, y que propone una reconstrucción del pasado a
través de indicios y parcelas que sugieren los hechos, que
deben ser interpretados por el historiador es que la corriente no
tiene una, según Revel, ortodoxia establecida a partir de
la cual funcionar. Esta corriente pone el acento en redefinir los
conceptos y profundizar el análisis de las herramientas y
métodos
existentes. Considera Levi que la actividad histórica no
es una actividad puramente retórica o estética, debería centrarse, al
menos desde la microhistoria, en la búsqueda de una
descripción más realista del
comportamiento
humano.
Con respecto a esto, Levi toma ideas de Geertz y analiza
que no se trata de una cuestión de elaboración de
herramientas teóricas que sean capaces de generalizar ,
sino mas bien de organizar estructuras
teóricas aptas para seguir produciendo interpretaciones a
medida que un nuevo fenómeno aparece a la vista:
"… las ideas teóricas no son creadas a nuevo en
cada uno de los estudios… son adoptadas de otros estudios
relacionados y refinados en el proceso,
aplicados a nuevos problemas interpretativos…". Los
conceptos serán, para Levi, herramientas de las ciencias
académicas, solo útiles para la interpretación. Los sistemas de
conceptos del lenguaje
académico están insertos en la descripción
con el fin de dar expresión científica a simples
acontecimientos pero no para crear nuevos conceptos y sistemas
teóricos abstractos. Considera Levi que: "… la
única importancia, entonces, de una teoría general
es como parte de la construcción de un repertorio siempre en
expansión del material densamente descrito… que
servirá para ampliar el universo del
discurso
humano.".
A nivel grupal no compartimos enteramente la postura de
Levi. Consideramos que la teoría debe ser una herramienta
fundamental, componente necesario que guíe, explique y
justifique los pasos de una investigación. Creemos sí en la
necesidad de una teoría que sea un elemento
analítico para dar cuenta de los grandes problemas, sin
quitarle al historiador la posibilidad de elección si
desea moverse en un terreno muy especifico, centrando su
atención en un tema en particular, pudiendo descifrar
problemas mayores en el transcurso de su trabajo. Consideramos
importante la presencia de una teorizacion en la cual las
conclusiones puedan apoyarse y dar, en cierto modo,
justificación, no solo a las interpretaciones construidas,
sino también para explicar las elecciones
efectuadas.
Guinzburg también prestará atención
a al problema de la falta de teorización. Es así
que su "paradigma indiziario" constituye un intento de
fundamentación teórica; sugiere que la forma por la
que el historiador llega realmente a conocer un tema es a
través del rastreo de indicios que le preemitirían
intuir realidades mas profundas. Si bien se le critica el
aparente abandono de toda cientificidad, algunos autores, como
Burucúa, consideran que se trata de una
"…matriz del
conocimiento
hecha de huellas e inferencias individualizantes, que seria la
piedra del método de investigación y escritura de
la historia…", una propuesta especifica para una
determinada manera de pensar el pasado, que caracteriza a la
microhistoria y aun a pesar del escaso desarrollo teórico,
tiene en su haber importantes hallazgos, lo que justifica que se
la considere un "… paradigma imperniato sulla
conoscenza dell’individuale…".
Es claro que, a pesar de esta escasa teorización,
la corriente ha sabido sortear los problemas que pudieran haberse
producido, recurriendo a la ayuda de otras ciencias, o bien,
centrando su atención en las relaciones obtenidas a partir
del cambio de
escala, con lo que nos muestra que
realmente es una alternativa para el trabajo del historiador, sin
desmerecer los intentos de sus representantes por reflexionar
sobre estas cuestiones.
Otro problema metodológico que acusa esta
corriente historiográfica es el del cambio de escala de la
observación. Se tata de un recurso esencial para la micro
historia, que exigirá redefinir los conceptos
tradicionales de contexto y estrategia.
Uno de los errores comunes consiste en la creencia de
que cambio de escala del objeto de estudio significa un fragmento
de la realidad ( recortado a la medida del individuo) o que el
nivel de micro histórico se consigue a través de
esa fragmentación; y en realidad el asunto va en otra
dirección: la microhistoria se basa en un
análisis microscópico y en una observación
intensiva del material documental, y el proceso de selección
de una escala se hace en función de
ciertas estrategias de
conocimiento, ya que "… cambiar el foco del objetivo no
es solamente aumentar (o disminuir) el tamaño del objeto
en el visor, sino también modificar la forma y la
trama…" explicara Revel, haciendo hincapié en
que lo importante es el principio de variación , no la
elección de una escala en particular. No se trata entonces
de considerar a la escala como un factor asociado a todos los
sistemas sociales, si no mas bien tener en claro que es un
procedimiento
analítico que puede ser aplicado en cualquier lugar
independientemente de las dimensiones del objeto estudiado. Se
trata de la manera de abordar el estudio de lo particular sin
perder de vista lo general, porque esto es lo que se intenta
caracterizar.
Este problema presenta dos aspectos, en realidad. Por un
lado, el hecho de que la escala no es, en si, un objeto de
análisis. Según Levi, la mayoría de las
veces se usa la escala como un factor que sirve para medir
dimensiones en el área de las relaciones. Pero esto no es
correcto. No se trata de un objeto de estudio, ya que la
decisión de reducir la escala se basa en la idea de la
microhistoria de que la observación microscópica va
a mostrar factores no observados previamente, porque es posible
utilizar esos datos para
formular mas amplias generalizaciones aunque las observaciones
iniciales hubieran pertenecido a dimensiones acotadas y con
carácter mas experimental que tipificante. La premisa es
trabajar con señales
significativas que facilitan el análisis del movimiento
social, para averiguar el sentido no aparente de las
cosas.
La propuesta microhistorica no consiste en ubicar los
casos observados dentro de una ley existente
sino lograr un enfoque que enriquezca el análisis social,
a través del hallazgo de variables
nuevas, más complejas, mas dinámicas.
Por otro lado, la decisión de reducir la escala
de observación inevitablemente requerirá una
redefinición de contexto. Significara transformar
la visión unificante y homogeneizadora tradicional, para
lo cual se plantea seguir un camino inverso al que generalmente
se acostumbra, o sea, se trata de evitar la forma tradicional de
partir del contexto y llegar finalmente al documento. Recorrer el
camino inverso dará lugar al surgimiento de
múltiples contextos que permitirán, a través
de las operaciones
experimentalmente adecuadas, descubrir las fallas en los relatos
macro históricos existentes.
Esta noción de contexto es importante porque
propone una alternativa interesante al suponer la toma de
contacto con el objeto de estudio en un nivel particular,
especifico y desde allí partir hacia la
caracterización de un contexto más
general.
A nivel grupal, por nuestra formación
académica estamos acostumbrados al enfoque tradicional, a
situarnos primero en un contexto general y desde allí
descender al documento; pero nos resulta especialmente
interesante este "camino inverso" propuesto por la microhistoria.
Creemos que su aplicación es factible para el estudio de
fenómenos históricos cercanos a nuestra realidad,
consideramos que la aplicación de la reducción de
escala podría permitirnos hallar, efectivamente y
según lo dicho por los autores, aquellas
características peculiares, que no solo nos
ayudarían a establecer lo acaecido sino que a la vez
permitiría en todo momento el contraste o la
confrontación con una realidad mas general, partiendo de
conflictos y
solidaridades simples, cotidianas, hallando aspectos desconocidos
o dejados a un lado.
A partir de la redefinición de contexto, surge
también la relevancia de la estrategia. El análisis
de las opciones e incertidumbres frente a las que se hallaban los
actores sociales, precisa de del recurso de la noción de
la estrategia, sirviendo esta para reemplazar a veces una
hipótesis general, o para poner de relieve los
comportamientos de los actores que tuvieron éxito.
Según Fazio, para la microhistoria "…le
strategie sono opzioni all’interno di campi di
possibilià (questi sì formalizzabili e
codificabili)…" y que se harán presentes en el
contexto definido por la escala.
Finalmente podemos decir que la microhistoria es un
valioso recurso ya que a través de la ubicación en
diversas posiciones respecto al objeto de estudio permite una
mirada crítica sobre los procedimientos tradicionales y
proporciona nuevas formas de abordar el estudio de los
acontecimientos históricos.
- Guinzburg, Careo. Microhistoria: tres cosas que se de
ella. Trad. L. Prislei y J. Suriono. En: Entrepasados,
año V, nº 8; comienzos de 1995. - Revel, J. Micro análisis y construcción
de lo social. Trad. S. Gayol y J. Echagüe. En: Anuario del
IEHS, nº 10, Tandil, 1995. - Leví, G. Sobre microhistoria. Trad. C. Godoy.
Edit. Biblos. Bs. As., 1993. - Fazio, Ida. Microstoria. Consultado el 10/11/04. En:
www.culturalstudies.it/dizionario/lemmi/microstoria_b.html - Burucua, Conversación con Carlo Guinzburg. El
largo aliento de la historia. Entrevista
realizada el 13/07/03. Consultada el 10/11/04 en:
www.casla.com.br/cweng/noticias/cadnoticia1.asp?
tit=CONVERSACION+CON+CARLO+GUINZBURG+-+El+largo+aliento+de+la+historia - Arostegui, J. Teoría, Historia E
Historiografía. Cap. II. - Sempel, Diego. Microhistoria.
Trabajo realizado por
Maria A. Zurlo
Débora E. Marques
Adrián Almirón,
estudiantes de Licenciatura en Historia y Profesorado en
Historia en la Facultad de Humanidades. Resistencia,
Chaco, Argentina; 25/11/2004.
Categoría: Historia