- Marco conceptual de
Popper - Crítica a la
metodología en que se basan las teorías
historicistas - Método de la
historia - Síntesis de la
crítica de Popper al historicismo - Crítica al historicismo
de Hegel - Crítica al historicismo
de Kant - Consistencia del planteo
popperiano
En La sociedad
abierta y sus enemigos, Popper critica a una serie de
filosofías sustantivas de la historia. Popper se propone
mostrar la invalidez de estas posturas porque suelen utilizarse
para justificar medidas políticas
autoritarias y atacar la libertad
humana al sostener que la historia se dirige por grandes leyes
inmanentes.
El plan del trabajo
será mostrar en qué consiste el ataque de Popper al
historicismo, su criterio y reglas para la historia. Luego, se
mostrará en qué consiste su crítica
a Hegel.
Después se verá cómo la misma crítica
puede formularse a Kant que propone
una filosofía de la historia semejante en muchos aspectos
a la de Hegel pero Popper no lo critica. Por último, se
analizará la consistencia del planteo
popperiano.
I- Marco
conceptual de Popper.
Objetivo de Popper en su crítica al
historicismo.
El objetivo de
Popper en este libro es
criticar al historicismo, un tipo de filosofía de la
historia que sostiene que el desarrollo de
la historia está determinado por grandes leyes generales
de cumplimiento necesario. En este marco, un historiador que
pudiera conocer esas leyes que rigen los destinos de la humanidad
podría predecir el futuro humano. Expuesto de esta manera,
no se comprendería por qué un libro que se propone
atacar al historicismo debería llamarse La sociedad
abierta y sus enemigos.
En efecto, el historicismo no se limita a ser un tipo de
filosofía especulativa sino que sus resultados tienen
implicancias políticas significativas porque suele usarse
para justificar proyectos
políticos autoritarios. Al pretender conocer el desarrollo
futuro de la humanidad, una teoría
historicista se utiliza para decidir qué medidas y
qué proyectos de sociedad pueden servir al cumplimiento de
las tendencias futuras. Entonces, según Popper, estas
teorías
historicistas han sido utilizadas una y otra vez para impedir el
desarrollo de la sociedad abierta. Y si tenemos en cuenta que
Popper escribió este libro durante la segunda guerra
mundial, se comprende que el objetivo es ejercer una
influencia política. De
aquí surge la imperiosa necesidad de destruir al
historicismo.
Crítica
a la metodología en que se basan las
teorías historicistas.
La crítica de Popper al historicismo reposa en un
intento por destruir sus bases metodológicas. Popper
pretende deslegitimar la posibilidad de encontrar leyes
inmanentes en la historia. Una vez hecho esto, ya no se
podrá invocar teorías historicistas para justificar
acciones
políticas.
Método historicista basado en las ciencias
naturales.
Las teorías historicistas surgen de un intento de
aplicar el método de
las ciencias
naturales en la historia. Según Popper, si bien hay
ciertas semejanzas, la historia no puede utilizar el mismo
método que las ciencias naturales.
- Ciencias generalizadoras,
refutabilidad.
Las ciencias naturales son generalizadoras, buscan
explicar y predecir los hechos del mundo físico. Para
explicar y predecir se usan ciertas leyes universales y
condiciones iniciales. Entonces, la cuestión es descubrir
leyes universales. Y la única forma de hacerlo es
planteando una hipótesis para ver si se cumple. Si la
hipótesis no se
cumple, la teoría queda refutada. Si se cumple, queda
verificada temporalmente hasta que un futuro experimento la
refute. Sin embargo, como no podemos conocer los casos futuros,
nunca podemos afirmar que una teoría es
verdadera.
En el método
científico propuesto por Popper, la racionalidad
proviene la posibilidad que tienen las teorías de ser
refutadas. Una teoría sólo lo es si es pasible de
sufrir una refutación empírica.
Entonces, las ciencias naturales se preocupan por
verificar hipótesis universales (ciencia pura)
y predecir sucesos específicos (ciencia aplicada).
La ciencia
natural usa ciertas leyes triviales en la explicación (los
huesos se
rompen al ejercer cierta presión).
Las leyes universales casi siempre son tomadas como supuesto al
explicar un hecho específico. Al explicar por qué
una persona se
rompió una pierna en un accidente de tránsito, no
hace falta demostrar que los huesos se rompen al ejercer cierta
presión. Alcanza con mostrar que en ese accidente
determinado, la presión ejercida sobre los huesos fue
superior a la que éstos pueden soportar (según la
ley
universal).
Según Popper, la historia no puede utilizar los
mismos métodos
que las ciencias naturales porque tiene ciertas
características que la hacen diferente.
Imposibilidad de formular leyes universales y
objetivas en la historia.
El historicismo se basa en la creación de leyes
universales que rigen los destinos de la humanidad. Entonces, la
forma que elige Popper para atacarlo es negar la posibilidad de
formular leyes generales.
- Selectividad de los hechos y puntos de
vista.
Tanto en las ciencias naturales como en la historia, la
cantidad de hechos que hay en el mundo es infinita y hay que
elegir algunos para construir la teoría. El
científico elige los hechos que le servirán para
probar la hipótesis que sostiene (la selección
de los hechos está vinculada a sus intereses como
investigador). Es decir, cuando el científico elige
ciertos hechos ya está manifestando su punto de vista. Del
mismo modo, al elegir los hechos para elaborar una teoría
histórica, el historiador también está
manifestando su punto de vista. Es bueno que el historiador
reconozca explícitamente cuál es su punto de vista
y que no haga pasar a su teoría por una explicación
universal.
- Problema de las fuentes.
Para crear una interpretación hace falta fuentes. Y
éstas suelen ser sesgadas: muchos testimonios fueron
escritos con un revólver en la cabeza o sólo
reflejaban lo que el que lo escribió juzgaba importante.
Entonces, las fuentes suelen encajar dentro de una teoría
histórica preconcebida. Es más sencillo construir
una teoría histórica basada en las hazañas
de los grandes hombres que sobre las condiciones de vida de la
gente común porque los cronistas registraron lo que
hicieron los grandes hombres. Entonces, ya desde un principio, la
teoría histórica que podamos construir
estará impregnada de la información de la que se
dispone.
- Infalsabilidad de las teorías
históricas.
En las ciencias naturales, las teorías pueden
refutarse recurriendo a nuevas observaciones. Pero en la
historia, rara vez pueden obtenerse nuevas fuentes para falsar
una teoría histórica. Entonces, las
interpretaciones históricas generales son infalsables y
por eso no puede identificarse con teorías
científicas. Justamente, Popper había dicho que la
racionalidad de una teoría científica radica en la
posibilidad de ser refutada. Entonces, las teorías
sustantivas universales Una teoría que se ajuste
exactamente a todas las fuentes y donde no puedan obtenerse otras
no es una teoría porque no puede ser falsada.
Entonces, no puede decirse que una teoría
histórica quede verificada porque se ajuste a todas las
fuentes. Los hechos son singulares. Hay un elemento circular en
las teorías históricas universales. La
teoría se elabora recurriendo a ciertos datos y luego se
la contrasta usando los mismos datos que se usó para
construirla. No hay nuevos datos que puedan falsarla.
- Distintas interpretaciones.
Dos interpretaciones pueden coincidir con los mismos
datos. Pero no se puede decir cuál es mejor porque no hay
nuevas fuentes. Entonces, no puede saberse cómo fue el
pasado realmente. Sólo puede haber distintas
interpretaciones y ninguna de ellas definitiva.
Pero el hecho de que con los mismos datos puedan armarse
dos teorías inconsistentes entre sí, no implica que
una de ellas sea equivocada.
Nunca puede llegarse a una teoría
histórica verdadera porque no es posible saber cómo
fue el pasado realmente. Entonces, las dos teorías
incompatibles sólo reflejan dos puntos de vista diferentes
donde cada uno responde a las preocupaciones del autor. Por eso,
en base a los mismos datos, puede construirse una teoría
histórica que vea a la historia como un progreso y otra
como una regresión.
Síntesis de la crítica de Popper al
historicismo.
En base a los puntos anteriores, puede decirse que
Popper sostiene que no hay ningún sentido
intrínseco en la historia. Lo único que hay es una
masa amorfa de hechos. Y la construcción de una teoría requiere
que se seleccionen ciertos hechos.
Entonces, la historia que se construya dependerá
de qué hechos se elijan y cómo se los una. Al ser
la experiencia infinita, necesariamente toda teoría
histórica será selectiva, no puede escribirse una
historia
universal de la humanidad.
Sin embargo, el historicista cree que en la
contemplación de la historia tal como fue realmente puede
descubrirse el secreto del destino humano. Es decir, pretende
encontrar leyes generales que no sólo expliquen el pasado
de la humanidad sino que también predigan su
futuro.
El historicista no se da cuenta de que al elaborar una
teoría histórica estamos inconscientemente
reflejando los problemas de
nuestra época, no ve que somos nosotros quienes
seleccionamos los hechos desde nuestro punto de vista. Entonces,
no reconocen que nuestras interpretaciones históricas
deben satisfacer una necesidad derivada de los problemas que
debemos resolver.
II-
Crítica al historicismo de Hegel.
Hegel es un caso paradigmático de todos los males
que pueden causar las teorías historicistas como
fundamento para decisiones políticas. Por eso es
quizá con quien más se ensaña en la
sociedad abierta. En efecto, en ningún otro caso se ve
tan claramente como en Hegel cuando la filosofía se pone
al servicio del
poder.
El núcleo de la filosofía hegeliana es su
postulación de una idea que se va desarrollando
progresivamente. A cada estadio de su desarrollo le corresponde
un estadio de la realidad. La idea se desarrolla a pesar de las
voluntades particulares de los individuos. La astucia de la
razón hace que cuando los individuos persiguen sus
intereses particulares en realidad están contribuyendo al
desarrollo necesario de la idea.
Por lo tanto, conociendo la ley del desarrollo de la
idea, puede conocerse el destino de la humanidad.
Ahora aplicaremos la crítica del historicismo al
caso hegeliano para señalar por qué se ajusta a la
crítica.
Problema del punto de vista.
La primera crítica que puede formularse al
planteo hegeliano es su pretensión de construir una
teoría universal de la historia de la humanidad. Hegel
pretende construir una filosofía de la historia universal
que explique todo el devenir humano.
Así, en una misma teoría incluye la
política, la filosofía, la religión, el arte y todas las
manifestaciones del espíritu. Hegel sostiene que su
teoría puede aplicarse a todo el devenir humano, pretende
ubicarse desde un punto de vista absoluto, que cubra todo. Sin
embargo, Popper sostiene que esto es imposible, el hecho mismo de
seleccionar ciertos datos ya implica la adopción
de un punto de vista determinado.
Problema de contrastación.
Un segundo problema que afecta a la filosofía de
la historia de Hegel es su infalsabilidad. Los hechos
están ordenados de tal manera que conducen al desarrollo
de la libertad. Pero nuevamente, los hechos que Hegel escoge para
construir su teoría son los mismos que servirían
para falsarla. Entonces, como no pueden descubrirse nuevos
hechos, la teoría de Hegel se vuelve irracional por ser
infalsable.
Problema político.
Los dos puntos anteriores ya bastarían para
descalificar la teoría hegeliana criticando sus bases
metodológicas. Pero el punto fuerte de la crítica
de Popper radica en una descalificación de la postura
política que Hegel pretende legitimar con su
teoría.
Si la teoría de Hegel se limitara a fallar en los
dos puntos anteriores, no se comprendería el
ensañamiento de Popper. Pero justamente, Hegel pretende
legitimar el Estado
alemán. Al decir que todo lo real es racional, Hegel
defiende la sociedad cerrada porque su filosofía permite
justificar todas las medidas que sirvan para defender el Estado
prusiano.
Mediante el ingenioso juego de
palabras entre racionalidad y realidad, Hegel pretende justificar
que las leyes prusianas sean obedecidas sin miramientos. Este es
el más patético ejemplo de la filosofía al
servicio del poder.
III-
Crítica al historicismo de Kant.
Según Kant, el género
humano tiene dentro de sí una serie de disposiciones
naturales que deben desarrollarse. A medida que estas
disposiciones se desarrollan, hay un progreso de la
ilustración que genera cambios políticos y
sociales.
Las disposiciones están determinadas a
desarrollarse, hay una ley intrínseca en la historia que
deriva en un progreso hacia mejor. No importan las acciones de
los individuos, la teleología se desarrollará de
cualquier manera.
La filosofía de la historia de Kant comparte
muchos puntos con la de Hegel. Sin embargo, Popper no realiza una
crítica explícita en su libro. Pero podrían
realizarse los siguientes ataques:
Problema del punto de vista.
Al igual que Hegel, Kant pretende escribir una historia
universal que abarque todo. Mientras que en Hegel, el progreso
histórico se produce por el sucesivo desarrollo del
espíritu, para Kant lo que se desarrollan son las
disposiciones naturales del género humano.
Y este desarrollo afecta a todos los ámbitos de
la vida humana: la política (formación del Estado de
derecho), la moral (a
medida que se desarrollan las disposiciones, los hombres
están más dispuestos a cumplir con el deber). Y
Kant hasta se atreve a profetizar lo que ocurrirá con las
relaciones
internacionales por la formación de una liga de
naciones.
Por lo tanto, cabría aplicar la crítica
popperiana de que Kant está haciendo pasar el punto de
vista propio (y de su generación) por un punto de vista
absoluto que abarque toda la historia humana.
Problema de contrastación.
Un segundo problema de la teoría de Kant es que
es infalsable. Los mismos hechos que escoge para construir la
teoría son los que servirían para
refutarla.
Por ejemplo, Kant señala a la revolución
francesa como un signo inequívoco de que se registra
un progreso en la ilustración de la humanidad, de que se ha
avanzado hacia la paz perpetua y el Estado de derecho.
Justamente, en Si el género humano progresa hacia
mejor Kant hasta reconoce implícitamente la
infalsabilidad y verdad de su teoría. En efecto, dice que
la revolución francesa es un signo del
progreso de la humanidad hacia el Estado de derecho. Incluso se
ésta fracasara, ya habría manifestado el
tránsito hacia mejor.
Entonces, todo cuanto ocurra en la historia forma parte
del camino a recorrer para llegar al fin. Por lo tanto, ni las
restauraciones monárquicas del siglo XIX, ni las
dictaduras totalitarias del XX puede utilizarse para refutar la
teoría sino que, en todo caso, son etapas que la humanidad
debe recorrer para llegar al Estado de derecho.
Problema político.
Si bien la filosofía de la historia de Kant se
caracteriza por un historicismo similar al de Hegel, Popper no lo
critica. Aquí se observa claramente el tipo de compromiso
político de Popper. Popper no está de acuerdo con
que Kant encuentre leyes intrínsecas en la
historia.
Pero, según Popper, este tipo de historicismo no
representa un atentado contra la sociedad abierta porque
básicamente postula un progreso hacia una sociedad con
mayor libertad. Pero la gran diferencia con el enfoque de Popper,
es que para Kant, los hombres están condenados a ser
libres, en su propia naturaleza hay
un desarrollo necesario que tiende hacia la libertad. Para
Popper, la libertad debe ser conquistada.
IV-
Consistencia del planteo popperiano.
Una vez vistas dos críticas al historicismo, es
hora de ver la parte constructiva de Popper, la clase de
filosofía de la historia que propone como remedio al
historicismo.
El significado de la historia.
Según Popper, la historia en sí misma no
tiene un significado pero nosotros podemos dárselo. Los
hechos carecen de significado, sólo pueden adquirirlos a
través de nuestras decisiones. El éxito
que han tenido las teorías historicistas nace de una falta
de fe en nuestra racionalidad, en que no tenemos coraje para
adoptar las decisiones que construyan un mundo mejor.
Por eso los hombres se han dejado seducir por
teorías que aseguraban un destino de gloria para su
pueblo. No han tenido el coraje para ver que esa gloria
sólo puede alcanzarse conscientemente, con buenas
decisiones de política.
Entonces, hay que deslegitimar las teorías
historicistas que pretenden guiar las decisiones
políticas.
Las teorías historicistas suelen usarse para
justificar políticas perversas. Los nazis pudieron
justificar sus leyes racistas porque estaban de acuerdo con la
ley histórica que conducía a la dominación
de la raza aria. Por eso es importante combatir el historicismo:
lleva a justificar decisiones políticas de barbarie. Y por
eso Popper no va a criticar a Kant. Su teoría
histórica tiene todos los rasgos historicistas pero no
justifica la barbarie. Podemos reinterpretar la historia como una
lucha por la sociedad abierta. Esta es la propuesta central del
planteo de Popper. Sólo dejando definitivamente de lado la
creencia de que nuestro futuro está determinado podremos
tomarlo entre nuestras manos para forjarlo a nuestra
voluntad.
Consistencia del planteo de Popper.
En cierto sentido, el planteo de Popper podría
parecer inconsistente. Las teorías historicistas dieron un
sentido a los hechos para justificar que ciertas decisiones
políticas estaban de acuerdo con éstas.
Sin embargo, la propuesta de Popper no es demasiado
diferente en este aspecto. Él también busca
utilizar a la historia para justificar decisiones
políticas. Pretende dotar a la historia un sentido de
lucha por la sociedad abierta (del mismo modo que para Hegel era
un progreso hacia la libertad).
En mi opinión, la única diferencia entre
Hegel y Popper es que Popper reconoce que adopta un punto de
vista arbitrario. Yo pienso que esto hace toda la diferencia. En
el caso de Hegel, el Estado prusiano se realizará sean
cuales fueren las decisiones que adoptemos. En el caso de Kant,
el resultado también llegará inexorablemente. La
única diferencia es si la paz perpetua llegará con
mayor o menor sufrimiento.
Pero para Popper, el objetivo de la sociedad abierta
sólo llegará si nos lo proponemos. El futuro no
está escrito. No hay una astucia de la razón que
lleve al cumplimiento de ciertos fines últimos. La
propuesta de Popper consiste en que usemos con astucia la
razón para llegar a ese fin deseable. Ahora bien, la
cuestión es ver por qué este fin es
deseable.
¿Es racional pensar la historia como un
progreso hacia la sociedad abierta?
Esto es difícil de responder y en definitiva
depende de supuestos irreductibles como las convicciones. Lo que
Popper demuestra es que podría construirse un sentido
histórico de esta manera del mismo modo que se han
construido sentidos históricos con otros ejes.
Aquí debe introducirse el debate sobre
el racionalismo e
irracionalismo. Según Popper, el racionalismo es una
actitud en que
predomina la disposición a escuchar argumentos
críticos y aprender de la experiencia. Consiste en decir:
"Yo puedo estar equivocado y tú puedes tener razón.
Con un esfuerzo compartido podemos acercarnos a la
verdad".
El objetivo es llegar a un resultado que sea aceptable
para la mayoría. Y esta es una postura semejante a la de
la ciencia. La clave es la conciencia de las
propias limitaciones y la humildad. El racionalismo cree en un
progreso gradual y consciente.
El irracionalismo es la actitud opuesta, que la
razón es insuficiente y que puede llegarse a la verdad por
una intuición mística. Se deja de lado el
razonamiento. Y la verdad mística a la que se llega no
puede estar equivocada.
El hecho de reconocer que podamos equivocarnos
compromete al racionalismo con una ingeniería social práctica que nos
enseñe a corregirlos. Sólo esto puede derivar en un
progreso que conserve la libertad. Así, Popper pretende
salvaguardar la racionalidad de su propuesta. La lucha por la
sociedad abierta como eje de la historia es algo que puede lograr
un consenso racional, una solución que convenga a todos y
guarde la libertad.
Federico Ast
Lic. en Economía
(UBA)
Estudiante de licenciatura de Filosofía
(UBA)