Cultura Mexicana
Antecedentes:
Para poder hablar
de los Aztecas, debemos
remontarnos un poco de tiempo
atrás de ellos, de tal forma que, al menos, encontremos
algunas de sus raíces. No es posible establecer nada
seguro acerca
de estos antecedentes, pero nos podrá dar una idea clara y
una perspectiva de que la historia, aún cuando
existen diferentes opiniones en las fuentes de
información, únicamente difieren en
fechas y pequeños acontecimientos que realmente no son de
gran trascendencia comparados con lo que sucedió
después de la fundación de la gran
Tenochtitlan.
Cholula estuvo habitada, aproximadamente hasta el
año 800 d. C., por gente teotihuacana que fue desalojada
de allí por los Olmecas (de origen popolocamixteco) que
dominó durante unos 500 años y que pronto
extendió su influencia hasta el centro de Veracruz; bajo
su empuje cayeron la provincia cultural de Cerro de las Mesas y
la región de los Tuztlas. Los habitantes nahuas de ambos
lugares junto con los teotihuacanos (recientemente expulsados de
Cholula), iniciaron una migración
en masa, llamada de los pipiles, y se establecieron en la
región chiapaneca del Soconusco, de donde más tarde
se movieron hacía Centroamérica, quedándose
la mayoría en Guatemala, El
Salvador, Honduras y Nicaragua; pequeños grupos radicaron
en Costa Rica y
Panamá.
Algo antes del año 900, una parte de los pipiles
inició un movimiento
migratorio hacía el norte y llegó a Tula, donde,
bajo el nombre de nonoalca colaboró con los
tolteca-chichimeca en la formación del imperio
tolteca.
Hacía 900 d. C., se produjeron cambios en el
clima de la
región donde floreció la cultura
proto-tolteca, cuyo centro fue probablemente La Quemada, al sur
de Zacatecas, y esto originó la invasión de las
tribus tolteca-chichimecas al Valle de México, se
apoderó de Acolman y Teotihuacán y
estableció su capital en el
Cerro de la Estrella (cerca de Iztapalapa). Desde ahí
realizó conquistas como la de las Siete Cuevas
(Chicomóztoc), región situada entre Tula y
Jilotépec, (antes propiedad de
los otomíes) quizá a la caída de
Teotihuacán. Esos tolteca-chichimecas que dominaron a los
otomíes y se mezclaron con ellos constituyeron más
tarde el imperio tolteca.
Un señor (rey) llamado Topiltzin
decidió cambiar la capital de su
imperio (tal vez a causa de la presión que desde Cholula
ejercían los Olmecas), primero temporalmente, a Tulancingo
y después a Tula, sitio estratégico que le
permitía dominar los valles del Mezquital y de México y
que por su proximidad a la frontera con los indios
bárbaros, le facilitaba detener sus
incursiones.
Topiltzin tuvo un reinado muy próspero;
fomentó la cultura y las
artes, desterró los sacrificios humanos y trató de
afianzar en su pueblo el culto a su dios "Quetzalcóatl"
(Serpiente emplumada), pero esto disgustó a los
tolteca-chichimecas que veneraban a Tezcatlipoca, deidad que
exigía sacrificios.
Al producirse el colapso de Tula, bandas de
bárbaros irrumpieron desde el sur de Texas hasta entrar al
Valle de México en
el siglo XIII, y sólo se detuvo ante la barrera
montañosa del Ajusco, que vino a ser la nueva frontera
mesoamericana entre los sedentarios y los nómadas,
entonces los toltecas fueron desplazados del centro de México y
se diseminaron.
Poco después los acolhuas fundaron el
señorío de Huejotzingo, se fortalecieron y
derrotaron a Cholula, fundaron la "República de Tlaxcala"
(no el estado,
sino el conjunto de cuatro señoríos:
Tepetícpan, Ocotelolco, Tizatlán y Quiahuiztlan).
Mientras tanto, los chichimecas fundaban un señorío
en la región tetzcocana, donde la civilización
aumentó, tomando el idioma nahua y se volvieron
sedentarios. Todo lo anterior, nos da una gran idea de lo que
sucedía en el valle de México
antes de la llegada de los Aztecas.
Los mexicas, nacimiento de los Aztecas y su
viaje:
Los mexicas procedían, según parece, de un
lugar llamado Aztatlan o Aztlán, que según varias
leyendas
significa "lugar de garzas", por lo cual, se les conoce mejor
bajo el nombre de aztatecas o aztecas,
aún cuando ellos preferían denominarse
culhuas-mexicas.
Se dice que Aztatlan estaba situado en una isla de la
laguna de Mexcaltitlan en la costa de Nayarit y que el grupo
salió de ahí entre el año 890 y el 1111,
atravesaron primero algunas regiones del norte de Jalisco y
después, siguiendo el curso del río Lerma, partes
de Guanajuato y Michoacán.
Los mexicas eran, atlacachichimeca, es decir,
"pescadores y cazadores", y no es posible reconstruir en detalle
el itinerario que habían seguido hasta que llegaron a las
inmediaciones de San Juan del Río, desde donde se cuenta
con mas información hasta su llegada al Valle de
México. Tenían por costumbre encender cada 52
años (duración de un ciclo en su calendario), un
fuego nuevo; el primero celebrado después de iniciada su
peregrinación fue el de Coatépec, en la
región nor-oriental del Valle de México, en el
año 2 caña (1163). Allí nació,
según un mito, el dios
Huitzillopochtli (Colibrí del Sur), hijo de Coatlicue que
era un hechicero que rendía culto a Tezcatlipoca, era su
caudillo y su dios más venerado. Después de
él tuvieron otros caudillos-sacerdotes hasta
Ténoch, el último, quien auspició la
fundación de Tenochtitlan y quién le dio su nombre;
aunque también recibió el nombre de México,
en honor de Huitzillopochtli o también conocido como
Mexitlí.
A raíz de encender el fuego nuevo de 1163, los
mexicas se trasladaron a Tula, y posteriormente se desplazaron a
Apazco, por donde celebraron el siguiente fuego nuevo en 1215.
Penetraron otra vez al Valle de México y se establecieron
temporalmente en diversos sitios como Zumpango y Cuauhtitlan.
Continuando su peregrinación llegaron a Ecatépec,
bordearon el sur de la sierra de Guadalupe y arribaron a
Tecpayocan, el actual cerro de Santa Isabel, cerca de los "Indios
Verdes", en donde encendieron su tercer fuego nuevo en 1267. De
allí, penetraron a tierras del señorío de
Azcapotzalco, gobernado entonces por Acolnahuacatzin, quien les
permitió avecindarse en sus dominios como tributarios,
hasta que, cuando les gobernaba su primer rey Huitzilihuitl,
entre 1273 y 1276, se establecieron en
Chapultépec.
En realidad, desde su salida de Tula hasta su llegada a
Chapultépec, los mexicas sólo permanecían,
en calidad de
"paracaidistas", unos años en cada lugar por donde
pasaban, pues todas las tierras estaban ocupadas y nadie les
quería como vecinos por ser muy pendencieros, practicar
formas crueles de sacrificios humanos, y tener la costumbre de
robarse a las mujeres casadas. En Chapultépec, sitio
estratégico de fácil defensa, se sintieron al fin
seguros y
desde allí comenzaron a merodear por los lugares
próximos, haciéndose, como siempre, odiosos a sus
vecinos. Estos, cansados de soportarlos, formaron una
coalición con casi todos los señoríos del
Valle de México, encabezados por el de Xaltocan y, en
1319, lograron derrotarlos gracias a una estratagema urdida por
los tepanecas: éstos les hicieron creer que necesitaban su
ayuda militar para combatir a los de Culhuacán. Así
lograron que salieran de Chapultépec todos los guerreros
quedando sólo los ancianos, las mujeres y los
niños, a quienes fácilmente pudieron aprisionar.
Desmoralizados los mexicas fueron vencidos por los culhuas y
quedaron como sus cautivos o siervos, confinados en Tizapan,
lugar poblado de serpientes. Los de Culhuacán esperaban
que éstas hiciesen perecer a muchos de los prisioneros,
pero resultó que los mexicas consiguieron
exterminarlas.
Más tarde, los culhuas, que sostenían una
ardua lucha contra los xochimilcas, utilizaron a los mexicas como
soldados mercenarios para vencer a sus enemigos y les ofrecieron
la libertad a
cambio de 8000
prisioneros xochimilcas. Por ser reducido el grupo mexica y
no poder conducir
hasta Culhuacán a los 8000 prisioneros, se contentaron con
cortarles las orejas y llevar éstas, en sacos, a
Coxcoxtli, señor de Culhuacán, el cual,
horrorizado, les concedió la libertad y les
permitió establecerse en Mexícatzingo. Edificaron
allí de inmediato un templo en honor a Huitzillopochtli y
pidieron a Coxcoxtli una hija "para tenerla como una reina y
venerarla como una diosa". Sin saber que los mexicas se
proponían desollarla accedió el señor
culhua, e incluso aceptó la invitación que le
hicieron para que él mismo fuera a reverenciarla. Cuando
se percató de lo que habían hecho se
enfureció e hizo que sus súbditos persiguiesen sin
tregua a los mexicas y los arrojaran a los carrizales que
había a orillas del lago, en donde encontraron refugio en
un islote abandonado.
Fundación de
Tenochtitlan:
En aquel islote fue donde, según la historia, vieron la
señal expuesta por Huitzillopochtli: el águila
devorando una serpiente sobre un nopal y empezaron a edificar
Tenochtitlan en 1345. Doce años después otro
grupo mexica
se estableció en un islote contiguo, fundando Tlatelolco
en 1357. Tenochcas y tlatelolcas quedaron sometidos al
señor de Azcapotzalco, pagando en los primeros años
tributos muy
onerosos.
Ténoch conservó la suprema autoridad
hasta su muerte en
1369. Dos años antes, en 1367, los mexicas conquistaron
Culhuacán en provecho de Tezozómoc (señor
Tepaneca, vecino de Huejotzingo y Tlaxcala), y los señores
que allí reinaban encontraron asilo en Coatlichan. A
la muerte de
Ténoch, algunos nobles mexicanos fueron a solicitar a
Coatlichan que un príncipe culhua, llamado Acamapichtli,
viniese a residir en México, aunque todavía no con
la calidad de rey,
que sólo tuvo a partir del año de 1376.
Tezozómoc estimó conveniente convertir a
los mexicas de soldados mercenarios en socios de sus empresas de
conquista. Así, después que los Tenochcas
conquistaron Culhuacán en 1367 y los tlatelolcas Tenayuca
en 1371, alcanzaron el rango de señoríos Tlatelolco
y Tenochtitlan: el primero, en 1375, con Cuacuahpitzáhuac
como rey, hijo de Tezozómoc, quien gobernó hasta
1409 o 1418; el segundo, en 1376, cuando subió al trono
Acamapichtli, descendiente de los antiguos señores
toltecas de Culhuacán, lo cual habría de inducir a
los Tenochcas a considerarse corno herederos de las posesiones
que habían pertenecido al imperio de Tula.
Gracias a las conquistas de Acarnapichtl;
-Xochímilco (1376), Mizquic (1378) y Cuitláhuac
(1393)- quedó en poder de
Tezozómoc el sur del Valle de México, excepto el
señorío de Amecameca, aliado suyo. El último
terreno que cayó en manos del señor tenochca fue el
importante y extenso señorío de Cuernavaca, que se
prolongaba hacia el sur, probablemente hasta el río
Balsas, en el que abundaba el algodón, que ahora
afluyó al Valle de México, utilizándosele
para la fabricación de telas.
Acamapichtli falleció en 1396; le sucedió
su hijo Huitzilihuitl (1397-1417), quien engendró un
vástago, Moteczuma llhuicamina, con la hija del
señor de Cuernavaca, en 1398.
Huitzilíhuitl derrotó a los xaltocameca en
1400, a los de Chalco-Atenco en 1410 y combatió a los de
Texcoco en compañía del señor de Tlatelolco
y de otros vasallos de Tezozómoc. Se convirtió en
un auxiliar tan valioso para Tezozómoc, que éste le
dio en matrimonio una
hija suya, unión de la que nació Chimalpopoca,
quien sucedió a su padre en el trono de Tenochtitlan en
1417, cuando apenas tenía 12 años.
A medida que Tezozómoc asoció más
estrechamente en sus empresas a sus
vasallos mexicas, fueron disminuyendo los onerosos tributos que
al comienzo les impuso hasta que, cuando Chimalpopoca
subió al trono, por afecto a él, suprimió
esas cargas y permitió que los Tenochcas gozaran de una
situación de privilegio, cosa que disgustó a una
parte considerable de los tepanecas.
En 1418 Tezozómoc y sus aliados mexicas
conquistaron Texcoco, ciudad que entregó aquél dos
años después a Chimalpopoca. El tirano de
Azcapotzalco, que murió en 1427, parece haber escogido
como sucesor a su hijo Tayatzin, pero un hermano mayor de
éste, Maxtla, le usurpó el trono. Poco
después, al saber el usurpador que Chimalpopoca
conspiraba, junto con otros señores, para derrocarlo y
restablecer a Tayatzin, mandó encarcelarlo.
Consideró esto el señor de Tenochtitlan como una
terrible afrenta que lo indujo a darse la muerte.
Entonces los Tenochcas eligieron rey a Itzcóatl, hijo de
Acamapichtli y medio hermano de Huitzilihuitl.
Mientras tanto, Nezahualcóyotl que, tras la
pérdida de su trono de Texcoco en 1418, había
vivido exiliado entre los huejotzingas y tlaxcaltecas, con cuyos
señores trabó amistad,
consiguió ayuda militar de ellos y celebró una
alianza con ltzcóatl. Luego, aprovechando el resentimiento
que guardaban los Tenochcas por los agravios que Maxtla
infirió a Chimalpopoca, emprendió una lucha contra
Maxtla en 1427. Logró, con sus aliados, vencer a
Azcapotzalco en 1428, merced a la ocupación previa de
Tacuba que sirvió como "cabeza de playa" para el ataque de
la capital
tepaneca. Entonces parece que Maxtla huyó a
Coyoacán, lugar donde había gobernado antes de
convertirse en señor de Azcapotzalco, luego a
Cuauhximalpan y después a Tasco, sitio en que murió
en 143l.
Aunque había caído la capital de los
tepanecas, Nezahualcóyotl e ltzcóatl, aliados ahora
con el señor tepaneca de Tacuba, tuvieron que continuar
luchando contra varios señoríos que habían
formado parte de aquel imperio, y por eso les fue preciso llevar
al cabo numerosas conquistas como la de Xochimilco en 1430 y la
de Texcoco en 1431. En este año recuperó
Nezahualcóyotl su trono y tres años más
tarde se constituyo la Triple Alianza integrado por los
señores de Texcoco, de Tenochtitlan y de Tacuba que, de
común acuerdo, se repartieron los territorios hasta
entonces sojuzgados y establecieron además el convenio de
que los señoríos que posteriormente dominasen
deberían pagarles tributo: dos quintas partes a Texcoco,
otras tantas a Tenochtitlan y sólo una a
Tacuba.
Las guerras
Floridas:
Después de sojuzgado Azcapotzalco, los
señoríos más poderosos del Valle de
México fueron Tenochtitlan y Texcoco, gobernados por
Itzcóatl y Nezahualcóyotl, respectivamente. Ambos
emprendieron, en colaboración, una serie de conquistas.
Ante todo prosiguieron la lucha contra los pequeños
señoríos que habían dependido de
Azcapotzalco y después ltzcóatl concentró
sus esfuerzos en dominar las regiones occidental y meridional del
Valle de México, gran parte del de Morelos y las tierras
guerrerenses situadas al norte del Balsas, sometiendo a Tasco,
Iguala y Tepecuacuilco.
Al apoderarse de Cuahuacan, quedó Itzcóatl
dueño de la sierra de Monte Alto y tuvo el camino abierto
hacia Xilotépec. Aunque el poderío
de los tlatelolca había disminuido, realizaron aún
conquistas como la de Cuauhtinchan, al sur de Cholula, en 1438.
Nezahualcóyotl por su parte, se ocupaba en recuperar todos
los territorios que habían pertenecido al
señorío de Texcoco y en colaborar con
Izcóatl en las conquistas que éste hacía en
los Estados de Morelos y Puebla, como, por ejemplo, la de la
región que se halla entre Cuauhltla y Huaquechula, y que
le permitieron extender sus dominios hasta Izúcar. Ambos
soberanos fueron los forjadores de la grandeza de Texcoco y
Tenochtitlan y establecieron las pautas políticas
y sociales que habrían de seguirse.
Muerto
ltzcóatl en 1440, le sucedió Moteczuma Ilhuicamina,
quien continuó la conquista, iniciada por su antecesor,
del señorío de Xilotépec que se
extendía a través del valle del Mezquital hasta
Zimapan. De esta manera el río Moctezuma, límite
actual de los Estados de Hidalgo y Querétaro, fue la
frontera septentrional del imperio mexica y como tal quedó
hasta la llegada de los españoles. Moteczuma
también consolidó el dominio de las
comarcas conquistadas por ltzcóatl en Morelos y Guerrero
y, tras varios años de lucha, sujetó a los de
Chalco-Arnecameca en 1465.
En 1450 Nezahualcóyotl emprendió una
campaña siguiendo el trazo de la actual carretera que va
de Pachuca a Tuxpan, lo que le permitió introducir una
cuña que separó a los huastecos de los totonacos,
impidiendo así una posible y peligrosa alianza de
ambos.
Todo parecía sonreír a los tetzcocanos y
Tenochcas cuando precisamente en ese año de 1450,
comenzó una terrible hambre, provocada quizá por
prolongadas sequías y cierta probable inexperiencia en las
técnicas agrícolas, que los orilló a adoptar
medidas desesperadas: la introducción de los sacrificios
humanos en gran escala. Muchos
mexicas se vendieron como esclavos a mercaderes totonacos por
sólo 20 mazorcas.
Estimando los sacerdotes que tan terrible crisis se
debía a que la tierra
desfallecía porque le faltaba vigor para producir frutos y
que el sol tampoco
era capaz de infundirle vida, decidieron que ambos no estaban
debidamente fortalecidos con la especie de vino generoso que era
la sangre humana y
que, en consecuencia, había que derramar ésta con
mayor profusión multiplicando el número de
víctimas.
Como los mexicas y tetzcocanos tenían un
calendario según el cual el año constaba de 18
meses de 20 días y en cada veintena debía
celebrarse por lo menos una fiesta en que se hiciesen sacrificios
humanos, era necesario asegurar el abastecimiento oportuno de
víctimas, por lo general prisioneros obtenidos en
campañas, y éstas podían ya sólo
emprenderse contra señoríos relativamente alejados
del Valle de México porque éste y las comarcas
circunvecinas habían sido ya conquistadas. Para evitar el
peligro de que no las hubiese ni a tiempo ni en el
número requerido, se llegó a un acuerdo con los
señoríos de Huejotzingo y Tlaxcala, también
azotados por el hambre, mediante el cual se establecía la
"Guerra
Florida" (xochiyáoyotl), que no tendría como fin la
conquista de territorios al enemigo, sino sólo la lucha
contra él, en lugares y tiempos determinados, con objeto
de obtener prisioneros que unos y otros contendientes
sacrificasen a sus respectivos dioses. No existía, pues,
entonces, una enemistad real entre ambos grupos, sino un
pacto cuyos resultados creían mutuamente benéficos.
Sin embargo, esas luchas periódicas llegaron a producir la
rivalidad definitiva entre ellos, sobre todo después que
Moteczuma I venció a los chalcas en 1465 y extendió
sus dominios hasta la Sierra Nevada, en donde empezaban los de
los huejotzinga.
Como sí se hubiese acertado con la
solución verdadera, en 1455 hubo frecuentes lluvias y
cosechas abundantes. Los mexicas se sintieron más fuertes
que nunca y se arrojaron impetuosos sobre las tierras más
fértiles como si quisieran asegurar la obtención de
tributos y
evitar otra crisis como la
sufrida.
Desde Izúcar se lanzó Moteczuma I, a
través de Acatlan y Huajuapan, contra el poderoso
señorío de Coixtlahuaca, habitado por nahuas,
mixtecos y chocho-popolocas y gobernado por Atónal,
último soberano de una dinastía de origen tolteca
establecida allí después de la ruina de Tula. Este
señorío se extendía hasta Tuxtépec y
la costa al norte del Papaloapan. La pelea, que fue muy
reñida, empezó en 1458 y terminó en 1461 con
la victoria de los mexicas. Con ella y con la extensión
previa de Nezahualcóyotl hasta Tuxpan, quedaron cercados
los territorios dominados por los huejotzinga y los que
tenían los totonacas en el norte de Veracruz. Desde
Tuxtépec y Cozamaloapan fue fácil para los mexicas
conquistar en 1463 la provincia de Cotaxtla, que llegaba hasta
Chalchiuhcueyehcan (el actual puerto de Veracruz), y no
tardó en caer en sus manos Cuauhtochco (Santiago Huatusco,
cerca de Cotaxtla).
Cuando al fin Moteczuma I, tras dos décadas de
lucha, sometió a Chalco-Amecameca, surgió una
cierta hostilidad entre Tenochtitlan y Huejotzingo que quedaban
convertidos en estados vecinos, y se agudizó cuando los
Tenochcas sometieron en 1466 al señorío de Tepeaca,
el más fiel aliado de los huejotzinga. Atacando desde
aquí y desde Cuauhtochco, se apoderaron los mexicas de
Orizaba, estrechando aún más el cerco que rodeaba a
huejotzingas y totonacas.
Las conquistas realizadas por Moteczuma le convirtieron
en un soberano muy poderoso que recibía toda clase de
tributos de
los pueblos avasallados, entre ellos oro, jades, turquesas y
ricas plumas, principalmente de la provincia de Tuxtépec,
importante encrucijada comercial a donde llegaban desde el
sudeste productos
quizá hasta entonces casi desconocidos por los mexicas,
como el cacao.
Moteczuma tuvo especial predilección por el valle
de Morelos y escogió Huaxtépec como lugar de
recreo. Aclimató ahí toda clase de árboles y
arbustos traídos del centro y sur de Veracruz. En las
peñas de Chapultépec hizo grabar su efigie,
costumbre continuado por sus sucesores. llhuicamina dio al
estado
tenochca su forma política definitiva y
bajo su reinado debió surgir el arte característicamente mexica cuyos mejores
logros fueron de índole escultórica.
Al morir Moteczuma en 1469 fue elegido para sucederle
Axayácatl, el primero de tres hermanos que reinaron uno
tras otro. Ya éste se había distinguido al final
del gobierno de
Ilhuicamina en las campañas hechas en las comarcas de
Cotaxtla Y Orizaba. Habiéndose sublevado esta
última región, Axayácatl la
reconquistó imponiendo un duro castigo a los
rebeldes.
Esplendor del Imperio Azteca:
En 1473 tuvo una guerra con
Moquíhulx, último soberano de Tlatelolco, quien
había estado
conspirando para formar una coalición contra los Tenochcas
integrado por varios señores de los valles de
México y Toluca. Denunció el complot a
Axayácatl una hermana suya casada con Moquíhuix,
ofendida por el abandono en que éste la tenía a
causa de la preferencia que daba a otras mujeres. Sabedor de lo
que contra él se tramaba, el rey tenochca atacó de
improviso a los tlatelolcas, que se defendieron obstinadamente en
su último reducto, el templo mayor. Moquíhuix
pereció en la lucha y los tlatelolca quedaron sin soberano
propio, obedeciendo desde entonces al de Tenochtitlan, hasta que
se restauró la monarquía tlatelolca en 1515 con
Cuauhtémoc, quien, años después,
gobernó también en Tenochtitlan.
Resentido Axayácatl, por haber conspirado con
Moquíhuix algunos de los señoríos
independientes matlatzincas, otomíes y mazahuas del valle
de Toluca, corno los de Toluca, Xocotitlan y Xiquipílco,
los atacó y conquisto tras ardua contienda en 1480.
Enseguida se enfrentó a los tarascos en los confines de
los Estados de México y Michoacán, pero
éstos acometieron con tal ímpetu desde las
fortificaciones hechas de madera que
tenían en Tajimaroa (Ciudad Hidalgo), que derrotaron al
ejército mexica. Por primera vez encontraban los Tenochcas
un enemigo irreductible. Para atajar la expansión de los
tarascos en Guerrero, que ocupaban ya las tierras bajas de
Michoacán y de la cuenca del Balsas, se
adueñó Axayácatl de Oztuma en el noroeste de
dicho Estado y
estableció allí una guarnición.
Realizó también otras conquistas de regiones
situadas al norte del Balsas, cuya subyugación, iniciada
por ltzcóatl, había sido proseguida por
Moteczuma.
Aunque alguna fuente histórica atribuye a
Axayácatl la conquista de Oaxaca, en realidad esta
codiciada prenda cayó en poder de los
mexicas bajo el reinado de Ahuízotl.
En 1479 se dedicó la "Piedra del Sol" o
"Calendario Azteca", porque en ese año, equivalente en la
cuenta indígena a 13 ácatl, se conmemoraba la
creación del quinto sol, ocurrida en ese mismo
signo.
Dos años después falleció
Axayácatl y le sucedió su hermano Tizoc quien
sólo gobernó cinco años, ya que murió
envenenado en 1486. A pesar de que se le ha pintado como un rey
cobarde, emprendió conquistas importantes, como la de la
región de Nauhtla, Veracruz, efectuada coordinadamente con
Nezahualpilli, hijo y sucesor de Nezahualcóyotl y
también la reconquista de Yanhuitlan, Oaxaca.
Además, en la "Piedra de Tízoc" aparecen otras
victorias suyas, solo que en su lugar, como vencedor, figura el
dios Tezcatlipoca.
Bajo Ahuízotl, sucesor y hermano de los
anteriores, alcanzó el imperio mexica su máxima
expansión. Como después de la gran hambre de
1450-54 cada nuevo soberano tenochca, al ascender al trono,
iniciaba una campaña contra señoríos
aún sin someter, para agregar más territorios al
imperio y obtener suficientes cautivos con qué propiciar a
los dioses, y como se acercaba además la dedicación
del Templo Mayor, erigido en honor a Huitzillopochtli, se
requerían numerosas víctimas. Para obtenerlas
Ahuízotl hizo la guerra a los
huastecos de la provincia de Xiuhcóac o Tziuhcóac
(llamado por los españoles "Cicoaque"), y después a
los zapotecas, logrando conquistar todo el valle de Oaxaca. De
ambos sitios obtuvo innumerables prisioneros. Con el holocausto
de no menos de 20,000 se solemnizó en 1487 la
dedicación del Templo Mayor de Tenochtitlan. Aterrorizados
ante el relato de esta hazaña inaudita, los habitantes de
los más remotos confines de Mesoamérica, temblaron
ante la posibilidad de que de entre ellos se reclutasen las
próximas víctimas y el nombre del fiero monarca
tenochca inspiró un pavor tal que todavía hoy se
llama "ahuizote" a alguien a quien se teme constantemente o que
produce una molestia continua.
Ahuízotl se lanzó de nuevo sobre los
paraísos veracruzanos arrasando y diezmando pueblos que se
habían rebelado. A las provincias asoladas se llevaron
colonias mexicas que reforzaron el predominio de la lengua nahua.
Sojuzgó también este rey la mayor parte del
Estado de
Guerrero, extendiendo los dominios de su imperio hasta la
desembocadura del Balsas.
En 1486 las huestes mexicas se apoderaron del valle de
Oaxaca y, siguiendo la ruta de la actual carretera, sometieron a
Tehuantépec en 1498. Continuaron su marcha victoriosa por
la costa del Soconusco hasta apoderarse de la actual población guatemalteco de Ayutla. La
penetración de los "pochtecas" o comerciantes por tierras
centroamericanas es prueba de que preparaban una próxima
agresión, y es seguro que el
sucesor de Ahuízotl se proponía conquistar a los
quichés y cakohíqueles cuando llegaron los
españoles. Un golpe en la cabeza contra un dintel de
piedra al tratar de escapar de una inundación que se
produjo en Tenochtitlan en 1502 causó la muerte al
más temible conquistador mexica. Con él
terminó la etapa de los grandes caudillos militares y se
inició la de un monarca a punto de ser
divinizado.
Le sucedió Moteczuma II Xocoyotzin, originalmente
sacerdote modesto y humilde muy versado en su religión, a quien el
poder ensoberbeció pronto y convirtió en una
especie de sátrapa oriental. A él tocó
sofocar serias rebeliones en La Míxteca y conquistar
allí regiones que nunca antes habían sido
sometidas. También bajo su reinado disminuyó
aún más el poder de Texcoco que había
empezado a declinar a la muerte de
Nezahualcóyotl. El hijo de éste, Nezahualpilli, que
heredó el trono a los ocho años de edad,
quedó bajo la tutela de Axayácatl, y desde entonces
los Tenochcas se consideraron como tutores de los tetzcocanos.
Cuando llegó el momento de elegir sucesor, Moteczuma
impuso a Cacamatzin, en 1516.
Moteczuma murió en 1520. Su imperio abarcó
casi todo Veracruz, Puebla, Hidalgo, México, Morelos, gran
parte de Guerrero y Oaxaca y las costas de Chiapas. Todo este
territorio -más el reino tarasco- constituyó el
núcleo de lo que fue la Nueva España y
es hoy la República Mexicana. Dentro de aquél
estaban enclavados, como señoríos independientes,
Tlaxcala, Meztítlan, Yopitzingo y
Tututépc.
Cuauhtemoc ante Hernán
Cortés
Moctezuma
El Calendario Azteca:
El Calendario es evidencia de los conocimientos de
Matemáticas y Astrología que los
Aztecas
tenían, el calendario contiene las figuras o imágenes
de sus Días, Meses y Soles (ciclos
Cósmicos).
El calendario es 3.6 metros de diámetro y pesa al
rededor de 24 toneladas métricas, tomo 52 años para
completarlo de 1427-1479; se cree que este periodo duró
debido al uso de herramientas
de piedra. El calendario Azteca es 103 años más
viejo que el Calendario Gregoriano, que es usado en el
ámbito mundial hoy. El calendario estaba colocado en el
tope del Templo Principal en Tenochitlan, Capital del
Imperio Azteca. El Calendario estaba colocado al Sur en
posición vertical y estaba pintado en rojo vibrante, Azul,
Amarillo y blanco.
El calendario fue enterrado por los Españoles
cuando Conquistaron Tenochitlan, el calendario estuvo perdido por
250 años; hasta diciembre de 1790 cuando fue encontrado
por accidente cuando se realizaban reparaciones a la Catedral
(que se encuentra asentada en el lugar que antes fuera la Capital
de Imperio Azteca en el centro de Tenochitlan). Hoy se encuentra
en el Museo Nacional de Antropología en México. La Cara de
Tonatiuh esta en el centro del calendario, al rededor de la cara
se encuentran cuatro cuadros que representan los cuatro
Movimientos (conocidos también como los Cuatro Soles, o
Cuatro Mundos), que representan los diferentes Fines (la Forma en
que los Mundos terminaron), primero por Animales
salvajes, después por Vientos, por Fuego y por ultimo por
Inundaciones. Los Aztecas creían que vivan en el
último Mundo.
El siguiente círculo muestra Veinte
recuadros, cada uno contiene el nombre de los Veinte días
del mes Azteca:
Coatl , Cuetzpallin, Calli, Ehecatl,
Cipactli, Xochitl, Quiahuatl, Tecpatl, Ollin, Cozcacuauhtli,
Cuauhtle, Ocelotl, Acatl, Malinalli, Ozomantli, Itzquintli, Atl,
Tochtli, Mazatl, Miquiztli
Calendario Azteca
El Año azteca consiste de 18 meses, cada uno
contiene 20 días, y cada mes tenia un nombre propio;
así que esto cubre los 360 días (18*20). Cinco
puntos fueron adheridos al circulo, que son conocidos como:
Nemontemi y que son los días de
Sacrificio.
El siguiente círculo esta compuesto de cuadros o
secciones con Cinco puntos, probablemente representan las Semanas
con Cinco días. Después hay ocho Angulos que
dividen el calendario en Ocho partes, que representan los Rayos
del Sol orientados hacia los puntos Cardinales. En la parte baja
del Calendario, dos enormes Serpientes encierran el Calendario y
se encuentran Cara a Cara. Sus cuerpos son divididos en secciones
donde están marcados los Ciclos de 52 anos. Un cuadrado
esta tallado entre las colas de las Serpientes, en el cual se
encuentra la Fecha 13 Acatl. Esto corresponde a 1479, el
Año que el Calendario fue terminado. Ocho hoyos aparecen
esparcidos igualmente en la orilla del Calendario. En el cual los
Aztecas colocaban palos en estos hoyos para que la sombra cayera
sobre las figuras del calendario, esto hace creer que se usaba
también para determinar el tiempo
Solar.
Dioses:
- Huitzilopochtli:
Etimológicamente quiere decir pájaro mosca
izquierdo. Debe tenerse en cuenta que el lado izquierdo, en la
concepción cósmica de los aztecas
correspondía al Sur. Sin duda, además
Huitzilopochtli era una forma del sol, puesto que cuando se le
sacrificaban víctimas los corazones eran expuestos al
sol.
Lo de pájaro mosca venía de la siguiente
leyenda, la cual parece indicar que antes de llegar a ser el dios
de la guerra fue un
dios totémico, un colibrí:
Huitzilopochtli había sido concebido por la
Virgen – Madre Coatlicue (la del traje tejido con serpientes),
que era ya madre de una hija y de numerosos hijos, llamados los
Centzon-Huitznahuas (los cuatrocientos meridionales). Coatlicue,
estando un día orando en el templo del Sol, recibió
del Cielo una corona de plumas de colibrí. La puso sobre
su seno y quedó encinta del dios de la guerra. La
hija, furiosa, pues creía deshonrada a su madre,
instigó a los Cuatrocientos Meridionales (es decir, las
estrellas meridionales, enemigas del Sol) para que la matasen.
Pero Cuatlicue pudo librarse de ellos y dar a luz a
Huitzilopochtli, que por cierto, nació enteramente armado,
como la Atena griega; revestido con una armadura azul, con la
cabeza y la pierna izquierda adornadas con plumas de
colibrí y una jabalina azul también en la diestra
(signo de habilidad).
Al punto, precipitándose sobre su hermana, la
mató; luego y sirviéndose de Xiuhcoaltl, la
serpiente de fuego, su atributo distintivo, exterminó a
los Centzon-Huitznahuas y a cuantos habían complotado
contra su madre.
Se solía representar a este dios como un guerrero
con la parte alta de la cara pintada de negro, cubierto con una
armadura de plumas y llevando en la mano izquierda un escudo y en
la derecha el xiuhcoaltl. En su calidad de dios
tribal, le estaba dedicado el templo de México. Los
corazones de las víctimas que eran sacrificadas en su
honor, eran puestos en recipientes de piedra llamados
quanhxicalli, recipientes del águila,
alusión a una de las formas del dios. Tal vez una
divinidad más antigua que él (cuyo hermano era
Tezcatlipoca, espejo brillante, dios del invierno y no se
sabe el porqué, también de la justicia) era
sin duda Quetzalcoaltl, la serpiente emplumada, que los aztecas
debieron de encontrar ya al conquistar México.
Se decía que esta serpiente había tenido
que retirarse ante el ataque de los aztecas, acabando por
embarcarse para ir hacia los países del Este, al otro lado
del Atlántico. Pero que un día volvería a
tomar el desquite. Esta antigua creencia no dejó de ayudar
mucho a Cortés, que al tener noticia de la
tradición, la empleó y la explotó para sus
alianzas con las tribus enemigas de Moctezuma cuando su
prodigiosa conquista de México.
La religión siempre ha
sido un factor muy importante en las culturas de
Mesoamérica
- Tezcatlipoca (espejo humeante):
Era el dios del Sol; personificaba el sol del
verano, que madura las cosechas, pero que trae también la
sequedad y la esterilidad. Como dios de la tarde, era asimilado a
la Luna. Recibía diversos nombres, según las
fiestas en que era invocado, algunas de las cuales le estaban
consagradas en su calidad de dios
de la música
y de la danza. Era
invisible e impalpable, apareciendo, a veces, a los hombres, bajo
la forma de una sombra fugitiva, de un monstruo espantoso o de un
jaguar.
Según una leyenda, Tezcatlipoca erraba por las
noches bajo la forma de un gigante, envuelto en un velo
ceniciento y llevando su cabeza en la mano. Cuando los temerosos
le veían morían, pero el hombre
bravo le agarraba y le decía que no le soltaría
hasta por la mañana. El gigante suplicaba que le soltase y
maldecía. Si el hombre
conseguía retener al monstruo hasta el alba, éste
entonces cambiaba de humor, le ofrecía riquezas y poderes
invencibles con tal de que le dejase partir antes del amanecer.
El hombre
victorioso recibía entonces, del vencido cuatro espinas
como prenda de su victoria. Luego el hombre
valiente le arrancaba el corazón y
se lo llevaba a su casa. Pero al desdoblar la tela en que lo
había metido no encontraba sino plumas blancas o una
espina, o ceniza, o harapos. Los aztecas le temían
más que a todo otro dios y le ofrecían
también sacrificios sangrientos. Cada año, el
más hermoso de entre los jóvenes cautivos era
escogido para personificarle. Le enseñaban a cantar, a
tocar la flauta, a llevar flores y a fumar. Le vestían
suntuosamente y ponían ocho pajes a su servicio.
Durante todo el año le prodigaban toda clase de honores y
placeres. Veinte días antes de la fecha dispuesta para el
sacrificio le daban como mujeres a cuatro jóvenes, que
personificaban a cuatro diosas. Luego empezaban una serie de
fiestas y danzas. Llegado el día fatal, el joven dios era
conducido con gran pompa fuera de la ciudad y sacrificado en la
última plataforma del templo. De un solo golpe con un
cuchillo de obsidiana, el sacerdote le abría el pecho y le
sacaba el corazón
palpitante, que ofrecía al Sol.
Tezcatlipoca era el gran enemigo de Quetzalcoatl, cuyo
mito parece
evocar una gran lucha étnica. Tezcatlipoca no pensaba sino
en la destrucción de los de Tula, es decir, de los
toltecas, de los que Quetzalcoatl era el dios más
importante antes de llegar a ser, luego de la caída de los
toltecas, una de las principales divinidades aztecas.
Un día los de Tula vieron entrar en la ciudad
tres brujos, uno de los cuales no era otro que Tezcatlipoca bajo
la apariencia de un hermoso joven. Este consiguió seducir
a la sobrina de Quetzalcoatl, hija del rey Uemac, lo que le
permitió extender el Tula el gusto a la desobediencia a
las leyes y el vicio.
En una gran fiesta bailó y entonó un cántico
mágico. Pronto fue imitado por un gran número de
toltecas, a los que condujo a un puente, que hundiéndose
bajo su peso, hizo caer a la mayor parte al río, donde
fueron convertidos en piedras. Poco después se
mostró a los toltecas haciendo bailar mágicamente
en su mano a un muñeco. Maravillados se amontonaron de tal
modo para ver mejor el espectáculo prodigioso, que muchos
murieron asfixiados. Entonces les dijo que debían matarle
por los males que había ocasionado. Le mataron, en efecto,
mas al punto su cuerpo empezó a exhalar tal olor, que
muchísimos de los toltecas morían. En fin, tras
muchas pérdidas, consiguieron sacarle fuera de la ciudad
cuando ya casi la había arruinado.
Tezcatlipoca era representado con cabeza de oso y ojos
muy brillantes. Llevaba en la cara rayas amarillas y negras. Su
cuerpo era negro también y sus tobillos estaban llenos de
campanillas, provocaba discordias y la guerra. Pero
también era dispensador de riquezas. Los aztecas le
atribuían el poder de destruir el Mundo si le
placía. Como la mayor parte de los otros dioses,
resucitó y volvió del cielo a la
tierra.
- Quetzalcoatl (El dios el Viento):
Quetzalcoatl fue conocido desde tiempos anteriores y era
considerado como una divinidad del Viento, en la leyenda Tolteca
se le dio una mezcla de características humanas y sobrenaturales. Y
su nombre fue usado por Reyes y Sacerdotes, por ello se deben
hacer distinciones precisas. En la Leyenda Tolteca Quetzalcoatl
fue un reformador religioso que predico con una conducta
diferente, por lo cual entro en choque con el Sacerdocio de
Tezcatlipoca, el cual lo venció y lo expulso de
Tula.
Se cree también que esta lucha se produjo por las
diferencias que existían entre el mismo pueblo, las
diferencias se cree que eran sociales y económicas; ya que
los Olmecas eran quienes poseían la mejor situación
y cultura,
mientras que los Nahuas eran más pobres y su
tradición religiosa era más primitiva. Se supone
que Quetzalcoatl se marcho de Tula en compañía de
sus discípulos y prometio según la Leyenda que
algún día regresaría por el Oriente.
Llegando a la costa se convirtió en la Estrella matutina.
Otra leyenda mas cuenta que al retorno del mismo (en la cual se
decía Blanco y Barbado) influyo en la mentalidad
después al tiempo de la
Conquista, ya que decía que Cortes era la
reencarnación de Quetzalcoatl.
Después que un pequeño grupo de
Toltecas emigraron hacia el sudeste y su influencia se registro en el
área Maya, en donde Quetzalcoatl fue nombrado con el
nombre de Kukulcan. Pero no solo fue este el nombre con el cual
se le conoció, si no que es solo uno de los nombres que se
le dieron con el paso de el tiempo y las
culturas que lo adoraban.
Entre los nombres que se le atribuyen
están:
Dios del Viento, Dios de la Vida, El planeta Venus y el
Dios de los Gemelos, Quetzalcoatl, Ehecatl, Tlahuizcalpantecuhtli
y Ce Acatl
La Formación del Matrimonio:
En la sociedad Azteca
la formación de la Familia
estaba formada primero por el matrimonio en el
cual el Varón solo podía tener una esposa, que era
la legitima y era llamada Cihuatlantli, con quien se
casaba con todo el ritual correspondiente, pero podía
tener tantas Concubinas como pudiera sostener, esto quiere decir
que tantas como pudiera mantener; pero con estas no se realizaba
el ritual matrimonial. Se dice que Moctezuma II tenia 150
Concubinas, lo que producía que los Señores y altos
Jefes tuvieran muchas concubinas y cuando un Indio común
se quería casar, apenas encontraba mujer,
había poco de donde escoger. La edad ordinaria para
contraer matrimonio era
entre los 20 y los 22 años mas o menos, no podía
casarse padres con hijos, ni padrastros y entenados, ni hermanos
entre sí. Para casarse el joven necesitaba el permiso de
sus maestros del Calmecac o del Telpochcalli, esto se
obtenía cuando los padres ofrecían un Banquete de
acuerdo a sus recursos. Mas
tarde, los padres del novio se dirigiera a los padres de la novia
a través de unas Ancianas, quienes llevaban la
petición. Era la costumbre que la primera vez se negara la
petición, y más tarde se contestaba con la
aceptación o la negativa formal. Pero entre los Plebeyos
se hacia mas frecuente la unión libre, y después de
tener los recursos
adecuados; se efectuaba la ceremonia.
desde los principios
la mujer ha
tenido un papel de
sumisión , que afortunadamente ha ido cambiando
En la ceremonia nupcial, los Novios se sentaban uno
frente al otro (situados junto al fuego), donde intercambiaban
vestidos y se daban de comer entre sí, como símbolo
de ayuda mutua para el futuro. El divorcio era
conocido para los Aztecas, pero para que fuera valido tenia que
haber sentencia judicial, por medio de este; los contrayentes
podían volver a casarse.
El juego de
pelota Tlachtli:
El juego de
pelota, tlachtlí, se jugaba en un patio que tenia
forma de "H" acostada. A ambos lados del travesaño de la H
se extendían los muros y en el medio de cada uno se
insertaba verticalmente un anillo de piedra o de madera, a
diferencia de la posición horizontal del aro en el
juego del
baloncesto que
hoy conocemos. Los jugadores trataban de pasar a través de
este anillo una pelota de hule macizo, a la cual sólo le
podían pegar con los codos, las caderas o las piernas.
Debe de haber habido otros métodos de
señalar los puntos además del antes mencionado,
pues éstos, naturalmente, raras veces se lograban; tan es
así que cuando tal sucedía los jugadores y sus
partidarios tenían el derecho de despojar de sus ropas a
los contrarios.
Este deporte se jugaba por todas
partes, pues se han encontrado lugares donde se practicaba desde
la república de Honduras hasta el sudeste de Arizona; y
tiene un interés
especial para todos nosotros por que la primera
descripción del hule, tan importante en nuestra economía moderna, fue
hecha cuando Oviedo escribió en el siglo XVI acerca del
juego y de la
pelota que se empleaba en sus practicas.
Filosofía:
Las concepciones de los aztecas, relativas al Universo
reflejaban sus gustos trágicos y su inclinación a
los sacrificios y prácticas sangrientas. La
creación del Mundo había empezado por el sacrificio
voluntario del dios Nanahutzin (dios de la sífilis, como
Amimitl lo era de la disentería), que se arrojó a
una hoguera. Quetzalcoatl había sacrificado a su hijo, que
tras ello tornóse en Sol. Cuatro edades o soles se
habían sucedido, cada una de ellas terminaba por un
cataclismo. Al final de la primera los hombres habían sido
destruidos por los jaguares. La segunda, por el viento. La
tercera acabó mediante una lluvia de fuego. La cuarta, en
diluvio.
Nuestra Era, colocada bajo el signo de Nahui
Ollín (Cuatro Movimientos), perecerá mediante
temblores de tierra. Los
primeros sacrificios los habían hecho los dioses para
alimentar al Sol con sangre de
corazón.
El mundo subterráneo comprendía nueve
pisos; los cielos, trece, superpuestos. En fin, práctica
esencial en la religión de los
aztecas era, como ya he indicado varias veces, los sacrificios
humanos, costumbre que fue en aumento a medida que la
civilización progresaba. Esto, la abundancia de dioses y
su complicado ritual dio nacimiento a un cuerpo sacerdotal muy
numeroso, a cuya cabeza estaban dos grandes sacerdotes, que
llevaban el nombre de Quetzalcóatl. A sus órdenes
se escalonaban una jerarquía complicada y una escuela encargada
de la formación de novicios. Había, además,
brujos y magos que, mediante remuneración,
predecían el porvenir, curaban las enfermedades y hacían
otros servicios
análogos.
Los Aztecas creían en la Creación del
Hombre basados
en los Dioses Ometecutli y Omecihuatl creadores de la vida e
inicio de todo, los cuales a su vez tuvieron cuatro hijos:
Tezcatlipoca, Xipe totec,Quetzalcoatl y Hutzilopochtli. Los
Aztecas creían que el mundo estaba destinado a ser creado
y destruido Cinco veces, así que los Aztecas que Cortes
encontró creían que estaban viviendo en el Quinto y
final periodo de creación. Los Aztecas no tenían
nada que se refiriera a la Eternidad, no tenían
noción de la misma. Las edades que los Aztecas denotaban
eran de la siguiente forma:
Naui Ocelot:
La primera edad que estaba precedida por Tezcatlipoca,
en la cual vivían Gigantes que fueron eventualmente
devorados por Jaguares, en esta edad se creía que el Sol estaba
solo a la mitad de su Brillo. Esta edad duró 676
Años.
Naui Ehecatl:
La Segunda edad precedida por Quetzatlcoatl, el mundo
estaba habitado por humanos que se alimentaban de comida de un
Mezquite; que a su vez fueron convertidos en Monos para
sobrevivir ante los grandes vientos que eran ocasionados por
Huracanes que destruyeron el mundo. El Sol fue
también destruido por estos vientos, esta edad duró
364 Años.
Naui Quihuitl:
La tercera edad precedida por Tlaloc, el mundo estaba
habitado por humanos que se alimentaban de Semillas
Acuáticas. Los Humanos fueron convertidos en Perros,
Guajolotes(pavos), Pájaros y Mariposas, que fueron
destruidos por lluvias Volcánicas caídas del Cielo.
Esta edad duró 312 Años.
Naui Atl:
Precedida por Chalchiuhtlicue, los Humanos se
alimentaban de Semillas Salvajes y fueron trasformados en
Peces; esta
edad fue destruida por grandes Inundaciones y el Cielo se
despedazo. Esta edad duró 676 Años.
Los Sacrificios:
Un elemento fundamental en el culto religioso eran los
sacrificios humanos, que para los Aztecas eran una especie de
compensación o pago que los hombres daban a los dioses.
Huitzilopochtli y todas las demás deidades,
recibían su parte en la vida del pueblo:
"Como dios que es, desdeña los alimentos
groseros de los hombres y solo puede mantenerse con la vida
misma, la substancia mágica que se encuentra en la
sangre del
hombre.
Así, la guerra, la conquista y el sometimiento de otros
pueblos, tenían motivos económicos y
políticos, pero también razones religiosas de
búsqueda de prisioneros para su
Inmolación".
El sacrificio más común consistía
en arrancar el corazón a
la víctima, ofreciéndolo enseguida al Dios, para
ello, cuatro Sacerdotes sujetaban al sacrificado, que colocado
sobre una piedra (llamada Techcath) por sus extremidades,
y un quinto Sacerdote ejecutaba la operación con un
cuchillo de pedernal, con el que le daba un golpe en el pecho
para arrancarle el Corazón;
que era después, ofrecido a los dioses. La sangre era dada a
gustar a los Idolos, la carne, tenida por divina, era comida y el
corazón era depositado en un recipiente llamado:
Cuauxicalli. En otras ocasiones, durante la fiesta en
honor a Xiutecuchtlil, dios del Fuego, la víctima era
arrojada con intervalos sobre un montón de brasas. Otras
formas de sacrificio consistían en tener al prisionero
atado en un sitio para después lanzarle flechas hasta que
este muriese, y la sangre que
caía a la tierra se
suponía la hacia fértil. En honor de la tierra y de
Xipe, a la víctima se le desollaba después de
matarla y el sacerdote se vestía con la piel de
aquella. Y no dejaba de haber, para algún valiente
Guerrero enemigo, antes de aplicársele la muerte
común, sobre todo en la fiesta del "Tlacaxipehualiztli"
que era el simulacro de un combate contra varios guerreros
Aztecas mejor armados. Este sacrificio fue después
llamado: Gladiatorio. Había meses consagrados al
sacrificio de niños que eran llevados a las cumbres de los
montes, adornados con plumajes y guirnaldas; sus sacrificadores
los acompañaban tañendo instrumentos
musicales, cantando y bailando. La ceremonia de
inmolación tenia como objeto el pedir lluvias, y si los
niños lloraban era un buen Signo. El corazón les
era arrancado como parte final del acto. En la fiesta del
Toxcatl se sacrificaba a un mancebo (imagen de
Tezcatlipoca), a quien durante todo un año se le agasajaba
con fiestas y regalos, preparándosele para la muerte. Los
ritos exigían que hubiese también ofrendas y
oraciones, sahumerios con copal y otros actos. Las calaveras de los
sacrificados se conservaban en el Tzompantli, o
gradería de cal y piedra. El de Tenochitlan tenia no menos
de 136,000 de ellas al tiempo de la
Conquista.
Bibliografía:
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Enciclopedia Multimedia Salvat
1998
Biblioteca
multimedia en
internet http://www.icarito.com
Autor:
Uriel Rodrigo Nava
20 años