tres montañas en el mar
Es el nombre de la isla situada en el mar caribe y habitada por nativos cuya aldea estaba en el centro rodeada por grandes árboles que la protegían de los huracanes y de los Caribes, una tribu que los atacaba sembrando terror y destrucción. El chamán de esta aldea, un hombre que podía comunicarse con los espíritus, una noche fue a la playa porque tuvo el presentimiento de que algo muy grave iba a suceder y vio como a lo lejos la sombra de tres montañas en el mar flotaban hacia la isla. Desde ese momento nada volvería a ser igual los dioses se apoderarían de la isla y la gente se extinguiría.
La noticia
Desde que se supo la noticia que seres de caras peludas y vestidos de metal habían llegado a las costas de la guajira …ver más…
El chamán de esta aldea, un hombre que podía comunicarse con los espíritus, una noche fue a la playa porque tuvo el presentimiento de que algo muy grave iba a suceder y vio como a lo lejos la sombra de tres montañas en el mar flotaban hacia la isla. Desde ese momento nada volvería a ser igual los dioses se apoderarían de la isla y la gente se extinguiría.
La noticia
Desde que se supo la noticia que seres de caras peludas y vestidos de metal habían llegado a las costas de la guajira en canoas tan grandes como montañas todo se lleno de presagios y peligros. Los comerciantes le contaron a la señora de Fincenú y a Faraquiel que esos seres de piel blanca traían hachas, cuchillos y unos objetos planos donde se veía el mundo duplicado, para cambiarlos por oro, perlas y telas y que se habían marchado en paz. Faraquiel que personificaba al dios sol y era venerado por todos sintió temor porque esos seres tarde o temprano revelarían sus intenciones contra su pueblo, los sinúes, maestros de la orfebrería y la tejeduría, mineros, ingenieros, comerciantes y agricultores, quienes habitaban tres provincias Cenufana, Fincenú y Pancenú en el valle de los ríos Sinú, San Jorge, Cauca y Magdalena.
Monstruos y rayos
En 1499 siete años después de que Cristóbal Colon llegara a tierras americanas, Alonso de Ojeda, Américo