resumen de capitulos del libro la maria
Trate al día siguiente de apaciguar dedicándome ala caza en la que mi fiel``Mayo ´´ el perro mas inteligente del lugar me entretuvo espantando garzas de sus dormideros loros que salían delo guadales y diostedés en el corazón de la sierra.
Capitulo 10
Hice mil esfuerzos para mostrarme jovial aquel día. Durante la comida Hable con entusiasmo de las hermosas mujeres de Bogota ponderando intencionadamente las gracias y el ingenio de NN... Mi padre gozaba oyéndome, Emma hubiera prolongado la sobre mesa y Maria se mantuvo en silencio Aunque sus mejillas palidecieron de una vez.
Capitulo 11
Nunca las auroras de julio en el cauca fueron tan bellas como Maria cuando se me presento ala mañana siguiente momentos después del baño: sus …ver más…
Mi Madre estaba pálida y sin hacer el menor esfuerzo por mostrarse tranquila me dijo al llegar a la mesa:
Olvidaba que José estuvo esta mañana a convidarte a una cacería, pero al saber lo de la enferma prometió volver mañana temprano.
Si, ha organizado una batida de osos, dijo distraído
¿de osos? ¡tu cazas osos!
Por que no, es un ejercicio muy agradable, ya lo he practicado con el alguna veces.
Tu madre y yo tenemos que hablar contigo. Ven luego a nuestro cuarto
Obedecí la orden.
Capitulo 15
Diez días habían trascurrido de aquella penosa conversación con mis padres no me sentía capaz de cumplir tanta exigencia respecto de la infeliz muchacha y menos aun al conocerla propuesta de matrimonio de mi amigo Carlos.
Capitulo 16
Estaba yo en plan de marcha cuando Emma llego a mi cuarto se extraño de verme con aire de satisfacción
¿adonde vas tan contento?
-Preferiría no tener que ir a ninguna parte -conteste- pero he de ver a Emigdio que se queja de inconstancia.
¡ que injusto ¡ exclamo entre risas mi hermana. ¡ como va a ser tu inconstante ¡
-¿ de que te ríes?
-de eso de lo injusto que es tu amigo. ¡ Pobrecillo!
-No Emma tu te ríes de otra cosa
-No seas pesado, ven déjame que te peine y te arregle un poco.
Capitulo 17
Camino de la casita de Emigdio atravesé un corto llano en el que la zarza y el rabo de lobo sobre los gramales humillados y pantanosos. Allí ramoneaban algunos caballejos rapados de crin y de las cargas y la crueldad de los