inteligencia y Racionalidad Practica
1-Explicar en qué consiste la participación esencial de la inteligencia en la determinación de una acción buena que nos lleve a la felicidad.
La Inteligencia dispone al hombre para discernir con facilidad y prontitud cuál es el bien que debo hacer aquí y ahora (en cada situación concreta) y el mal que debo evitar al confrontar un hecho con el otro, una determinación con la otra. Descubrir en cada opción las desventajas y las ventajas que ofrecen para poder llegar a realizar una buena elección. El que actúa bien, virtuosamente, se va convirtiendo en bueno, el que actúa mal, se va haciendo malo. Estos medios van purificando al hombre de sus amores desordenados y lo van haciendo virtuoso, lo encaminan …ver más…
3-Explicar en qué consisten los 3 actos propios de la prudencia, planteando un ejemplo para cada uno de ellos.
Para llegar a un conocimiento que podamos llamar prudencial, no partimos de un solo acto, sino que se requiere de ciertas etapas por los cuales se forma un proceso cognoscitivo, que poco a poco nos lleve a la verdad de las cosas practica, sea por deducción o inducción, la inteligencia se forma con base en lo que aprendemos de la realidad: así, el conocimiento práctico prudencial consta de 3 etapas:
a) El consejo
Es sopesar los pros y los contras de una acción. Cuando la persona sabe aconsejarse de modo recto, se dice que tiene la virtud de la eubulia (buen consejo). Ejemplo: “Quiero poner en marcha mi propia empresa, pero necesito tu consejo”, “Gracias, el consejo que me diste resultó muy acertado”, “¿Para qué me pides consejos si después haces lo contrario a lo que te sugiero?”.
b) El juicio práctico
Es un acto cognoscitivo por el que la razón destaca, por encima de las demás, la acción que debe realizarse. Esta virtud facilita la epiqueya, que consiste en apartarse de la materialidad o letra de la ley para realizar justamente la intención del legislador. Ejemplo: “A mi juicio, estás actuando de manera equivocada”.
c) El imperio
Este acto, que consiste en mandar sobre uno mismo para poner por obra lo que se ha juzgado conveniente, es el más específico de la virtud de la prudencia; por eso puede definirse como «la virtud de la función imperativa