el sueño de pluto
Capítulo de "Los Cuadernos de Don Rigoberto", la nueva novela erótica de Vargas Llosa que será lanzada mundialmente el 16 de abril. Luego llegará a Lima.
Erotismo onírico de Man Ray, artista presente en el museo imaginario de Don Rigoberto, protagonista de la nueva novela de Vargas Llosa.
Escribe MARIO VARGAS LLOSA
Protagonista de la novela es Don Rigoberto, cincuentón anodino que vive dos vidas. La real, en donde la cautela y lo predecible reinan, y la de sus cuadernos, mundo secreto donde protagoniza aventuras de audaz intensidad erótica. Estas poderosas fantasías que diluyen fronteras entre verdad y ficción, parten de pinturas, obras literarias y piezas musicales. Y a veces -como se refleja en este extracto en …ver más…
No te arrepentirás de vivir conmigo estos siete días de ilusión y los recordarás el resto de tu vida con nostalgia. Te lo prometo.
Nos encontraremos el sábado 17 en el aeropuerto Kennedy, de New York, tú procedente de Lima en el vuelo de Lufthansa, y yo de Boston. Una limousine nos llevará a la suite del Plaza Hotel, ya reservada, con, incluso, indicación de las flores que deben perfumarla. Tendrás tiempo para descansar, ir a la peluquería, tomar un sauna o hacer compras en la Quinta Avenida, literalmente a tus pies. Esa noche tenemos localidades en el Metropolitan para ver la Tosca de Puccini, con Luciano Pavarotti de Mario Cavaradossi y la Orquesta Sinfónica del Metropolitan dirigida por el maestro Edouardo Muller. Cenaremos en Le Cirque, donde, con suerte, podrás codearte con Mick Jagger, Henry Kissinger o Sharon Stone. Terminaremos la velada en el bullicio de Regine's.
El Concorde a París sale el domingo a mediodía, no habrá necesidad de madrugar. Como el vuelo dura apenas tres horas y media -inadvertidas, por lo visto, gracias a las exquisiteces del almuerzo recetado por Paul Bocusse- llegaremos a la Ciudad Luz de día. Apenas instalados en el Ritz (vista a la Place Vendôme garantizada) habrá tiempo para un paseo por los puentes del Sena, aprovechando las tibias noches de principios de otoño, las mejores según los entendidos, siempre que no llueva. (He fracasado en mis esfuerzos por averiguar las perspectivas de precipitación fluvial parisina ese