biografia de Armando Olivares Carrillo
Fue un infatigable promotor cultural de su ciudad y de su región. Escribió lo mismo poesía, que ensayo y cuento. Participó en las aventuras culturales que han hecho tradición en Guanajuato: los Entremeses Cervantinos, en los cuales participaba todo el pueblo; la consolidación de la universidad de la que fue rector varias veces; la publicación de la revista Garabato (1953-1954 y 1956) que editaban Eugenio Trueba, J. Guadalupe Herrera y el propio Olivares. Garabato coincide con la publicación de otras revistas y libros de cuentos que se hicieron populares tanto en la capital como en la provincia. J. Guadalupe Herrera, editor de “Cuadernos” de El Gallo Pitagórico, reunió en su libro Juan Garabato y otros garabatos …ver más…
Otras veces intenta el acercamiento a personajes históricos o mitológicos —las versiones de Hércules o de Juan Cristóbal por ejemplo—, empeño en que son apreciables la propiedad, la capacidad de síntesis, la sobriedad con que desarrolla el carácter que se ha propuesto expresar.
Sin duda quedarán como cuentos ejemplares “Aguas broncas” y “Tiempo de aguas”, en los que consigue trasladar el auténtico ambiente de su región y la intensidad dramática por una suerte de inhumano despego de los acontecimientos que narra.
“Aguas broncas” es un relato dibujado a base de contrastes. Por una parte se da la imagen de la tierra empobrecida, resquebrajada por la aridez. Por otra, la de los torrentes espumosos que en alguna época del año anegaban las grietas y dejaban a su paso más desolación que frescura. En lo alto del cerro se recorta la silueta de una mujer enloquecida que aúlla atada al tronco de un árbol en las noches de luna. Abajo, al amparo de las rocas, una joven enamorada aguarda la llegada de su amante. La acción del cuento culmina con la muerte de la loca a manos de Julián cuando ésta ataca a la muchacha.
Pero el clima dramático no está señalado por acontecimientos sino por imágenes de valor plástico, cargadas de un hondo patetismo. La enajenada es lazada y atada a un tronco por su propio hijo, quien también abandona los despojos que quedan prendidos sobre los cactus a semejanza de “una gran muñeca desmadejada”.
“Tiempo de aguas” es en alguna forma un precedente del