Tres Hermosisimas Oraciones
Estas oraciones son muy útiles para el moribundo. Se deben repetir con frecuencia como un acto suplicante a la misericordia de Dios.
Hace muchos siglos, vivía un papa en Roma que había cometido muchísimas faltas, y se sentía abrumado de sus culpas. En cierta ocasión, sucedió que Dios Nuestro Señor permitió que este papa cayese gravemente enfermo sin remedio. Cuando el paciente sintió que ya se acercaba la hora terrible de la muerte, mandó llamar a todos los cardenales, obispos, y a las demás personas bien instruidas. Entonces, el papa moribundo les habló así: "¡Mis queridos amigos! ¿Qué consuelo me podéis dar ahora que me voy a morir; y parece que merezco la condenación eterna por mis múltiples pecados?" Por …ver más…
O buen Jesús, abrid el Cielo hoy día a este pobre moribundo...Perdonad todos sus pecados y llevadlo al Reino de Vuestro Padre Celestial para gozar felizmente con Vos, ahora y siempre. Amén.
Entretanto, el papa moribundo falleció. Pero el cura perseveró rezando estas oraciones hasta la tercera hora. Súbitamente, el alma del papa difunto apareció en forma corporal, ante los ojos del cura que todavía continuaba orando. El rostro de la aparición resplandecía como el sol, y su vestidura era tan limpia y blanca como la nieve. Entonces, dirigiendo la mirada al cura, la aparición pronunció las siguientes palabras consoladoras: "¡Mi querido hermano! ¡Aunque yo debía de haber sido un hijo perdido y destinado a la condenación, ahora soy un hijo feliz, y colmado de dicha y felicidad. Mientras que tú rezabas la primera oración, muchos de mis pecados fueron borrados de mi alma. Se desprendieron así como gotas de lluvia que caen del Cielo. Igualmente, mientras que rezabas la segunda oración, fui purificado así como el platero purifica el oro en un fuego abrasador. La purificación de mi alma continuaba mientras que tú rezabas la tercera oración. Entonces yo vi cómo se abrió el Cielo, y pude ver a Jesucristo, Nuestro Señor, a la diestra de Dios Padre. En ese momento, Nuestro Buen Jesús me habló, diciendo: ¡Venid! ¡Todos vuestros pecados ya están perdonados. Entrad y permaneced en el Reino de Mi Padre Celestial para