Resumen relatos de monstruos por cuentos
Los ojos del dragón. Kenneth Morris
Hace quince años, el emperador Lien Tien-Ming había pedido pintar un dragón en el muro norte del Templo Paz y Felicidad para que otorgara protección prosperidad al pueblo de Nanking. Chang Seng-Yu había sido el elegido para pintar ya que sus obras parecían gozar la inspiración divina.
Cuando el artista y su discípulo Lu Shi se encaminaron hacia el templo una gran cantidad de gente se congregó a los alrededores.
Chang Seng-Yu era un anciano amable y tranquilo. Comenzaron a armar los andamios y se dispusieron a pintar. Un día tras otro la gente abarrotaba el gran salón del templo quienes estaban en silencio y a veces murmuraban murmullos de admiración y aplaudían.
Y así fue …ver más…
Pero había otro hombre, Alfred, que estaba locamente enamorado de ella también. Era el lugarteniente de Harold y sentía celos por él.
Un día Alfred le preguntó a Harold porque no se casaba con ella de una vez o acaso era por la maldición del viejo Siegfried. Harold se enojó y le dijo qué sabía él de su abuelo, que lo dejara en paz y Alfred le contestó que era lo que decía la gente y lo que le había contado su abuela.
Sus insinuaciones fueron frecuentes hacia Harold y su corazón cada vez se sentía más herido pensando que podría tener esa maldición.
Su abuelo Siegfried había sido un hombre cruel y violento que le había caído una maldición. Se decía que un espíritu diabólico se había apoderado de él y lo obligaba a hacer cosas atroces. La leyenda decía que su maldición caería a sus descendientes y que sólo había quedado un lanzón que le había regalado la hechicera Brunehilda. Era un lanza corto de acero y su punta nunca podría perder el filo.
Harold nunca le había contado a Iselda la leyenda por temor de que ella lo dejase de querer pero empezó a pasar el tiempo y lo que le decía su ayudante Alfred se confirmaba. Empezó Harold a sentir que en sus venas se inflamaban la maldición de su abuelo y cuando esto ocurría le decía a Iselda que saldría en busca de un bosque lejano o iría a cazar ciervos.
Ella le creía pero cada