YANAKUNA, Cap. 1
Esta historia trata sobre un hombre llamado Lanchi, él era un campesino que trabajaba como colono, pero debido a sus necesidades y exigencias económicas, se vio obligado a hacer viajes al campo llevando víveres para hacer un trueque con papa y chuño. En uno de sus viajes tuvo un accidente, su burro cayó por el precipicio y Lanchi también cayó porque intento salvar al burro, pero él no se dio cuenta de que no hizo el típico ritual que siempre hacia a la Pachamama en sus viajes, pero debido a que tuvo ese accidente no se percató de ello. El mismo día del accidente, regreso a su casa, ya que no podía continuar el viaje así, nada más llegar conto su historia a todos sus familiares, y ellos se asombraron, pero no dieron …ver más…

Ella estaba muy agobiada, no sabía qué hacer, y decidió pagarles con las reservas que tenía ella para alimentar y mantener a su familia, pero no se dio cuenta de que quedaría sin nada y que ya se acercaba la misa de año de su marido. Entonces fue ahí donde ella decidió ir a pedir un préstamo al padre del cura del pueblo. Cuando ella fue, el señor se negó rotundamente ya que estaba enterado de que ella no tenía nada, apenas tenía para su familia, y no había un garante. .pero Sabasta tomo la decisión de poner como garante a toda su granja, fue una difícil decisión que tuvo que tomar, pero de eso modo fue que acepto a darle dicho préstamo.
Llego el día de la fiesta – misa de año de su marido, lo celebro a lo grande, había bebida, comida, había de todo, fue una celebración digna de una buena esposa, como bien se diría. Pasaron los días y ella se fue dando cuenta de que no tenía nada que llevar a la boca a sus hijos, ella tuvo que vender a un burro, para poder subsistir durante un tiempo. La venta del burro llego a oídos del prestamista, y el muy enfadado fue a reclamarle ya que ese burro estaba dentro de la cláusula de préstamo, Sabasta muy apenada, se disculpó diciéndole que Sabasta y decidió llevarse a todos los animales de la granja, para así tener un resguardo.

YANAKUNA, Cap. 5
Los Wayra lloró con breves intervalos todo el día fue a sentarse en la puerta del corral y de allí nadie la pudo mover.
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