CAPÍTULO IV: EL MONASTERIO DE HANGO

El capítulo comienza cuando Hedwige se despierta en su habitación y preguntó a las sirvientas que estaban a su lado dónde se encontraba Smérande. Ellas le respondieron que estaba velando el cuerpo de Kostaki. Luego preguntó dónde estaba Grégoriska y le dijeron que estaba en el monasterio de Hango. Entonces Hedwige pensó que quizás el matrimonio entre ella y Grégoriska ya no iba a ser posible.

Pasaron tres días y tres noches donde en los sueños de ella siempre veía la mirada viva de Kostaki muerto.
Al tercer día era el entierro de Kostaki así que Hedwige se vistió de viuda con un traje que le había llegado de parte de Smérande y bajó hacia el lugar de reunión donde se encontró con la señora. Ella …ver más…

Llegada la hora, Hedwige bajó con un velo negro y Gregoriska la estaba esperando con el padre Bazile que era el superior del convento de Hango. Gregoriska llevaba una espada santa que según él iba a romper con el encantamiento.
Luego de terminada la ceremonia, subieron a la habitación. Ya eran las 8 y media y Hedwige le pidió a Gregoriska quedarse despierta a su lado. Él le dio una palma de ramos y le dijo que le rece a la Virgen.

Ella se acostó en la cama y puso el ramo sobre su pecho mientras que Gregoriska se escondía atrás del dosel.
Cuando sonaron las 9-cuarto Hedwige sintió el mismo frío pero acercó el ramo a sus labios y esa primera sensación se le pasó. Despues la puerta se abrió lentamente y entonces vio a Kostaki pálido, con sus cabellos negros, llevaba el mismo traje de siempre. Todo era muerte, menos sus ojos, que estaban vivos y en vez de sentir horror, sintió más coraje.

Entonces cuando Kostaki se dirigía hacia la cama, Hedwige cruzó su mirada con la mirada de plomo y le mostró el ramo. Pero cuando quizo avanzar se detuvo diciendo que ella ya sabía todo. Estaban frente a frente cuando Gregoriska salió de su escondite y comenzaron a discutir.
Kostaki confesó que su hermano no lo había matado si no que se había suicidado él.
Gregoriska le clavó la espada en el pecho a su hermano. Él, su hermano y Hadwige bajaron hacía el patio camino a Hango viendo las pupilas ardientes de