Resumen La Odisea Canto 3
La Odisea, Canto III: Telémaco viaja a Pilos para informarse sobre su padre El canto comienza cuando Telémaco llega a Pilos, la ciudad del Neleo. Los pilios en ese momento, sacrificaban sobre la rivera del mar toros negros en honor a un dios, el que sacude las tierras. Telémaco ata su nave al puerto y cuando baja, Atenea, quien adquirió el cuerpo de un Mentor, le dice que vaya directamente a la casa de Néstor. Allí deberá preguntarle sobre su padre y pedirle que le cuenten la verdad de lo que le sucedió. Telémaco le responde a Atenea que el siente una profunda vergüenza en realizar lo que ella le pide ya que es un hombre joven y no es la costumbre dirigirse así hacia un hombre más …ver más…
Ese mismo día llego Menelao con todas las riquezas obtenidas del viaje. Néstor aprovecho este relato, para aconsejarle a Telémaco que no abandonara su tierra por mucho tiempo pues podría perder sus bienes, y le dice que antes de llegar a su tierra hable con Menelao que se encontraba en Lacedonia para que este le contara la verdad de su padre. Atenea agradeció la historia y les propuso seguir ofreciendo tributos a Poseidón y acostarse a dormir. Al terminar Telémaco y Atenea se iban a marchar, pero Néstor le impidió a Telémaco irse y le ofreció hospedaje. Atenea al irse se convirtió en un buitre dejándoles saber a todos que era una diosa. Néstor le habló y le pidió honra a cambio de libaciones. Néstor los llevó a todos a su casa ofreció vino y le oró a Atenea. Luego de las libaciones todos se marcharon y Néstor mando a su hijo Pisístrato a dormir con Telémaco. La mañana siguiente se reunieron todos los hijos de Néstor junto a Telémaco y el anciano mandó a cada uno de sus hijos a conseguir una novilla, los compañeros de Telémaco, a Laerques quien derrite el oro y otros a mandar a las esclavas a preparar un banquete que sería dedicado a la diosa Atenea. El oro fue derramado por los cuernos de la novilla con el fin de alegrar a la diosa. Unos de los hijos lastimaba a la novilla con un hacha, mientras otro recogía su sangre. Néstor suplicaba a la diosa, mientras su hijo, Trasímides, seguía lastimando al animal hasta debilitarlo y luego ser degollado por Pisístrato. Luego lo