Resumen "El espíritu de las leyes" Montesquieu
LIBRO PRIMERO
De las leyes en general
Las leyes son las relaciones naturales derivadas de la naturaleza de las cosas; las relaciones entre ellas y todos los seres y las relaciones de éstos entre sí. Así mismo, Dios mediante leyes (reglas inmutables) creó el universo y según ellas lo conserva. Sin ellas, el mundo no subsistiría.
Son leyes anteriores a las leyes positivas establecidas por los hombres, pues responden a relaciones de justicia previas a la vida en sociedad. El hombre como ser físico está gobernado por leyes invariables que sin embargo viola debido a que posee una inteligencia finita. Por eso está sometido además a las leyes de la religión, de la moral y a las leyes políticas y …ver más…
En la república, no basta sólo la vigencia de las leyes ni la autoridad del príncipe; hace falta algo más. En la democracia, ese algo es la virtud: los que hacen ejecutar las leyes son los que a ellas están sometidos. En cambio en la aristocracia la virtud sólo es necesaria entre los nobles para que se repriman a sí mismos. Pueden hacerlo mediante una gran virtud, reconociéndose iguales al pueblo y creando así una gran república; o mediante una virtud moderada, por la que los nobles se consideren iguales entre sí. Por tanto, el principio de la democracia sería la virtud, mientras que la aristocracia se basa en la templanza o moderación fundada en la virtud.
En el gobierno monárquico existen preeminencias, categorías y una clase noble por nacimiento, de forma que lo natural es pedir distinciones, preferencias y prerrogativas. Es por esto que en lugar de la virtud impera el honor, o preconcepto de cada persona o clase.
En los gobiernos despóticos no puede existir el honor, pues todos los hombres son iguales sin ninguna distinción. En cambio, sí es necesario el temor, para apagar toda posible ambición y evitar así revoluciones.
Los despóticos exigen una obediencia extremada de la voluntad del príncipe, a la que sólo puede oponerse la religión, ya que sus mandamientos tienen más fuerza que los mandatos del príncipe. En cambio, en los gobiernos