Resumen De Amorosos Fantasmas
Semestre: tercero
Grupo: 355
Nombre de lectura: amorosos fantasmas
Capitulo 1
Héctor contemplo el rostro enmascarado de un luchador de lucha libre por el que corría una lágrima. Se sorprendió. Primero, los luchadores no lloran, este es un axioma indiscutible; segundo, existían un problema técnico: la mascara debería estorbar el natural fluir de las lágrimas. Aun así, a pesar de las dos objeciones, el tipo sin duda estaba llorando. Se acerco, desechando su anterior voluntad de verlo todo desde lejos. A mitad de la calle, un grupo de luchadores enmascarados, con capas y uniformes de colores festivos (naranjas, amarillos canario, negros con toques plateados) cargaban sobre los hombres …ver más…
* Y entonces, volviendo a la historia… T u eres un luchador de lucha libre y estas solito en el ring, las luces iluminadas para ti solo; entrenando fuera de horas por que los músculos no son como eran antes y ya te andas haciendo viejo, y entonces llega un hijo de la chingada, te abraza
La iluminación aportaba sus propios elementos de irrealidad. Héctor lo contemplo. De repente, algo en el aire lo hizo girar la cabeza. Una presencia nueva en aquella noche irreal.
-¿Quién es?- pregunto el detective
-El hijo del Ángel 2. Tiene huevos el muchacho, venir aquí después de lo que le hicieron a su jefe la semana pasada…
Héctor se acerco al ring. Héctor ascendió por unas de las esquinas, se columpio en las cuerdas
-¿Usted era el amigo de mi padre?, ¿el detective?- pregunto el luchador jadeando Héctor asintió, encendió un cigarro
-¿Se sabe algo nuevo?
-Nada. Dicen que ere un asalto, que eres un cuate que lo odiaba de aquí mismo de la lucha; que era un rollo de viejas... pura madre, basura.
E l hijo del ángel se golpeo la palma de la mano con el puño. Sintió que el golpe había sido muy suave, que no valía la pena, que el dolor no llegaba a la cabeza
-¿Veías seguido a mi padre?
-A diario. Entrenábamos juntos
El me enseño a caer y me obligó a estudiar ciencias químicas, pero me dejo luchar mientras hacia la carrera. Usted lo conoció, ¿a poco no era como yo?, dígame, a ver si no tengo razón
-Era a toda madre,