I – Un mundo amplio
Pensaremos el arte como un objeto de goce y estudio cuya aprehención entre sentir, percibir y saber.
El horizonte histórico
El fenómeno arte nace junto a la era industrial (capitalismo), por consecuencia junto a la expansión del neocolonialismo.
Suele considerarse como modelo al arte occidental. Pero el arte no es propiedad de una cultura, de una época o de una franja social.
La palabra arte en el mundo helénico no existió, se denominaba a la producción artística (como lo llamamos hoy) como techné. Recién en Roma surge la voz latina ars. Ya en la Edad Media surge la clasificación de Artes Liberales y Artes Vulgares. Las liberales eran las libres del esfuerzo físico, la grámatica, la retórica, la aritmética, la …ver más…

Su saber es el pensamiento abstracto, su territorio la incertidumbre. El filosófo mira hacia los abismos y pelea por imponer su pregunta.
Los por qué y los para qué del arte
Al preguntar sobre el por qué de algo se interroga sobre su para qué; al explorar sobre su origen se indaga sobre su objetivo. En las causas se engendran las finalidades.
Función comunicativa y expresiva, logramos comunicarnos con o a partir de fenomenos y situaciones no vividos por nosotros pero que mediante el arte serán experimentados.
El arte genera comunidad y pertenencia; sabemos sobre que habla y a que se refiere, siempre y cuando usemos el mismo código. Quedarse fuera de ellos genera la sensación de marginación.
Existen dos factores en la génesis del arte, la magia y el trabajo. Sin el trabajo la magia no podría originar arte, pues faltaría el objetivo socialmente compartido. La magia es una manera de dialogar con el mundo sobrenatural y la voluntad de influir sobre él.
¿Es real la realidad?
La realidad surge en nuestro horizonte como el horizonte mismo, el arte participa en su creación, la realidad es la historia creada por el hombre.
Mientras el hombre está tutelado por la presencia de los dioses, la realidad responde a la comprobación y demostración de su voluntad divina. A partir del surgimiento del pensamiento científico, (Descartes), el empirismo suplanta a la fe. Llega a los extremos de no otorgar la condición de realidad a aquello que no es demostrable empíricamente y