Reparto de utilidades
Me gustó mucho este libro porque gracias a éste me di cuenta que tengo que aprender a valorar lo que tengo, que puedo ver, hablar, tocar, oler y escuchar. Me llamó la atención porque en la portada trae una tortuga y a mí me gusta todo lo relacionado con el agua, los animales que ahí habitan, me gusta nadar, caminar por la arena, ver el mar, etc.
Al leerlo por primera vez, las primeras hojas del libro, ya no podía dejar de leer, lo hice muy rápido, porque la verdad si me gustaba mucho, aunque leer no. Este libro lo leí en vacaciones, faltaban dos o una semana para entrar, y ya no tenía nada que hacer, así que busqué un libro y encontré ese. Empecé a analizar y a comprender la historia, y seguí leyéndolo hasta la última …ver más…
Se dedica al contrabando de huevos de tortuga y se hace pasar por swami de Rita, de quien saca toda la información sobre el Proyecto Tortugas. Es dueño de la tienda de alimentos naturales del pueblo y sacerdote mayor de la religión. Su aspecto dice mucho de él, pues es flaco, narizudo, de mirada penetrante y barba de hipnotizador.
Anaí no logra adaptarse en su nueva residencia. Se inventa un personaje, Iana, una superchica, a quien acude para atraer la atención de los chicos isleños. Pero su imaginativo personaje llega más lejos de lo que pensaba y logra poner a todo el pueblo en pie de guerra, al pintar en sus muros las ilegalidades que cometen, por ejemplo comer sopa de tortuga protegida.
Al llegar a su casa después de jugar y vagar con sus amigos, cada noche, la niña nada junto a Tatiana, su tortuga, y se hablan. Anaí protege a su amiga de todos, incluso de Bob.
Pero un día la tortuga desaparece, y le entra tal angustia a la niña que busca ayuda en los chicos del pueblo. Entre todos buscan a Tatiana, pero al ver que ya no puede seguir con su disfraz de Iana, le dice la verdad a sus amigos, que en realidad es niña, y que se llama Anaí, y que también es sordomuda, ya que a ella siempre se mostraba como un niño, o mejor dicho, un superchico, el cual siempre llevaba unos audífonos, simulando no ser sorda y estar escuchando música, al igual que un chicle, para que no la hicieran hablar.