Prejuicios sobre la energía nuclear
Para los residuos ya existentes, la solución momentánea es minimizar los transportes para reducir las posibilidades de accidentes, mantener un seguimiento y control sobre los contenedores donde se encuentran los residuos, y por último, tener la posibilidad de recuperarlos en caso de que surja una solución al problema. Los argumentos que los propulsores de energía nuclear dan al problema de los residuos es que el material que es realmente peligroso se produce en una cantidad muy pequeña, no es liberado al medio ambiente y puede ser meticulosamente resguardado con múltiples barreras (Richard Rhodes, Denis Beller, 2004). Sin embargo, un incremento exponencial del uso de la energía nuclear provocaría un gran incremento en la cantidad de residuos sin posibilidad de ser manejados adecuadamente, aumentando los riesgos asociados a ellos. No se puede plantear la sustentabilidad de una energía que linealmente emite residuos físicos, peligrosos y difíciles de manejar. La radioactividad Del mismo modo en que las plantas de carbón emiten dióxido de carbono como residuo de su actividad, las plantas nucleares emiten radiactividad como parte de su funcionamiento normal. De acuerdo al Consejo de Seguridad Nuclear, las chimeneas de las centrales emiten gases nobles, radioyodos y partículas de vida corta, pero el