Muerte del padre canales
A continuación veremos una historia con la cual vivimos hoy en día que se convirtió en un hecho conmovedor, en la cual resulta un asesino y vulgar asesinato, con una celebridad originalísima por su condición de vida.
Distinguiéndose entonces los hombres de su iglesia por su saber y fama; y entre otros, había uno que por sus virtudes y grandes conocimientos era querido y generalmente estimado, conociéndose así como el Padre Canales; pero su nombre era el Dr. Juan José Canales.
LA CATASTROFE El Dr. Juan José Canales mejor conocido como el padre Canales era un hombre de regular estatura, grueso, de tez extremadamente blanca, cara redonda, con el pelo canuco, y que contaba poco más o menos de 56 o 58 años de edad.
Fue …ver más…
Eran ya las 7 0 8 de la noche serian del 24 de mayo del 1785 u 86.
Un hombre, que acababa de salir, poco después del toque de oraciones, de rezar el rosario en San Nicolás, y a dos pasos de allí, rebujando en si capa de las que entonces se usaban, cubierta la cabeza con un gorro de seda y puesta bajo el brazo la tradicional espada de cinco cuartas, rondaba el frente de la casa.
Hallábase el que la habitada, el buen Padre Canales, estudiando un sermón para la fiesta del siguiente día. El padre estaba solo, y sentado en una butaca, en la sala y a la salida de la escalera.
Don Juan Rincón, que era el que rondaba la casa, como si tomase una súbita resolución, se lanza cual si al oído le soplase un halito infernal, franquea la puerta al portero que va a ver al Padre Canales o a confesarse con él, y subió rápidamente la escalera.
Arrojándose con verdadero vértigo de sangre sobre su víctima con la espada desnuda, ni tiempo tuvo de repara el Padre Canales en su intempestiva presencia.
Se hallo de pronto con aquel demonio, y vio brillar antes sus ojos la punta de la espada que le amagaba. Quiso ataja el golpe, y con las manos asió el arma, pero sus dedos cayeron al suelo trozados.
Luego doblo con desfallecimiento la cabeza, y D. Juan Rincón, que se enseñaba en su víctima, le dio tajos mortales en ella, deshaciéndole casi el cráneo y la sangre que salto de las heridas mancho la pared, y