Un sábado, frente al mar, reposando después de un día de estudio (y con una maravillosa compañía, a quien le dedico el presente ensayo) entre las ideas que pasaban por mi cabeza: graduación, fiesta de promoción, cicliturismo, entre otras, reflexione lo que mi amigo me comentó horas antes, luego del Diplomado de Corporativo, en la Decana de América. Caminando me dijo con tanta claridad, un pasajero en trance, lo que ya había pasado por mi cabeza, pero nunca con tanta claridad y precisión, me dijo: (...) Creo que no saldré en mi placa de promoción ... y en verdad, si pasa eso, no me sentiría mal. No me identifico con la gran mayoría de mis compañeros, y ello, porque se vendieron. Si, y que no te sorprenda, porque es así; se vendieron al …ver más…

¿Porque antes y ahora no? Porque otras Escuelitas tienen ilustres representantes en el medio jurídico y nosotros no, ¿Que les paso a ellos, que nos está pasando?, ¿qué me pasa? pensé (por último, e independientemente de los esfuerzos de las autoridades) a veces lo obvio resulta ser más difícil de comprender por lo simple que puede llegar a ser. Consideré dos cosas: La Primera radica en la institucionalidad de nuestra Escuelita, donde la carencia de verdaderos administradores y visionarios frustro un desarrollo sostenible, ello implica desde una correcta estructura curricular hasta buenos docentes o al menos docentes que te motiven (sería mezquino no reconocer profesores que si te motivan, pero al igual que todo en nuestra Escuelita, es la excepción mas no la regla); lo segundo y más importante es la motivación e interés que puede tener cada uno en no conformarse, sino de ir y buscar más, de tener una ambición intelectual, se puede entender que si bien estudiar en nuestra Escuelita puede desanimar al conocerla y ver la realidad, profesores, temas administrativos y todo lo demás, y buscamos un escape en distintas actividades, conformándonos así con ir a las clases, a adelanta cursos, y salir de aquel mundo devaluado que motivan las peores crisis