Modelos éticos y bioeticos de referencia
La bola de nieve
Alejandro Dumas
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Cuarenta grados a la sombra Como un canto de difuntos de un esplendoroso …ver más…
Toda la ciudad se entregó al descanso, contemplando en sueños cómo Alejandro Magno construía las murallas que defienden el Cáucaso o forjaba las puertas de hierro de Derbent.
A eso de la medianoche, todo estaba en calma. En aquel silencio universal, sólo se oían las voces de los centinelas cuando gritaban «Slushe!» (¡Alerta!), y el lamento del mar Caspio, que besaba con sus húmedos labios la ribera ardiente y arenosa. Daba la sensación de que las almas de los difuntos se dedicasen a charlar con la eternidad, lo que era tanto más probable por cuanto que nada se asemejaba más a un inmenso cementerio que aquella ciudad de Derbent. Desde mucho antes de que luciese la aurora, la superficie del mar parecía echar llamaradas, y las golondrinas, más madrugadoras que el mulá, cantaban ya en la mezquita. Hay que decir, sin embargo, y en honor a la verdad, que no se le adelantaron demasiado, porque el ruido de sus pasos las obligó a levantar el vuelo. Aquél, con la cabeza entre las ma-
nos, dio una vuelta entera a la cúpula sin dejar de llamar a la oración, con modulaciones que conferían a su voz la apariencia real de un cántico: Despertaos y levantaos de la cama, musulmanes, que mejor es orar que dormir. Una voz respondió a aquel reclamo, y se oyó: Sube a la azotea, Kassim, y mira a ver si desciende la bruma desde las montañas de Lesguistán. ¿No se torna oscuro el color del mar? No, tío; las montañas parecen revestidas de oro puro y