Microscopios
Siendo las dos de la mañana despertando de un profundo y dulce sueño; Al entrar a la habitación mayor sentí un escalofrió como si me encontrara en la sima del Everest. Al ver sus últimos sollozos de fuerza, de lucha, para lograr estar en esta vida y no llegar a la otra; sus extremidades ya frías donde la sangre no circulaba por sus largas y a la vez cortas venas, su corazón que ya no respondía, su mirada triste se iba lentamente como el marchitar de los girasoles, queriendo entregar todo lo que nos pudiera dar en tan pocos segundos.
Lo mas maravilloso del ultimo adiós fue que dejaste marcado en nuestra vida lo que siempre en cada despedida nos entregaba su sagrada bendición; en mis recuerdos siempre estará por que