Literatura mexicana
Él dijo que le responderìa a la puesta del sol.No fue éste la única ofensa que Ulises recibió en el palacio.Cuando los pretendientes se marcharon ese anochecer, Ulises se acercó a Telémaco y le dijo qu era preciso llevar adentro las armas y mentir a los pretendientes cuando las echasen de menos y preguntasen por ellas." Los dos llevaron los cascos, escudos y lanzas al interior del palacio.También las esclavas que estaban al servicio de Penélope, no perdieron oportunidad para injuriarle. Melanto tenía relaciones con alguno de ellos. La presencia de Ulises le apuraba, por lo que le envió fuera del palacio. Al enterarse Penèlope, le reprochò su actitud e hizo que entrara el anciano mendigo en su habitación. Este le contó que era cretense y había ofrecido hospitalidad a Ulises en su ciudad. La mujer le pidio pruebas de lo que decía; él le describió su forma de vestir. Penélope no pudo dominar el llanto, desconfiando de sus palabras, no lo creyò; le confiò , no obstante, sus planes para el futuro: pondría en línea recta doce aros para hacer pasar, como solía Ulises, una flecha por todos ellos. Asegurò que me casaría con aquel que esgrimiese mejor su arco, lo armase e hiciera pasar la flecha por el ojo de las hachas. Ulises le aconsejó no aplazara por más tiempo ese certamen, ya que su esposo llegaría antes que ellos y les vencería.Así fue. Terminó con todos ellos. Aún tras su