Literatura español en los años 50
Cuando realizamos una reunión, o un taller de capacitación con los participantes, antes de despedirnos es muy importante dedicar un momento a evaluar lo que hicimos. ¿Ha servido para lo que nos proponíamos? ¿Hubo cambios desde que comenzamos? ¿Qué podemos hacer para mejorar las propuestas para la próxima vez?
A veces, simplemente alcanza con hacer una ronda de opiniones sobre qué nos sirvió y qué no nos sirvió de la reunión. O, también, escribirlo en forma anónima y pegar los papeles en la pared para leerlos atentamente.
En otras ocasiones es conveniente proponer algún juego, sobre todo si en el grupo no hay confianza o, al contrario, como hay demasiada confianza la evaluación puede caer en riñas que no ayudan a pensar