LAS MÉDULAS

...se asemeja a un monumento levantado por la mano de una raza de gigantes, que sólo ha podido conservar algunos restos dignos de su grandeza en su lucha desesperada con la naturaleza y el tiempo, la motaña es probablemente el Monte Medúleo, uno de los más ricos almacenes de oro que la naturaleza abrió a los romanos en este suelo, testigo de su grandeza y de sus crímenes. Enrique Gil y Carrasco (escritor español)

Este verano decidí hacer vacaciones como cuando mis hijos eran niños. Tres semanas de un solo tirón. Cortar con el mundo, con el estrés, con las facturas, con los telediarios, con los libros, con el jardín.
Desde hace años cuando me vi obligada a hacer dos años de estudios en mi carrera, sobre la Historia de …ver más…

Llegó el tiempo, el catorce de julio estaba allí conmocionada ante tanta belleza natural y por tanta historia concentrada en una comarca: El Bierzo.
Desde Ponferrada se llega por la carretera de Vigo – Orense. Pasado Santalla, se toma un sendero a la izquierda que lleva hasta lo alto del castillo de Cornatel (se ve desde la carretera), castillo templario, protagonista en la novela El Señor de Bembibre. Desde allí se ve el lago de Carucedo. Se llega al lago y de allí a Orellán para ver las Médulas desde el mirador, como también la cueva de la bruja y de las hadas.
Otra alternativa es ir andando desde el lago de Carucedo hacia el pueblo de Las Médulas. De este pueblo parte el sendero que lleva a la explotación minera. Es un entorno paisajístico formado por los restos de la antigua explotación minera de la época romana, cuando la zona pertenecía a la provincia de Gallaecia. Es un espectacular trabajo de ingeniería efectuado para la extracción del oro. Visto con otros ojos también es una gran destrucción del medio ambiente, pero el resultado de la combinación entre la inteligencia y la avaricia humanas dieron como resultado este paisaje grandioso y espectacular de arenas rojizas, perfectamente integrado con la vegetación de castaños y robles, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997.
Plinio el Viejo, en su juventud fue administrador de