Lección 21: ética privada o deberes para consigo mismo
¿En qué sentido es legítimo el amor de sí mismo? El verdadero amor es el que quiere el verdadero bien, y todo ser aspira a poseer el verdadero bien donde se encuentra su felicidad. Por tanto, el cristiano no puede menos de desear para sí el verdadero bien, puesto que, al poseer un ser limitado y relativo que tiene que hacerse. Ha de tender hacia la perfección final. Desear este bien es amarse a sí mismo de verdad. ¿Qué exige de nosotros la consagración total al Señor?un constante progreso vital y un crecimiento en todo lo que comporta verdaderos y útiles (para sí y para los demás) valores de todo tipo (espiritual, intelectual, estético y deportivo).
¿Qué pensar de objetos como …ver más…
Por eso, en cuanto Dios los crea, los bendice y les dice: "Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra..." (Gen. 1: 28). Dignidad del matrimonio cristiano y su contraste con el celibato. Por la santidad que Dios le confiere, al hacer del matrimonio el mejor símbolo del amor hacia su pueblo, Israel.
Heb. 13: 4 nos asegura que "el matrimonio ha de ser honorable en todos" lo cual indica que el estado conyugal es, por decido así, estado de perfección y no algo menos digno que el celibato,
El celibato aumenta inmensamente la disponibilidad de la persona.
¿Cuáles son los principales deberes conyugales? * El mutuo amor. Los maridos deben amar a sus mujeres como a su propia carne, como Cristo amó a su Iglesia * El llamado "débito conyugal" * La paternidad responsable. Como personas humanas y como creyentes, los cónyuges pueden y deben planear y regular la procreación, según lo demande su economía, su salud, etc.
¿Qué cosas atentan contra la dignidad y santidad del matrimonio?
Las relaciones sexuales prematrimoniales son un atentado contra la dignidad misma del matrimonio. Comentando Gen 24:67:
El divorcio. La enseñanza clara del Nuevo Testamento es que marido y mujer deben estar unidos de por vida; y, si tuvieren que separarse por algún motivo, deberán quedarse sin casar o reconciliarse (Mr. 10: 11-12; Lc. 16: 18; 1a Cor. 7: 10-11).
Los matrimonios mixtos. Y a desde el principio, la Palabra de Dios se muestra clara en condenar las