Las Tres Viudas Lectura

2086 palabras 9 páginas
COLEGIO FISCAL TÉCNICO “EL CHACO”

TRABAJO DE LENGUA Y LITERATURA

NOVELA POLICIAL

LAS TRES VIUDAS

ESTUDIANTE: María Mercedes Vera Mendoza CURSO: Décimo “C”

I. LECTURA: Las tres viudas
Por Ellery Queen
Dos de las viudas eran hermanas: Penélope, para quien el dinero era nada, y Lyra, para quien lo era todo, y por lo tanto ambas lo necesitaban en grandes cantidades. Como las dos enterraron a esposos manirrotos en un período temprano, volvieron a la mansión de Murray Hill, del padre de ambas, con lo que todos supusieron que era una sensación de alivio, pues el viejo Theodore Hood tenía una generosa provisión de monedas de la república, y siempre había sido indulgente con sus hijas. Pero
…ver más…

Oh, entiendo su impaciencia por librarse de mí. Tienen gustos lujosos, que no se satisfacen con mi manera sencilla de vivir. A las dos les gustaría volver a casarse, y con el dinero podrían comprarse sendos segundos esposos. –La anciana se inclinó un tanto hacia delante. –Pero las tengo reservadas malas noticias. Mi madre murió a los noventa y nueve, mi padre a los ciento tres. El doctor
Benedict me dice que puedo vivir treinta años más, y tengo todas las intenciones del mundo de hacerlo así. –Se puso de pie con esfuerzo, aún sonriente.
–En rigor, tomaré ciertas medidas para asegurarme de ello –dijo. Y salió.
Exactamente una semana más tarde,
Ellery se encontraba sentado al lado de la cama de caoba de las señora Hood, bajo las miradas ansiosas del doctor Benedict y el señor Sparke. Había sido envenenada de nuevo. Por fortuna, el doctor Benedict llegó a tiempo.
Ellery se inclinó sobre el rostro de la anciana, que más parecía de yeso que de carne.
–Esas precauciones suyas, señora
Hood…
–Le digo –murmuró ella- que era imposible…
–Aún así –respondió Ellery con alegría–, se hizo. De manera que resumamos. Hizo poner barrotes en las ventanas de su dormitorio e instalar una nueva cerradura en la puerta, cuya única llave llevaba encima en todo momento. Compraba su propia comida.
Cocinaba para sí en esta habitación, y comía aquí a solas. Es claro, entonces, que el

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