La etica aplicada a la profesion contable
Hay niños que tardan en hacer caso a sus padres: no contestan cuando se los llama, retrasan considerablemente el cumplimiento de las obligaciones, dejan las cosas para el final… Es una conducta que termina desesperando a los padres, quienes optan a menudo por dar un grito o poner una sanción al niño.
A decir verdad este tipo de comportamientos infantiles, en la medida en que sean frecuentes, son claramente perturbadores de la convivencia familiar. Las causas varían y aunque estas conductas pueden reflejar leve inmadurez emocional, ritmo personal lento que no coincide con el de los padres, tendencia al retraimiento o pasividad, incluso excesiva concentración en actividades lúdicas, también pueden relacionarse con el proceso …ver más…
Un análisis exento de prejuicios, sincero y sosegado realizado, al menos en un primer momento, por los propios padres es beneficioso para todos. La reflexión sobre la dinámica familiar permite advertir aspectos que cabe mejorar para corregir la conducta infantil: poca comunicación con el hijo, exigencias desmesuradas, escaso reconocimiento de los logros del niño, etc. Por debajo del comportamiento inadecuado del niño hay un mensaje que conviene desvelar y que muchas veces tiene que ver con una demanda inconsciente de atención. Son muchos los padres que están hoy absorbidos por las obligaciones laborales y la prisa y que carecen de tiempo suficiente para dedicarlo a los hijos. En estas circunstancias, nada tiene de extraño que afloren conductas o hábitos inadecuados, que pueden remitir con facilidad con el establecimiento de normas razonables en una ambiente familiar saludable.
Complicidad con el hijo
La observación de distintas familias en las que los hijos se muestran particularmente perezosos en el cumplimiento de sus deberes nos permitiría descubrir distintas posturas asumidas por los padres igualmente incorrectos. Es frecuente que uno de los progenitores, cuando no los dos, adopte una actitud laxa y consentidora ante los caprichos y transgresiones del niño. Por no contrariar al hijo, se incurre en “complicidad” reforzadora. En otras ocasiones, la actitud predominante es rígida y sancionadora. Se trata de un estilo punitivo, en el que se castiga incluso