Juan manuel de rosas
En la Santa Navidad de 496, durante el bautismo solemne del Rey de los Francos—Clodoveo— y tres mil de sus súbditos en la Catedral de Reims, el obispo Remigio pronunció las siguientes palabras: "Doblega tu cabeza, oh Sicambro; venera lo que hasta ahora perseguías, y persigue lo que adorabas". Cuenta una leyenda que como el sacerdote que debía llevar el óleo sagrado de la consagración no podía atravesar la ciudad por la multitud, una paloma blanca llevó en el pico la botellita de óleo —ampulla— y un ángel trajo una bandera bordada con flores de lis, símbolo que sería enseña de los Reyes de Francia.
No obstante su pasado católico, hace doscientos catorce años que Francia dejó de reconocerse a sí misma como La fille …ver más…
Así, con la finalidad de desmantelar la Iglesia Católica, Apostólica y Romana — ya que la revolución se caracteriza por la idea de la rebelión del hombre frente a Dios— se van sucediendo cronológicamente una serie de disposiciones revolucionarias:
4 de agosto de 1789: Abolición de los derechos feudales por la Asamblea
nacional.
24 de agosto de 1789: Votación por la supresión de los diezmos.
2 de noviembre de 1789: Nacionalización de los bienes del clero y su conversión en bienes nacionales para su posterior venta en beneficio del Estado.
Estas medidas, que anulan en definitiva el poder de la Iglesia Católica en Francia, tienen diversas consecuencias, tales como: la separación Iglesia-Estado y la formación del primer Estado aconfesional, la desaparición del patrimonio artístico francés, la asunción por el Estado de la educación y la asistencia social por el desmantelamiento de la red educativa, y asistencia de la Iglesia y la manutención del clero por el Estado.
Esta última consecuencia —la desamortización de los bienes de la Iglesia— la lleva a la pérdida de su independencia económica.
Febrero de 1790: Primer juramento de obediencia a la Constitución; se trataba de una simple declaración de fidelidad a la nación, al monarca y a las decisiones de la Asamblea Constituyente. La totalidad del clero prestó su juramento, con la excepción del obispo de Narbona, Mons.