Informe de laboratorio campo magnético
Según dicen los tehuelches, hace muchísimo tiempo no había tierra, ni mar, ni sol… Solamente existía la densa y húmeda oscuridad de las tinieblas. Y en medio de ella vivía, eterno Kòoch.
Nadie sabe por qué, un día Kòoch, que siempre había estado bastado a sí mismo, se sintió muy solo y se puso a llorar. Lloró tantas lágrimas, durante tanto tiempo, que contarlas sería imposible. Con su llanto se formó el mar, el inmenso océano donde la vista se pierde.
Cuando Kòoch se dio cuenta de que el agua crecía y que estaba a punto de cubrirlo todo, dejo de llorar y suspiro. Y ese suspiro tan hondo fue el primer viento, que empezó a soplar constantemente, abriéndose paso entre la niebla y …ver más…
“Voy a matarlos”, pensó, “voy a matarlos y a comérmelos a los dos”. Golpeó salvajemente a Teo mientras dormía, arrancó al niño de sus entrañas y, sin mirar a su hijo abandonado en el suelo de la caverna, la despedazó.
Pero alguien más, adentro de la cueva, había escuchado a Xòchem. Era Terr-Werr, una tuco-tuco que vivía en su casa subterránea excavada en el fondo de la gruta. Dicen que fue ella la que salvó al bebe, la que, sigilosamente, en el mismo momento en que el monstruo levantaba a su hijo para devorarlo, le mordió el dedo del pie con todas sus fuerzas, la que escondió al niño debajo de la tierra antes de que el gigante pudiera reaccionar…
Sin embargo, el refugio era demasiado precario. Nòshtex cruzaba la caverna haciéndola temblar con sus pasos de gigante, recorría la isla buscando al cachorrito que apenas había visto, a ese hijo que, en cuanto creciera, iba a traicionarlo.
Entonces Terr-Werr pidió ayuda al resto de los animales: ¿Dónde esconder al bebe?, ¿Cómo ponerlo a salvo del gigante?
Cuentan que todos los animales hicieron una asamblea para discutir el asunto. Que Kìuz, el chorlo, era el único conocedor de la otra tierra que, más allá del mar, había creado Kòoch antes de recluirse en el horizonte, y propuso enviar allí al niño. Así comenzaron los preparativos para la fuga secreta.
La fuga hacia la patagonia
Una madrugada, cuando el hijo de Teo y el gigante estuvo listo para partir, Terr-Werr lo llevo hasta las