Hombre contemporáneo
Robert E. Goodin
|Peter Singer (ed.), Compendio de Ética |
|Alianza Editorial, Madrid, 1995 (cap. 20, págs. 337-346) |
Normalmente se divide a las teorías éticas en teorías de lo correcto y teorías del bien. Este último estilo de teoría ética, que insiste en que deben fomentare las consecuencias buenas, necesita obviamente una teoría del bien para decir qué consecuencias son buenas y han de ser fomentadas y cuáles no. Pero incluso el primer estilo de teoría ética constata en ocasiones la necesidad de una teoría del bien, si no más que para detallar el «deber de beneficencia» que normalmente incluye entre las «cosas …ver más…
En su sentido más general, «utilidad» significa meramente «útil». ¿Por qué se pregunta razonablemente- hemos de exigir alguna vez gestos que carecen de toda utilidad para alguien? Pero cualquier teoría moral, dogma religioso o principio estético que se negase a situar las consideraciones de utilidad en un lugar central tiene que correr necesariamente el riesgo de exigir de vez en cuando semejantes gestos vacíos. No es accidental que precisamente ese ataque a los «principios contrarios al principio de utilidad» pase a un primer plano en la obra de BenthamIntroduction to the principles of morals and legislation, poco después de haber introducido el propio «principio de utilidad» (Bentham, 1823). Este fue en la época de Bentham, y sigue siendo en la nuestra, el mejor argumento en favor de una teoría moral basada en la utilidad.
Sin embargo, en un sentido obvio ese argumento plantea tantos problemas como los que resuelve. Está bien identificar la utilidad con la capacidad de uso. Pero eso abre otra cuestión obvia, a saber: «¿útil para qué?» Una gran parte de la historia última de la doctrina utilitarista puede considerarse un intento por responder esa sencilla cuestión. La respuesta inicial -del propio Bentham, a su vez prestada de los proto-utilitaristas Hobbes y Hume- fue identificar la utilidad con la utilidad para fomentar el placer v evitar el dolor. Este es el utilitarismo «hedónico» (o bien