Historias sobre la humildad
Un hombre que tenía un grave problema de miopía se consideraba un experto en evaluación de arte. Un día visitó un museo con algunos amigos. Se le olvidaron los lentes en su casa y no podía ver los cuadros con claridad, pero eso no lo detuvo de ventilar sus fuertes opiniones.
Tan pronto entraron a la galería, comenzó a criticar las diferentes pinturas. Al detenerse ante lo que pensaba era un retrato de cuerpo entero, empezó a criticarlo. Con aire de superioridad dijo: "El marco es completamente inadecuado para el cuadro.
El hombre está vestido en una forma muy ordinaria y andrajosa. En realidad, el artista cometió un error imperdonable al seleccionar un sujeto tan vulgar y sucio para su retrato. Es una falta de …ver más…
Ese perrito vale exactamente tanto como los otros perros y voy a pagar su precio completo. De hecho, ahora le voy a dar $2.37 dólares y luego 50 centavos al mes hasta terminar de pagarlo. El tendero replicó:
- Realmente no quieres comprar este perrito. Nunca va a poder correr, brincar ni jugar contigo como los otros cachorritos.
Al oír esto, el niño se agachó y se enrolló la pierna del pantalón para mostrar una pierna izquierda gravemente torcida, lisiada, sostenida por un gran aparato ortopédico de metal.
Miró al tendero y suavemente le respondió.
- Bueno, pues yo tampoco corro tan bien que digamos, y el cachorrito va a necesitar a alguien que lo entienda.
4. EL ROSAL
El rosal estaba orgulloso y se ufanaba por su belleza: “mis flores son las más hermosas que El Señor ha creado; no hay en mí nada malo”.
Las otras florecillas le recordaron que también tenía espinas. Él decía que sus espinas no hacían mal a nadie.
Sucedió que vinieron hombres y mujeres a recolectar rosas, y el rosal se enorgulleció aún más. Preguntó para quién eran; y le dijeron que para arrojarlas al paso de un joven carpintero; que había resultado ser el Rey del pueblo.
Al otro día; el rosal contemplaba como al paso de aquel joven subido a un burrillo; la gente cubría el camino de pétalos de rosas. Al tiempo que gritaban ¡Viva el hijo de David!
“Veis dijo a las otras plantas, los pétalos de mis