Guerrilla de ñancahuazú
DANTE: Ten piedad de mi, sea lo que seas (Virgilio)
VIRGILIO: Una dama llamó. Le imploré que dispusiera de mí. Temo que mi amigo se haya descarriado, dijo.
Ayúdale, Virgilio, para que pueda venir a mí. Soy Beatriz. Y cuando al fin se reúna con mi señor, te alabaré ante él.
DANTE: Poeta, te lo suplico, dame fuerza.¡ Yo la liberaré de su destino, sea cual sea el precio!
LA SUPERFICIE
VIRGILIO: Descendamos ahora al ciego mundo. Deja atrás tu miedo y tu cobardía. A los acantilados del Aqueronte hemos llegado. Almas miserables transitan el tormentoso camino hacia el bajel (navío) de Caronte.
DANTE: ¿Me ayudaras, poeta? …ver más…
VIRGILIO: Los vientos de las furias azotan a estos condenados sin esperanza de descanso ni de menor pena que los reconforte
DANTE: ¿Quiénes son estos tan azotados por el viento?
VIRGILIO: A este tormento los lujuriosos eran condenados aquellos cuya razón perdieron por el deseo
VIRGILIO: En este círculo fue juzgada semíramis, reina de siria emperatriz de muchas lenguas, su pasión la dominó a ella y a su reino.
DANTE: Que enorme deseo la ha traído por desgracia a este infortunado paso
VIRGILIO: Era tan dada a la lascivia (placeres sexuales) que consintió a la misma lujuria por la que ahora pena en estas sombras. Para recibir la culpa contra ella debe luchar
CLEOPATRA: Olvida esa furcia (prostituta) Dante cuando este oscuro asunto haya terminado y el camino de regreso a casa de Lucifer se vuelva a abrir, su papel en esta obra parecerá tan insignificante
DANTE: No lo entiendo
VIRGILIO: En este círculo mora la antaño bella Helena, causa de muchos años de guerra y sufrimiento
DANTE: Y Aquiles que luchó hasta el fin con amor, esta también aquí?
VIRGILIO: El amor ha conseguido arrancar miles de sombras del mundo superior
GULA
DANTE: ¿En dónde me encuentro?
VIRGILIO: En el tercer círculo donde estas almas vagan en pena en la lluvia y el barro por el ruin pecado de la gula
DANTE: Que es esa bestia
VIRGILIO: Cerbero el gran gusano, como un perro que ladra con anhelo y que luego apura su alimento con sosiego así son los inmundos rostros