GRITOS AMARGOS SOBRE LA CIUDAD
Horacio Capel.

En el mundo donde vivimos, cada vez más globalizado y mas urbanizado, se dice que la ciudad por definición es el caos, pues cada vez al interior de las grandes urbes se exhiben los peores comportamientos del ser humano, toda su decadencia sale a relucir, y al final, solo queda lo que hoy por hoy es el hombre, un ser egoísta y capitalista que solo piensa en consumismo y en tener más poder adquisitivo.
Se ha instaurado la idea, de que el vivir en la ciudad es el único remedio existente que hay para sobrevivir y estar a la altura y velocidad de esta vertiginosa carrera que es el consumismo y el poder. La percepción de la ciudad con estos rasgos negativos, puede venir del pensamiento …ver más…

Con el crecimiento de estas ciudades, se debe tener en cuenta la separación entre lo que son ciudades pequeñas y medianas de lo que son las grandes metrópolis, pues en ambos casos se ven diferentes actitudes al interior de dichas ciudades, pues las grandes metrópolis son las que ven magnificado el problema del trazado vial y la organización de la misma. Aun que con la segunda revolución industrial y la aparición de los medios de transporte, como los automóviles, se dio origen a las ciudades-región, ciudades cada vez más alejadas del centro, creando asi una ciudad dispersa, pero que, gracias a estos medios de transporte y las telecomunicaciones son unidas.
Pero a pesar de todo este sentimiento anti urbano, es la ciudad, el centro de todo los avances del ser humano, pues la cuna de las industrias, los liceos, el arte, las escuelas de arquitectura, la ciencia, y el centro económico y social de los países. Entonces, a pesar de todos los planteamientos de los pensadores de la época y épocas pasadas, la ciudad, para mi es un bien necesario, es el motor para el desarrollo social y creativo de los seres humanos, es un punto, sino el único, en donde se debaten los ideales, ya sean utópicos, socialistas, capitalistas o económicos de las personas.
Y es entonces que nosotros como ciudadanos de estas urbes, debemos cuidar, que nuestra