Fueron las noches frias las que me acompañaron el dia que te fuiste sin decirme nada, asi, como vemos pasar el aire a travez de la ventana.

Siempre te ame en silencio, pero tu lo sabias y siguió siendo la luna mi mas sagrada consejera, la única que vio mis lagrimas sin rumbo que aún derramaba por tu ausencia.

Era uno, de los muchos que creia, que la vida es solo el final de la agonía, Que después de ella llegaría la muerte llena de nuevas promesas.

Y confienzo que encontrarte a ti no me hizo cambiar de parecer, pero entregarte mis penas y mis lagrimas de aquel 30 de Noviembre, me alejo de la desdicha.

Hoy estoy aqui nuevamente solo, como siempre lo estuve, como siempre debí estar, cerrando bien mis ojos para no volver a