Examen epidemiologia
¡Qué gran metedura de pata! El mexicano de a pie se revolvió contra la enésima cacicada del poder y adoptó rápidamente el grito de "¡Viva Cristo Rey!"como santo y seña de un malestar que tocaba a lo más íntimo de su ser. De forma espontánea, los tenderos colocan a la entrada de sus establecimientos carteles con el rótulo de …ver más…
A continuación, nombra una comisión para que negocie con el Gobierno el fin de la guerra. Encabezada por monseñor Ruiz y Flores, estaba compuesta por el obispo Díaz y Barreto, probablemente el único obispo mexicano que había mostrado un decidido empeño en pactar con el Gobierno. Como asesores se encontraban el sacerdote estadounidense Parsons y el jesuíta Walsh.
Para sorpresa de todos, la comisión eclesial encargada de negociar, contraviniendo las instrucciones dadas por el Vaticano, prescinde de la opinión y consejo del episcopado mexicano, así como de los líderes cristeros. Resultado: los representantes de la Iglesia llegan a un acuerdo con el Gobierno para poner fin a la guerra cristera, sin lograr que los políticos derogaran las leyes vigentes que habían
provocado el alzamiento armado y sin obtener garantías escritas para salvaguardar la vida de los cristeros. ¿Qué logró la Iglesia a cambio? Poco, muy poco. Tan sólo "arrancó" de los gobernantes unas vagas palabras de conciliación y buena amistad, y que se aplicarán las leyes vigentes "sin tendencia sectaria y sin perjuicio alguno". Muchos se preguntaron, ¿para eso han muerto 30.000 cristeros?
Nueva represión gubernamental
El jefe supremo de los cristeros, el general Jesús Degollado Guízar, como fiel hijo de la Iglesia, obedeció las instrucciones de los prelados y mandó desarbolar el movimiento armado, licenciando a sus