Escuela de comunidad
O bien cuando nos dirigimos a los “expertos” para afrontar los problemas en la política, en la educación o en la vida afectiva. Con lo que, de hecho, el cristianismo se demuestra inútil, a pesar de nuestras intenciones, a pesar de nuestros discursos, a pesar de nuestras lógicas. Y entonces nos encontramos alienados como todos: dependemos siempre de alguien al margen de la experiencia. Y uno se pregunta: entonces, ¿cuál es la conveniencia humana de la fe? ¿Cuál es la razonabilidad de la fe? A esto se añaden otras dos formas de complicación. Una tiene que ver con la relación entre la conexión por vídeo con la Escuela de comunidad y los gestos en las comunidades locales. Una persona me comentó en una reunión que se había dado cuenta de que algunos participaban en la conexión y no en la Escuela de comunidad local. ¿En dónde radicaría el problema? «En la conexión, que hace que las personas no se responsabilicen», dijo ella. Yo le repliqué: «¿No es tal vez lo contrario? ¿No es acaso que, si no estamos a ese nivel en nuestras comunidades locales, es difícil soportar el hecho de encontrarnos?». Al día siguiente recibí esta carta de una amiga nuestra: «Durante estos años he recorrido este camino. Primero: “Cristo me atrae por entero, tal es su hermosura”, como dice el título de los Ejercicios de la Fraternidad que cambiaron mi vida. Segundo: entonces, sólo quiero vivir así; si la